Un grupo de alumnos de quinto año dio ayer una clase ejemplar de educación vial. Desde temprano se subieron a los colectivos y también repartieron folletos en la plaza Sarmiento (Entre Ríos y San Luis) para explicarle a la gente sobre la importancia de respetar las sendas peatonales y de prestar atención a la hora de cruzar la calle, y cuando se está al volante. Unos 22 alumnos de la Escuela Nº 411 Leónidas Gambartes conformaron una ONG denominada Con los pies en la senda, destinada a modificar la conducta de los ciudadanos con respecto a la seguridad vial, con el objetivo de generar conciencia. El resultado fue óptimo en la primera jornada y seguirán con su mensaje hasta el viernes, en la plaza de San Juan y San Martín.
“Esta actividad con los chicos fue sumamente beneficiosa porque no sólo ellos se instruyeron con la información que surgieron de sus investigaciones sino también porque demuestran que los jóvenes de hoy se preocupan por temas tan importantes como la educación vial,” sostuvo a El Ciudadano Viviana Espinoza, docente y coordinadora de este grupo de alumnos. La profesora decidió incluir en su programa de estudios la educación vial como propuesta y desde allí surgió la idea del trabajo de concientización desarrollado por los alumnos de quinto año. “Esta escuela fue golpeada muy de cerca por los accidentes de tránsito y por eso estos chicos saben de la gravedad del tema. De todas formas, han trabajado muy duro para emprender esta campaña y hasta el momento la gente la aceptó muy bien”, comentó.
Cabe señalar que tanto Úrsula Notz como Carla Alfaro eran estudiantes de la Leónidas Gambartes. Ambas protagonizaron el terrible accidente que le costó la vida a Úrsula y dejó cuadripléjica a Carla hace cinco años, cuando Matías Capozzuca chocó el auto en que las trasladaba. De hecho, Micaela Notz, hermana de Úrsula, fue una de las que impulsó esta iniciativa con su grupo de compañeros.
“Mi experiencia previa ayudó a que me pusiera las pilas con este proyecto y a empujar a mis compañeros para que investigaran y se capacitaran para esta campaña”, explicó Micaela a este diario. Asimismo, la joven, que tenía apenas 12 años cuando falleció su hermana, dijo: “El tema es muy interesante dado que “a esta edad muchos de nosotros recién salimos a la calle por nuestros propios medios. Es necesario saber con qué nos encontramos porque estamos saliendo solos al mundo y, en breve, tendremos nuestro carné de conductor, así que como peatones y como conductores tenemos que conocer la situación y respetar las señales, como la vida del otro, además de la propia”.
Espinoza señaló que un sector de los adultos abordados en los colectivos en la mañana de ayer, folletería en mano, no prestaron atención al mensaje de los chicos: “Los adultos somos muy poco amigos de las nuevas miradas, de que nos vengan a dar clases de aquello que se supone sabemos muy bien”. Por su parte, Notz advirtió que “cuesta mucho tomar conciencia de manejarse seguros en la vía pública, sea caminando o conduciendo un vehículo”.
Luego, la docente agregó. “Para los chicos fue una experiencia nueva porque debieron transitar por el trabajo grupal y al proyecto lo elaboraron con esfuerzo e investigaciones. Claro que esta temática tiene un peso contundente porque no se trata de un tema alegre, que incite a ponerse las pilas, como dicen ellos, sino que por medio de sus investigaciones vieron las estadísticas que mostraban la muerte tan cercana como temible. De hecho, las cifras indican que la mayoría de los muertos en accidentes no superan los 25 años de edad”.
A esta “epidemia silenciosa”, como la calificó la docente, el colegio la ha padecido en los últimos años, con la muerte de varios de sus alumnos en accidentes de tránsito, entre ellos Úrsula Notz.