Cuatro hombres irán a juicio oral por el asalto a un portavalores del Banco Municipal cometido a mediados del año pasado en la zona oeste de la ciudad. El golpe, que en un principio pareció exitoso cuando el cuarteto logró reducir a un custodio y fugarse con cinco sacas de dinero, se frustró con la llegada de la Policía que encabezó una agitada persecución vehicular, la cual incluyó dos tiroteos y el choque de un móvil del Comando Radioeléctrico contra un remís, lo que provocó heridas de gravedad a dos pasajeras. El episodio terminó con la detención de cuatro sospechosos, uno de ellos baleado en la espalda, la recuperación del botín y el secuestro de cinco armas de fuego y un Volkswagen Bora que había sido sustraído una semana antes en la localidad de Soldini.
Los cuatro detenidos fueron procesados días atrás por los delitos de robo calificado agravado por el uso de arma de fuego y en banda; resistencia calificada a la autoridad; portación ilegal de arma de guerra y encubrimiento; mientras que, sobre dos de ellos, recayó además la figura de homicidio en grado de tentativa doblemente agravado ya que fueron acusados de disparar (sin que salgan las balas) contra personal policial.
El procesamiento fue dictado la última semana de diciembre por el juez de Instrucción de la 9ª Nominación, Javier Beltramone, quien negó la libertad de los acusados por entender que existe peligrosidad procesal, decisión que los dejará en prisión hasta la llegada del juicio oral. Los mismos fueron identificados como Marcos Miguel A., de 29 años; Héctor Hugo C., de 32; Miguel Andrés G., de 26, y Daniel Alfredo R., de 31.
El hecho se inició en las primeras horas de la mañana del 10 de junio de 2011 en bulevar Seguí y Cullen, cuando un Fiat Palio donde se movilizaban un portavalores del Banco Municipal y un custodio fue interceptado por un Volkswagen Bora del que bajaron tres hombres armados, con dos armas de puño y una escopeta calibre 12.70, mientras que el cuarto integrante de la banda se quedó a bordo del vehículo. El trío no tuvo dificultades para reducir al custodio, despojarlo de un revólver 32 y fugarse a bordo del Bora con cinco bolsines cerrados, cuatro cargados de billetes y el quinto con tarjetas de colectivo y telefonía celular.
La huida de los ladrones fue interrumpida a la altura de Provincias Unidas y 27 de Febrero cuando un móvil del Comando Radioeléctrico inició una persecución que incluyó un primer enfrentamiento a tiros y se prolongó hasta Barra al 3700, en barrio Bolatti, donde colisionaron ambos vehículos y tuvo lugar el segundo cruce de disparos, según la versión de los uniformados.
Allí la Policía informó que se logró detener al primer sospechoso, quien presentaba una herida de arma de fuego en la zona lumbar, mientras que sus tres cómplices continuaron la huida a pie y fueron apresados en las inmediaciones, uno de ellos en el interior de una vivienda ante la mirada atónita de sus ocupantes.
El operativo finalizó con el secuestro del VW Bora, que había sido robado una semana antes en la localidad de Soldini, y las cinco sacas del Banco Municipal. Además, la Policía informó el secuestro de cinco armas de fuego, “todas con aptitud para el disparo”: una escopeta 12.70, una pistola 11.25, una 9 milímetros y dos revólveres calibre 32, uno de los cuales pertenecía al custodio reducido.
“Les tiró con todo el Código Penal”
El juez de Instrucción Javier Beltramone procesó a los cuatro detenidos por robo calificado agravado por el uso de arma de fuego y en banda; resistencia calificada a la autoridad; portación ilegal de arma de guerra y encubrimiento; mientras que a dos de ellos también les imputó homicidio en grado de tentativa por haber gatillado contra policías sin que salgan los disparos. El magistrado también trabó un embargo hasta cubrir la suma de 100.000 pesos y negó el pedido de libertad, por lo que el cuarteto deberá seguir en prisión hasta la llegada del juicio.
“Les tiró con todo el Código Penal”, ironizó una fuente allegada a los detenidos en relación a las imputaciones del juez Beltramone, que en un fragmento de su fallo destacó el desempeño de los uniformados que participaron del operativo: “Se ha podido advertir un accionar policial prudente, eficaz y sensato. En tiempos en que la duda reina sobre las instituciones, estos seis policías junto con la científica, han honrado la suya, pues y frente a un hecho de magnitud como el investigado en autos se evitó lo que pudo haber sido una tragedia, por lo cual se deberá oficiar al jefe de la UR II a los efectos que se estime corresponder”.
El juez argumentó en su resolución que se reunieron los elementos de convicción suficientes para “justipreciar que los imputados pueden ser penalmente responsables de los ilícitos achacados”. Entre las pruebas recolectadas en la causa se encuentran los testimonios de los dos hombres asaltados y los informes de los policías que participaron del operativo que incluyó una extensa persecución vehicular con dos enfrentamientos armados.
También se tuvieron en cuentra las declaraciones de testigos ocasionales y las descargas de los detenidos, quienes negaron las acusaciones y brindaron coartadas que para el magistrado de la causa resultaron “ineficientes frente al resto de la colecta probatoria”. En cuanto a la autoría del robo calificado, el juez imputó a los cuatro por igual tras entender que fueron coautores por dominio funcional del hecho “apareciendo un único fin con un reparto de tareas” que incluyó “algún trabajo de inteligencia previo”. A eso se sumó el hallazgo dentro del Bora “de las sacas intactas y del arma reglamentaria” también sustraída al custodio.
En tanto, la imputación de encubrimiento agravado se debe a que el Volkswagen Bora en el cual se desplazaban había sido sustraído en fecha 3 de junio de 2011, siete días antes, “siendo que los aquí imputados no han podido demostrar ni la tenencia legal del vehículo en cuestión, ni aparece excusable los argumentos algunos esgrimidos en orden a intentar desconocer la ilegalidad de la procedencia del rodado”, señala el fallo. En cuanto al delito de resistencia calificada a la autoridad, el juez halló la “sustentada no sólo por los dichos de los policías que reseñan una persecución durante varias cuadras realizada con disparos, sino por la resultante de la pericial balística que determinó que las armas secuestradas fueron percutidas y se encontraban con cartuchos intactos en su interior”.
En la desenfrenada persecución, una camioneta del Comando colisionó contra un remisero que conducía un Fiat Duna en Liniers y La Paz, choque que provocó heridas de gravedad a las dos pasajeras, una mujer policía y su pequeña hija de tres años.