La Argentina pidió este lunes formalmente a la Corte de Apelaciones de Nueva York una audiencia para defenderse de un nuevo capítulo contra los fondos buitre: que se les liberen a los bonistas europeos el cobro de parte de los títulos públicos emitidos a partir de los canjes de deuda de 2005 y 2010, hasta ahora embargados por Thomas Griesa del 12 de marzo pasado. El gobierno avanzó así en una nueva instancia en el “juicio del siglo” contra los fondos buitre, ahora sumándose al reclamo de los tenedores de bonos de Europa, que buscan quedar liberados de las sanciones del juez de Nueva York.
Un grupo italiano de estos tenedores de bonos, y que reclaman que se les paguen títulos públicos “performance” (liquidados en tiempo y forma por la Argentina), y que por imposición del juez norteamericano no pueden cobrar; se habían presentado ante Griesa, en octubre del año pasado, y fueron rechazados por el magistrado, argumentando que las leyes de otros países no tienen incumbencia en sus decisiones dentro de los Estados Unidos.
Ahora, el grupo de bonistas se presentó la semana pasada formalmente a la Cámara de Apelaciones de esa ciudad para que trate el caso; reclamo al que se sumó ahora la Argentina a través del estudio Cleary Gottlieb Steen & Hamilton (CGS&H). Los “Euro Bonholders” habían contratado al abogado norteamericano Christopher Clark. En la causa también están involucrados la Administración Nacional de la Seguridad Social (Ansés) y el Bank of New York Mellon (Bony), todos relacionados con la tenencia de títulos públicos con imposibilidad de cobro por la decisión de Griesa.
En el escrito del lunes, el país reclama por la decisión del 12 de marzo de Griesa a través de la cual extendió los efectos de las llamadas órdenes pari passu a bonos del canje regidos por ley argentina, impidiendo el cobro de la duda “performance”. La decisión del juez alcanza a la llamada “deuda doméstica denominada en dólares” la que, según la interpretación argentina, no puede ser alcanzada por la cláusula pari passu “pues se trata de endeudamiento interno, regido por el derecho local”.
Los bonistas italianos, que se acogieron a los canjes de 2005 y 2010 y que todavía no han recibido su dinero, llegan después de que Griesa rechazara una carta que le habían enviado el 5 de agosto del año pasado, afirmando que carecía “de total autoridad para fallar sobre demandas no especificadas, que todavía no han sido traídas a ningún tribunal y que están regidas por ley extranjera”.
En su momento, el escrito ante el magistrado de primera instancia había sido presentado el mismo día por el Citibank y la Argentina (en esos días ambas partes actuaban en conjunto y en una alianza judicial firme) buscando en los tres casos que se deje en suspenso para los vencimientos del Citibank y los tenedores europeos la aplicación del embargo ante los 539 millones de dólares que Griesa había prohibido que se les depositen a los tenedores de la deuda argentina que venció el 31 de julio del año pasado. La Argentina, los italianos y la entidad financiera norteamericana le pedían a Griesa que la deuda “performance” que vencía fuera de la jurisdicción de Nueva York pueda ser liquidada.
En una primera instancia, en el último trimestre del año pasado, Griesa habilitó al Citibank, pero mantuvo la prohibición para el resto de los bonistas. Ahora, el juez trabó los pagos del banco norteamericano que debían efectuarse el martes 31 de marzo pasado, lo que derivó en un serio conflicto entre el Citi y el Ministerio de Economía de Axel Kicillof. En el caso de los “Euro Bonholders” italianos, la situación quedó en suspenso, pero al acercarse la fecha del segundo vencimiento (en 30 días), ahora buscan la habilitación ante la Cámara de Apelaciones, reclamo que igualmente la segunda instancia ya le había rechazado a comienzos de marzo al Citibank.
El argumento de la Argentina y los “Euro Bonholders” es similar a las argumentaciones del Citibank, que en su momento merecieron además el apoyo del fondo Quantum del megamillonario George Soros y el Hayman del inversor Kyle Bass: que la Cámara tenga en cuenta el fallo de la Justicia británica del magistrado David Richards que asegura que la deuda emitida fuera de las fronteras norteamericanas no puede ser embargada.
Según los bonistas italianos y los fondos de inversión que los representan, su situación debe ser tomada de la misma manera que este fallo británico, algo que hasta ahora tanto Griesa como la Cámara de Apelaciones rechazaron.