El ex candidato a vicepresidente de UxP, Agustín Rossi, advirtió por las consecuencias negativas del gobierno del libertario Javier Milei, a quien acusó de mentirle al pueblo argentino y favorecer «únicamente a los monopolios», además de llevar la desocupación arriba del 10% hacia fines de año y generar «una Argentina agonizante, en terapia intensiva». El referente peronista, de larga trayectoria y experiencia, propuso el debate un «peronismo más disruptivo» hacia el futuro, que se pelee con las grandes empresas en el reparto del ingreso. «Hay algunos que creen que hay que seguir seduciendo al capital, y el capital siempre nos da la espalda a los peronistas», sentenció. También le apuntó a Maximiliano Pullaro: «¿Por qué el gobernador de la provincia siente que su obligación está con el poder nacional y no con los votantes de la provincia?».
—Después de casi seis meses de gestión, ¿cómo definís a Javier Milei?
—Sin dudas que es un gobierno de ultraderecha, un gobierno que tiene una política económica que ya se ha aplicado en la Argentina. Primero con (José Alfredo) Martínez de Hoz durante la dictadura, y después con (Domingo) Cavallo durante el menemismo, que busca como eje totémico el superávit fiscal, y que para lograr ese superávit fiscal lo único que mira es una reducción del gasto. Pero esa reducción del gasto genera una enorme recesión económica. Esto ha fracasado anteriormente en la Argentina, y Milei nos dice hoy que en lugar del Titanic se va a undir el témpano, pero vamos en esa dirección. El Titanic va a chocar con el témpano y nos vamos a hundir nuevamente adentro. Me parece que su diagrama económico es fundamentalmente ese.
Ha generado una enorme coalición de poder que lo sostiene, compuesta desde el punto de vista político/parlamentario con el PRO, que ha apoyado hasta ahora -Mauricio Macri incluido- todas las iniciativas parlamentarias del gobierno de Milei, más el apoyo de los grupos económicos más importantes de la Argentina, agrupados en la Asociación de Empresarios Argentinos (AEA), los mismos que apoyaron a Cavallo y a Martínez de Hoz, y el alineamiento automático con los Estados Unidos, que se ve en la política militar, en la política de Defensa y de Inteligencia.
Hay rasgos profundamente autocráticos, por parte del presidente, desconociendo el Parlamento. Eso cuando el Parlamento toma alguna decisión que le parece contraria a sus iniciativas. Cuando el Parlamento toma una decisión que va a acordar con sus iniciativas, lo valora. A los que siempre elogia es a los monopolios económicos. Su política económica cree claramente que los únicos que pueden generar riqueza en la Argentina son los momopolios, la inversión de los monopolios. Y cree que a los monopolios hay que generarle todas las condiciones como para que puedan hacer lo que ellos quieren.
Esa política económica ha generado una híper recesión en Argentina, algunos hablan ya de depresión, que va acompañada por un profunda represión social. Estamos con una ministra de Seguridad, que cuando hace el protocolo antipiquete lo que está diciendo es que están habilitados para reprimir. Y cuando hace el nuevo protocolo del uso de armas de las fuerzas de seguridad les está diciendo que tienen licencia para matar. Esto es más o memos lo que está sucediendo.
Mile aparece en un momento de auge de la ultraderecha en el mundo. Por eso (Giorgia) Meloni, si bien son distintos, por eso la vigencia de (Marine) Le Pen en Francia, por eso VOX es una realidad en España. En América (Jair) Bolsonaro y (Donald) Trump siguen estando activos en la vida pollítica de cada uno de sus países.
Además es un gran cínico, es un personaje siniestro. No le encuentro ningún elemento que me permita valorarlo. Esto que algunos dicen: «él dijo que iba a ajustar». Momentito, el dijo que iba a ajustar a la casta, no al pueblo argentino, es distinto. Él le dio a entender a los argentinos que ahicando los sueldos de los diputados, los senadores y los ministros se resolvían los problemas. Pero lo que hizo fue hacerle perder un 30% a los jubilados y pensionados, un 20, 25% del poder adquisitivo del salario, y una creciente desocupación. Uno de los méritos del gobierno de Alberto Fernández, la variable económica más ponderada, fue que dejó la desocupación en el 5,7%. Vamos a terminar el año arriba o alrededor del 10%.
