El equipo no funcionó. La apuesta inicial, con volantes rápidos para jugar cerca de Marco Ruben, no dio réditos. Central no pudo jugar por abajo, le costó quebrar la presión alta de Newell’s y no generó situaciones. En este escenario queda claro que la búsqueda táctica y estratégica de Eduardo Coudet para este Clásico, naufragó. Los dos remates al arco –desviados– ejecutados en 90 minutos representan la clara evidencia de este escenario, muy distante al que Central estaba acostumbrado.
Mal de ausencias de lado, salvo las insinuaciones del arranque del segundo tiempo, Central no logró imponer su forma. La lentitud de Colman para resolver, la falta de precisión de Lo Celso y la escasa participación de Aguirre atentaron contra cualquier posibilidad de generación de juego auriazul. Cervi fue el único que desequilibró. Pero con eso no alcanzó para abastecer al solitario Ruben.
Tampoco le funcionaron las variantes al Chacho. El ingreso de Germán Herrera no aportó peso ofensivo; mientras que Montoya y Delgado fueron más de lo mismo en la gestación.