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La balacera en barrio Martin no estaría relacionada a las 20 anteriores

El ataque a balazos contra una vivienda cercana a la casa del gobernador Lifschitz y de la delegación local de la Policía Federal fue desvinculado del resto de los atentados perpetrados en Rosario desde mayo pasado, que hicieron blanco en edificio públicos y privados vinculados a la causa los Monos

El ataque a balazos contra una fachada de barrio Martin ubicada a metros de la casa del gobernador Miguel Lifschitz y de la delegación local de la Policía Federal fue desvinculado del resto de los atentados perpetrados en Rosario desde mayo pasado, que hicieron blanco en edificios públicos y privados vinculados a funcionarios que investigaron a los Monos.

Fuentes oficiales informaron que el ataque de este domingo a la madrugada contra el ingreso de un edificio de calle Ayacucho 1456, entre 9 de Julio y Zeballos, estaría vinculado “al ámbito personal” y no a las hipótesis que circularon.

Aunque no brindaron detalles, en el informe aclaran que luego de los balazos se realizaron “distintas medidas y entrevistas, donde en principio, se pudo determinar que las causas del ataque no estarían relacionadas con las hipótesis que se manejaron en diferentes medios de comunicación ni con las causas de público conocimiento”.

Con esos datos los pesquisas descartan que el ataque mafioso haya estado dirigido al gobernador provincial como se especuló en las horas siguientes por la cercanía de su domicilio particular.

El hecho es investigado por el fiscal de Flagrancia Fernando Sosa quien solicitó el registro de cámaras de videovigilancias de la zona para determinar si los atacantes dispararon desde una moto, un auto o a pie.

La saga de ataques mafiosos comenzó en mayo pasado y ya superaron la veintena. La última saga fue la semana pasada. La madrugada del jueves tres fachadas cercanas a la sede del Ministerio Público de la Acusación (MPA) de Montevideo al 1900 fueron acribillada, un día después del ataque a balazos contra el frente del edificio del Concejo Municipal. Esos ataques, sumados a un rebrote que comenzó el 10 de diciembre derivaron en cambios dentro de la Policía santafesina. El mismo jueves, el ministro de Seguridad provincial, Maximiliano Pullaro, corrió de su cargo al director general de la PDI, Daniel Corbellini, lugar que se presume ocupará Marcelo Albornoz, actual jefe de la Unidad Regional IV de Caseros. Y también relevó a la cúpula de la Unidad Regional II que estaba integrada por el director general Juan Pablo Bengoechea y su segundo, Claudio Romano. En sus lugares designó a Marcelo Gómez (ex titular de la Regional VII de General López) y a Carina Degrá, ex jefa de la División Operaciones de Rosario.

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