Milei dijo además, engañosamente, que iba a dolarizar, que iba a hacer convertible el sueldo en pesos a dólares. Todo eso fue claramente mentira. Dijo que no iba a aumentar las tarifas, que las tarifas iban a acompañar los aumentos de salarios. Fijémonos lo que está sucediendo. Dijo que no iba a quitar subsidios hasta que no recompusiera salarios. Y está quitando subsidios. MIlei es un gran mentiroso. Le ha mentido el pueblo argentino. Ha ganado las elecciones y ahora estamos claramente en esta situación.
—¿Hacia dónde creés que va el gobierno?
—A mi criterio, en las últimas semanas, en su esquema empiezan a habar dos cuestiones. La primera cuestión es que sabemos que el superávit fiscal es ficticio, porque se genera a partir del devengado, no de las obligaciones que tiene. Como paga menos y hay una cantidad de deuda que pateó para adelante, por ejemplo la deuda a las energéticas, llega a obtener superávit fiscal. Pero ese mismo superávit fiscal empieza a tener inconvenientes, producto fundamentalmente de lo que significa la baja de la recaudación, fundamentalmente a partir de la caída de la actividad económica y de la híper recesión.
Y empieza a no ser sostenible el anclaje del tipo de cambio. Nosotros lo vivimos por experiencia propia, cuando empiezan las presiones para que el tipo de cambio suba, lo podés resolver una semana, pero la presión está. Y cuando el tipo de cambio sube va a generar de vuelta situaciones inflacionarias. Estas semanas se ha visto un aumento del precio de los alimentos, que tienen un impacto enorme. Parece que ese es el esquema que hoy nos presenta Milei al conjunto de los argentinos.
Sintentizando, en términos económicos es un plan económico liberal. Lo único que se puede distinguir es la velocidad de la aplicación o la dureza del ajuste. Pero es licuación de las jubilaciones, para que la recesión genere una baja en la inflación, por un lado. Por el otro lado, ajuste del gasto, que también impacta, según su propia teoría, en lo que es la inflación.
Y del punto de vista del poder, ha armado una coalición, donde tiene grupos económicos, alineamiento internacional y sectores políticos que claramente lo apoyan. Y una política represiva desde el punto de vista social. Me parece que esto es lo que hoy Milei representa en la Argentina.
—¿Qué eligirías cómo lo más grave del marco de políticas que lleva adelante Milei?
—Es difícil, porque tendría que encontrar algo menos grave. Su política en términos generales es gravísima para la Argentina. Desde cualquier punto de vista. Hace un mes que les veníamos diciendo que tenían alimentos con fecha de vencimiento. No los repartieron. Ahora echan a un funcionario como para sacarse la responsabilidad. Y no lo repartieron porque no se los quieren repartir a los comedores, que son organizaciones de la comunidad. Tienen la idea de que los comedores representan a alguna organización social, y hay comedores que son de los propios vecinos organizados para resolver una problemática, que es la problemática del hambre. Que en la Argentina de hoy haya gente que tenga hambre es un hecho terrible. Es un hecho horrible, desde todo punto de vista. Que la Argentina de hoy haya demorado la entrega de medicamentos a pacientes oncológicos es de un grado de crueldad enorme. Que el presidente haya ido a Ushuaia y haya dicho que el puerto/base militar que se está construyendo en Ushuaia iba a hacerlo en asociación con Estados Unidos es una entrega absoluta de soberanía. Y así podemos ir viendo cada una de las cuestiones que ha llevado MIlei adelante.
