La película argentina El ciudadano ilustre, dirigida por Gastón Duprat y Mariano Cohn, y protagonizada por Oscar Martínez, ganó anoche el premio Goya que la Academia de Cine de España entrega a la mejor película iberoamericana, en una ceremonia que se llevó a cabo en el hotel Marriot Auditorium de Madrid.
Con este galardón, el nuevo trabajo de la dupla responsable de El artista y El hombre de al lado se transformó en la decimoséptima película argentina –de un total de 24 que fueron nominadas– en ganar el Goya, sucediendo consecutivamente a Relatos salvajes, de Damián Szifrón, que lo ganó en 2015, y a El clan, de Pablo Trapero, que lo obtuvo el año pasado.
La estatuilla fue recibida por el productor argentino Fernando Sokolowicz, a quien acompañaron en el escenario las actrices Andrea Frigerio y Belén Chavanne, además de Cohn y Duprat, quienes agradecieron el premio al actor Oscar Martínez y al guionista del film, Andrés Duprat, ambos ausentes de la ceremonia.
Si bien estaba nominado como mejor actor revelación por su papel de líder de una banda de ladrones de bancos en la coproducción española-argentina Cien años de perdón, el argentino Rodrigo de la Serna fue finalmente superado por la mayor cantidad de votos que recibió su colega español Carlos Santos, quien recibió la estatuilla por su trabajo en El hombre de las mil caras y se la dedicó a su hermana, enferma de cáncer.
Con una gala sobria y elegante, donde no faltó el humor, la música y discursos con contenido político, la 31ª edición de la entrega de los Goya tuvo por tercera vez consecutiva como conductor al comediante Dani Rovira, quien entre otras bromas se disfrazó de Superman para improvisar una breve entrevista con la presidente de la Academia de Cine de España, la vestuarista de origen inglés Yvonne Blake.
El Goya para la mejor película española fue para Tarde para la ira, de Raúl Arévalo, y Juan Antonio Bayona, quien días atrás había criticado al presidente Mariano Rajoy por su absoluta falta de atención a la industria cinematográfica, se llevó el de mejor dirección.
El Goya a mejor actor protagonista fue para Roberto Álamo por Que Dios nos perdone, de Rodrigo Sorogoyen; el de mejor actriz se lo llevaría Emma Suárez por Julieta, de Pedro Almodóvar.
El Goya a mejor guion original fue para David Pulido y Raúl Arévalo por Tarde para la ira.
El Goya a mejor cortometraje de ficción fue para Timecode que es aspirante al Oscar y que, como se esperaba, fue la gran favorita en llevarse este galardón que ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes al mejor cortometraje en la misma categoría. El catalán Juanjo Giménez, visiblemente emocionado, lo dedicó a su familia, a sus alumnos, a su equipo.