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La banca pública lideró la inclusión de usuarios de tarjetas de crédito desde 2020 en adelante

El Banco Nación pasó de 1,59 millones de titulares a 2,19 millones, lo que representa un crecimiento del 37,82%, mientras que el Banco Provincia de Buenos Aires tuvo una expansión de 8 puntos desde finales de 2020 hasta septiembre de 2022
Por Alejandro Tejero Vacas- Télam

La cantidad de titulares de tarjetas de crédito creció en 1,6 millones en los últimos dos años en la Argentina, de los cuales casi dos tercios fueron aportados por la banca pública, cuyos clientes con estos instrumentos de pago pasaron de 5,45 millones a 6,42 millones (+17,87%) entre diciembre de 2020 y octubre de 2022, según datos del Banco Central (BCRA).

En ese sentido, el total de titulares de tarjetas de crédito pasó de 23,2 millones a 24,8 millones (+7,02%) en todo el sistema financiero durante ese período, pero el aumento fue mucho más significativo en los bancos públicos que en los bancos privados, donde se pasó de 17,32 millones a 18,04 millones (+4,14%).

Dentro de la banca pública, el mayor aporte lo hicieron el Banco Nación, que pasó de 1,59 millones de titulares a 2,19 millones (+37,82%), y el Banco Provincia de Buenos Aires, que pasó de 1,88 millones de usuarios de tarjetas de crédito a 2,03 millones (+8%), desde finales de 2020 hasta septiembre de 2022.

Históricamente vinculados tanto al crédito de grandes y medianas empresas, los bancos públicos salieron en últimos años a implementar una política activa de facilitar a pequeños ahorristas el acceso a servicios financieros.

La apertura de cuentas de forma gratuita y a través de nuevas aplicaciones de teléfonos celulares, como los casos Cuanta DNI (Banco Provincia) y BNA+ (Banco Nación), forman parte de esta estrategia en la que vienen trabajando para alcanzar a la oferta de la banca privada.

«Estamos dando un paso más en materia de inclusión financiera, amplia y abierta para todos los sectores de la población. Sobre todo, aquellos tradicional e históricamente excluidos del sistema bancario», dijo a Télam la presidenta del Banco Nación, Silvina Batakis.

Una de las políticas para ampliar la base de personas con acceso al crédito que impulsó el Nación en 2022 fue Nación Simple, una cuenta destinada a quienes trabajan al menos 12 horas semanales en casas particulares, que realicen tareas de limpieza, de asistencia y acompañamiento a personas, o de cuidado no terapéutico de personas enfermas o con discapacidad.

La cuenta tiene una apertura gratuita e incluye la cuenta sueldo con tarjeta de débito y una tarjeta de crédito Visa o Mastercard también sin costo, con el límite inicial equivalente a un salario mínimo ($67.743).

Por su parte, el Banco Provincia decidió bajar los ingresos mínimos requeridos para obtener un paquete de productos, lo que permitió darle la posibilidad de acceder a financiamiento con tarjetas de crédito a más de 340 mil clientas y clientes que no cumplían el requisito.

De esta forma, para 2023 estima un crecimiento del orden de 46% en el stock de paquetes y de un 25% para el de tarjetas de crédito.

«Este año vamos a profundizar nuestra estrategia trazada durante los últimos tres años, que fue la de aumentar la inclusión al sistema financiero de las y los bonaerenses, en línea con un pedido del gobernador Axel Kicillof para que la banca pública facilite a toda la población el acceso a su gama de productos y servicios», aseguró a Télam Juan Cuattromo, presidente de Banco Provincia.

La búsqueda de incluir financieramente a más personas tiene una pata importante en el acceso a una tarjeta de crédito.

Es que, en la actualidad, la tasa que los bancos cobran a aquellos usuarios que abonan el pago mínimo para financiar resúmenes de hasta 200.000 pesos, conocida como «tasa de revolving», es del 77% anual nominal, lo que lleva a una tasa efectiva cercana al 140 por ciento.

Si bien puede pensarse a primera vista como costosa, es una de las más bajas tasas del mercado, muy por debajo del 300% y más que cobran los préstamos de las principales empresas fintech del país.

De todas formas, a pesar del esfuerzo de algunos bancos públicos, el deterioro del poder adquisitivo en los últimos años y la suba de tasas de interés para contener la inflación afectó a las tarjetas de crédito: en 2022 se efectuaron compras por $ 820.439,2 millones, un 11,6% menos en términos reales que el año pasado, según el BCRA

En esa misma línea, el volumen de dinero promedio utilizado en operaciones con tarjetas de crédito cayó: mientras que en junio de 2016 un consumo promedio de tarjeta de crédito era de $1.846 -medido en pesos constantes de enero de 2019-, en junio de 2022 había caído a $1.581.

«En los últimos 4 o 5 años, sobre todo desde 2018 para acá, los bancos empezaron a ser mucho más prudentes a la hora de entregar tarjetas. Los gastos de administración se suman a los costos, ya que las tarjetas tienen tasa máxima, lo que perjudica a la emisión de nuevos titulares», apuntó Guillermo Barbero, socio en FIRST Corporate Finance Advisors.

La disponibilidad de fondeo que tienen los bancos públicos son los que, para Barbero, «les permite financiar un sistema de tarjetas de crédito adecuadamente, sobre todo cuando empiezan a subir la tasa del crédito».

«En la actualidad, para el banco, si vos usás la tarjeta pero no pagás intereses, todo el movimiento de la tarjeta es un costo, no es un ingreso», apuntó, lo cual explica en parte la posibilidad de estas entidades de lanzar propuestas hacia sectores que históricamente no han accedido.

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