A mí me parece que lo más duro es llevar adelante una política económica sin ningún tipo de empatía social. El presidente no tiene empatía con los sectores populares. Por eso le dijo a un periodista que si la gente tuviera hambre se morirían y no llegarían a fin de mes, y que todo el mundo llega a fin de mes. O lo que dijo que no le pidieran que resolviera el tema del hambre, porque antes de morirse de hambre lo van a resolver. Como si la decisión de tener hambre fuese una decisión individual. Nadie nace diciendo «yo quiero tener hambre». La verdad es que el Estado tiene que proporcionar las políticas necesarias para que no haya ningún argentino que tenga hambre. Esto es real. El Estado sostiene, a través de agencias propias o de organizaciones intermedidas, a aquel que lo necesita. No es una decisión individual. No, vos me hacés tener hambre, tu política me hace tener hambre. Vos sos el cínico que llevás adelante y tomás una cantidad de decisiones políticas que hacen que una cantidad de argentinos tengan hambre hoy. Esto es así. No es de otra manera. ¿por qué no tenían hambre antes? O, si había personas que tenían hambre, había agencias del Estado que llevaban adelante esa contención. Eso muestra un presidente absolutamente indolente. Alguien que no tiene ningún tipo de rasgo de sensibilidad.
Es un presidente que a los únicos que no atacó en todo este tiempo fue a los monopolios económicos. Criticó a los periodistas, criticó a las actrices, a los actores, a los dirigentes políticos, a los dirigente gremiales .A las 6,10, o 12 empresas económicas argentinas más importantes, no las tocó nunca. Y esa es una discusión que nosotros tenemos que dar también, porque él da por hecho que la riqueza de un país la generan los monopolios. Y eso es mentira. Lo que genera riqueza es el trabajo. Lo explico más facilmente: si yo tengo una herramienta que vale 100 pesos y no tengo ningún trabajador que opere esa herramienta, ese capital paulatinamente en el tiempo va perdiendo valor. Ahora, si tengo tres trabajadores que no tienen esa herramienta, van a generar algún tipo de acción para generar capital. Es una mentira del capitalismo que el capital genera riqueza. Lo que genera riqueza son los trabajadores. El capitalismo no existiría sin trabajadores. La sociedad existiría sin capitalistas que tengan una tasa de ingreso y de rentabilidad enorme.
Porque en eso también hay que preguntarse algunas cosas. Yo dije recién que los monopolios económicos son los que hoy apoyan a Milei. Entonces cualquier observador extranjero diría «¿cómo los grupos más económicos de la Argentina van a apoyar un plan que genera recesión económica?». «¿Por qué el señor Techint, que venda chapas y acero para la construcción, va a apoyar un plan que generó el 46% de caída de la construcción en la Argentina?». «¿Por qué el señor Arcor, que es el mayor productor y vendedor de alimentos en la Argentina, va a apoyar un programa económico donde la gente come menos y consume menos?». La realidad es que yo creo que el apoyo de esos sectores va en búsqueda de una relación entre el capital y el trabajo lo menos intermedida posible por el sindicalismo y el movimiento obrero organizado, de tal manera que la división de la renta en la Argentina esté mucho más inclinada sobre el capital que sobre el trabajo. Lo que yo llamo latinoamericanizar las relaciones laborales en la Argentina.
Yendo a la pregunta, para mí todo lo de Milei es horrible. Lo podés agarrar y dividirlo por partes. Institucionalmente, nosotros tenemos una Constitución que tiene normas, que tiene estilos y que tiene tradiciones. Lo primero que hace un señor que tiene debilidad parlamentaria es asumir y hablar de espaldas al Congreso, ignorando al Congreso. Y esto es lo que yo no entiendo de los diputados y senadores que, no siendo de LLA, terminan apoyando a LLA, diciendo «bueno, tenemos que darle las herramientas». La Argentina el año pasado tuvo dos elecciones nacionales y 21 elecciones provinciales. La elección de noviembre la ganó Milei. Tiene legalidad para gobernar los próximos 4 años. Y legitimidad. Pero la elección de octubre Milei la perdió. La ganamos nosotros, eso dio diputados senadores, con lo cual esos diputados y senadores tienen la misma legalidad y legitimidad que tiene Milei. Y las 21 elecciones provinciales, aquí terminó electo Pullaro como gobernador, dieron gobernadores y jefe de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que tienen la misma legalidad y legitimidad. Entonces, la pregunta es ¿por qué esos diputados y esos senadores sienten que su obligación está con Milei y no con los votantes? ¿Por qué el gobernador de la provincia siente que su obligación está con el poder nacional y no con los votantes de la provincia? Se anunció que hay 60 empresas de calzado que redujeron 20 por ciento la dotación de personal, van a terminar cerrando y quebrando. Muchas de ellas son sur del departamento Rosario, Arroyo Seco, Acebal, y algunos talleres en el sur de la ciudad, que generan un núcleo muy importante en cuanto a lo que es la producción de calzado en la Argentina, que está destinada a lo que es el consumo interno. Entonces, si pasa eso en la provincia, te quitan el Fonid, te quitan el subsidio al transporte, tenés una política económica que genera daños a la industria, sobre todo a la industria de bienes de capital, ¿cuál es tu compromiso con este gobierno? No entiendo.
No entiendo cómo los senadores de Misiones pueden votar a favor la ley Bases, cuando una provincia tradicionalmente bien administrada, empieza a tener conflictos económicos porque recauda menos, tiene menos recaudación por coparticipación y menos recaudación producto de la recesión económica, y terminan apoyando esta política económica. Me resulta difícil de entender. Y creo que además están rompiendo su contrato electoral. Porque su contrato electoral debe ser con quienes lo votaron.
—En el marco de todo lo que describís, las encuestas señalan que todavía mantiene cierta adhesión. ¿Cómo lo explicás?
—Yo creo que no es así. Pero supongamos que Milei tiene todavía el 50% de aprobación en la Argentina. ¿Es mucho o poco? Es mucho si uno toma como referencia el daño que está haciendo. Es poco si toma como referencia que hace sólo cinco meses que está gobernando. Todos los presidentes de la democracia a los cinco meses de estar gobernando tenían más imagen positiva que la que tiene hoy Milei. Ahora, si hay 50% de argentinos que está a favor de Milei, hay otro 50% que está en contra. Ahora pareciese que el 50% de apoyo a MiIei es más grande que el 50% que está en contra. Son iguales. Entonces, yo no creo que hoy haya una adhesión a Milei para que pueda hacer cualquier cosa. Debe haber argentinos que siguen adhiriendo, debe haber muchos argentinos que lo votaron y que están diciendo «bueno, hay que esperar», debe haber muchos argentinos que todavía le creen que va a hacer una recuperación en V, hay una voluntad de un sector de la sociedad de seguir creyéndole. Ahora, hay otra cantidad de argentinos que están en contra decididamente. Entonces, esto me parece que hay que tenerlo en cuenta.
Desde algunos lugares se intenta decir «bueno, la oposición está derrotada». Y no está derrotada. El 4 de enero, paro y movilización de la CGT; en el mes de febrero, gracias al bloque de diputados de UxP logramos rechazar el tratamiento de la ley Bases; el 8 de marzo, movilización por el Día Internacional de la Mujer; el 24 de marzo movilización enorme, en condena al golpe de Estado del 24 de marzo del 76; ese mismo mes de marzo los senadores rechazaron el DNU 70/2023; mes de abril, movilización de la comunidad universitaria, la más masiva de todas; 1° de mayo, movilización de la CGT; 9 de mayo, paro de la CGT. Entonces, en cinco meses ocho hechos políticos, seis en la calle y dos desde el punto de vista institucional. ¿Quién hace creer que la oposición no está movilizada? Bueno, los mismos que quieren imponer que lo único que existe es Milei. No me parece que sea así.
Muchas veces también se dicen otras cosas que para mí son mentira. «Los jóvenes están con Milei». Una parte. Cualquiera que fue a las movilizaciones del 24 de marzo y del 23 de abril se habrá encontrado con cientos de miles de pibes y pibas que fueron a movilizarse. Lo que sí es cierto es que hay una mayor cantidad de mujeres que se oponen a Milei que de hombres. Porque también escucho por ahí que dicen «el feminismo se equivocó» o «el feminismo se fue de rosca». Para mí no es así, en realidad los que atacan al feminismo atacan a las mujeres, porque son las mujeres las que más sostienen la resistencia a la política de Milei. Voy a decir una cosa polémica: Simone de Beauvoir fue la primera que habló de conciencia feminista, tomando el concepto de conciencia clase. Yo creo que hoy hay más conciencia feminista que conciencia de clase. Quizás. Nosotros, los dirigentes opositores, no nos podemos creer todo lo que viene de un lugar del poder por sobre nosotros. ¿Cuándo hace que no escuchamos decir que la riqueza la generan los trabajadores y no los dueños del capital?
—¿Cómo pensás que va a ser la reorganización del peronismo?
—Dentro del peronismo hay como una ansiedad del «quién», pero me parece que también hay que dar una discusión sobre las ideas. Nuestra marcha peronista dice combatiendo al capital. Porque hay algunos que creen que el problema es que hay que seguir seduciendo al capital, y el capital siempre nos da la espalda a nosotros los peronistas. Esta es la realidad, y nosotros a quienes tenemos que defender es a los trabajadores.
Y tenemos que decir con claridad que los trabajadores son los que generan riqueza. A veces escucho de algunos compañeros, y no compañeros, que el gobierno de Alberto Fernández no mejoró el poder adquisitivo del salario porque no mejoró la redistribución del ingreso. Estamos de acuerdo, ¿cómo se distribuye el ingreso en la Argentina? ¿65 a 35? ¿60 a 40? Bueno, para que los que tienen 40 pasen a tener 50 hay que sacarle 10 al otro 60. Entonces tienen que ganar menos los poderes económicos en la Argentina. Ese es un debate que nuestra fuerza política tiene que darse. Si nosotros decimos “tenemos esta distribución del ingreso, entonces nuestro único objetivo es generar crecimiento económico”, generamos crecimiento económico, pero se va a seguir manteniendo la misma proporción injusta de distribución del ingreso. Entonces, me parece que esos son los debates que el peronismo se tiene que dar.
La Constitución Nacional, esta Constitución, mantiene firme el artículo 14 bis, que es el artículo que pone la Revolución Libertadora en 1957, tratando de subsumir todos los derechos del trabajo que se habían logrado durante el peronismo y que estaban en la Constitución del 49. Bueno, una parte del artículo 14 bis dice que los trabajadores deben participar de las ganancias de las empresas. ¿Y? ¿Vamos a hacer una ley que reglamente eso y que los trabajadores en la Argentina participen de las ganancias de las empresas? Seguramente empezaremos por las empresas más grandes, y seguramente vamos a tenerlos de enemigos, o de adversarios. Van a estar enojados. Bueno, estos son los debates que tiene que dar el peronismo, como otra cosa que vengo planteando de hace muchísimo tiempo, que es que nosotros seguimos diciendo que somos el movimiento que tiene como columna vertebral a los trabajadores, pero los trabajadores a los que hacemos referencia son los trabajadores en relación de dependencia, que son el 55% , con suerte, de la fuerza laboral en la Argentina. El otro 45% son monotributistas, autónomos o informales. Y el monotributista no tiene ninguno de los derechos que tiene un trabajador en relación de dependencia. No cobra aguinaldo, no tiene vacaciones pagas, no tiene licencia por enfermedad, algunos cobran salario familiar, nada más. Entonces, a esos trabajadores nosotros le decíamos en la campaña que Milei le iba a quitar todos los derechos, y nos decían “si yo no tengo ningún derecho, de qué me hablás”. ¿Cómo hacemos? ¿Vamos a seguir ignorándolos? El peronismo tiene que definir qué es lo que quiere hacer.
—¿Qué mecanismo imaginás que tendría que encontrar el peronismo para dar esa discusión?
—Nosotros somos un movimiento amplio y diverso, se debate en todos lados, se debate en las organizaciones, en las agrupaciones políticas, en los sindicatos, en las unidades básicas, a nivel dirigencial. Se debate en todos lados, el problema es encontrar una síntesis. Tenemos que encontrar una síntesis, es lo más difícil, que te permita tener un programa de gestión y un programa de gobierno. A mí me parece que este es el desafío que tenemos, porque no son problemas derivados del último resultado electoral. Son problemas estructurales de nuestro movimiento, que tienen que ver con quién representamos. ¿A quién queremos representar? Yo estoy proponiendo un peronismo más disruptivo. Como decía Perón, para romper una tortilla hay que romper un par de huevos. De esto se trata. Sobre todo pensando en la Argentina post Milei, porque la Argentina post Milei es una Argentina agonizante. Es una Argentina con hambre, es una Argentina sin trabajo, sin protección social, es una Argentina con espoliación de sus recursos naturales, es una Argentina con debilidad en sus estructuras políticas, en sus estructuras institucionales. Hay que sacar a la Argentina de una agonía después de Milei. ¿Con qué la vamos a sacar? ¿Con aspirinas? No.
Hay que defender al empresario pequeño y mediano, hay que tratar de generarle una movilidad tratando de simplificar el sistema tributario, sí, está bien. Pero ¿vamos a aumentar Bienes Personales? ¿Vamos a aumentar el impuesto a las Ganancias a las empresas más importantes? Hay que hacer una rediscusión tributaria en Argentina. Bueno, los que más tienen, tienen que poner más, y los que menos tienen, tienen que poner menos. Este es el debate que tiene que dar el peronismo como fuerza revolucionaria, como fuerza transformadora, como fuerza generadora de expectativas, generadora de esperanza. La Argentina va a ser una Argentina agonizante, en terapia intensiva. No sacás a un paciente de terapia intensiva con una aspirina.
—¿Quiénes serían los líderes naturales del peronismo para esa era post Milei?
—Desde el punto de vista del liderazgo, el peronismo, o el campo nacional o popular, está pasando por una etapa colegiada. Colegiada no significa que todos los dirigentes valgamos lo mismo. A mi criterio Cristina sigue siendo la dirigente más representativa de nuestro espacio político, la que mayor cantidad de adhesiones recoge en términos individuales. Ahora, hoy el peronismo necesita de todos, necesita de Cristina, necesita de Axel(Kicillof), de los gobernadores, de los diputados, de los senadores, de la CGT, de las organizaciones sociales, de todos. La síntesis, y los liderazgos los irá dando el propio proceso político. A mi criterio así tiene que ser.
Ahora, así como digo que estamos en una etapa colegiada, digo que estamos más unidos que lo que estábamos entre 2015 y 2017. Me refiero a los dos primeros años de la gestión del gobierno de Macri, cuando el peronismo estaba dividido en tres: el kirchnerismo, con Unidad Ciudadana, el massismo, con su Frente Renovador, y el Peronismo Federal, con los gobernadores de ese momento. Hoy estamos todos juntos, o el 95%. Ese es un dato positivo. ¿Qué es lo que tenemos que hacer nosotros? Me parece que la oposición está ubicada en el lugar que tiene que estar ubicada. El mayor acierto de nuestros diputados y nuestros senadores ha sido rechazar in limine la propuesta del DNU y de la ley Bases. Me parece bien lo que hicieron nuestros diputados y nuestros senadores. Y no entrar en una negociación, porque te diluye como espacio político. Desde ese lugar estamos bien.
—¿Qué se le puede decir a los militantes?
—Hay dos acciones que yo les recomiendo a nuestros militantes. Primero, la solidaridad, es una etapa para ser profundamente solidario, porque este gobierno es anti solidario. Los valores de este gobierno son de profundo individualismo. Yo nací en un pueblo, y si la vecina de mi mamá se le quemaba la heladera, mi mamá iba y le decía “doña Pepa, deme la carne, la lecha, que la meto en mi heladera, hasta que arregle la suya o se compre una nueva”. Este liberalismo libertario te dice exactamente lo contrario: “Si se le rompió la heladera, que la arregle, si no tiene para comprar una nueva, que se embrome”. No existe la solidaridad. No existen esos valores que nos parecían absolutamente naturales. Lo anómalo era que alguien no lo haga.
Lo otro que hay que hacer es alentar todas las expresiones de rebeldía. Y la rebeldía no es solamente ir a las movilizaciones. Hay que ir, pero no es solamente eso. Rebeldía es hablar, que no nos callen la boca, hablar en la calle, en la verdulería, en la carnicería, en el trabajo, hay que hablar, hay que expresar la disconformidad. Y todo eso en un momento hay que convertirlo en poder político y a nadie se le puede escapar que las elecciones parlamentarias del año que viene van a ser muy importantes. La importancia se las dio el propio Milei, que dijo que las reformas que no pudiera hacer ahora las iba a sacar en el 2025. Nosotros, sin ninguna duda, tenemos que ir fuertemenente a construir una muralla en el Congreso, para que no pase ninguna reforma más de las que quiere Milei, y para eso hay que ganar las elecciones.