Quisiera escribir y compartir estas palabras acerca de la importancia de encontrar nuestra paz interior. Es ese estado en el cual encontramos un justo equilibrio en nuestras vidas, que aporta toda la serenidad y armonía necesarias para estar bien con uno mismo y mantener una sana relación con el otro.
Cuando nos relajamos, aquietando la respiración, nuestra mente se calma y es en ese instante en que podemos conectarnos con nuestro interior, escuchar nuestro corazón que se mantiene en contacto con nuestra verdadera esencia, con aquello que verdaderamente somos, independientemente de los roles sociales que interpretamos, más allá de nuestras posesiones materiales o de nuestros currículum y nombres.
Para lograr la paz que anhelamos es necesario detener nuestro ritmo de vida vertiginoso, que nos lleva a buscar afuera algo que nos complemente, que llene nuestro vacío interior. Es ese vacío experimentado por muchas personas que lleva a una búsqueda continua de algo que nos satisfaga, desde algún artículo de la última tecnología del mercado, llevando a cambiar rápidamente el modelo de celulares, autos, zapatos, etc. hasta cambiar de amigos o conocidos ya que no satisfacen nuestras necesidades.
Debemos tener en cuenta que esa búsqueda hacia afuera sólo nos satisface por momentos, hasta que aparece algo novedoso que no poseemos, y así de nuevo corremos imperiosamente en una lucha con el otro y con uno mismo por ver quién tiene lo último del mercado, es decir, buscamos algo o alguien que llene nuestro vacío interior.
En realidad, esa búsqueda es ajena a nuestra verdadera esencia, puesto que buscamos algo exterior a nosotros mismos (un objeto o una persona) que cubra nuestras carencias y limitaciones.
Para encontrar la paz que anhelamos, es necesario conectarnos desde la respiración, pilar fundamental que nos llevará a conectarnos con la Energía Universal. Por medio de la respiración consciente, practicándola calmada y pausadamente en distintos tiempos, podemos ayudar a calmar nuestra mente y llevarnos hacia nuestro interior.
Cuando realizamos una búsqueda introspectiva, a través de la práctica de la contemplación y meditación que nos propone el Reiki es que podemos hallar nuestra sabiduría interior, que permanece conectada con nuestra verdadera esencia, la cual nos guiará hacia aquello que nos proporcione bienestar y equilibrio interior, lo que se traducirá luego en una enorme sensación de paz y serenidad.
De este modo, ya no dependemos de algo exterior a nosotros mismos para estar en armonía y en calma.
También, algo que nos aporta paz es el hecho de abandonar la lucha por alcanzar la perfección, ya que ésta sólo existe en nuestra mente; cuando nos mantenemos en contacto con nuestra paz interior podemos darnos cuenta que somos perfectos tal y cual somos. Lo mismo ocurre con cada hecho que vivimos, cada situación es perfecta tal cual es, lo que importa es la actitud que adoptamos ante lo que nos sucede. Podemos, ante un hecho determinado de nuestras vidas, dejar que nos destruya por completo y nos hunda en un profundo desgaste energético y así vernos envueltos en un sinfín de preguntas producidas por una mente que no está en armonía. Cuando ello ocurre, nuestro nivel de energía se mantendrá muy bajo, permitiendo que aparezcan emociones negativas como la desesperación, la ira o el rencor. O podemos, por el contrario, desde la enseñanza que nos brinda el Reiki, aprender a adoptar una mirada completamente diferente de aquello que nos sucede, tratando de conectarnos con emociones de energía positiva que nos otorgan la posibilidad de observar lo sucedido desde otro ángulo, dejando lugar a que surjan nuevas emociones como el amor, la compasión, el perdón hacia uno mismo y hacia otras personas.
Al mismo tiempo, la adopción de una mirada diferente de la situación vivida nos permitirá aceptar lo sucedido, encontrando un aprendizaje escondido en una situación aparentemente desagradable. De este modo, damos lugar a que surja en el interior de nosotros mismos la paz que anhelamos.
Es así que el Reiki se convierte en una herramienta muy valiosa a lo ahora de enseñarnos a adoptar estas actitudes positivas de observar y aprender de diversas circunstancias, llevándonos a conectarnos con nuestro interior, ya que es allí donde radica nuestra fortaleza. Aquello que nos permite desde la paz y la armonía interior edificarnos cada día como seres humanos; meditando sobre los cinco principios del Reiki, podemos pulirnos y conectarnos con nuestra verdadera esencia que permanece inalterable ante cualquier hecho de nuestras vidas.
Si entendemos que aquello que nos sucedió, afectó sólo al ego y no a mi verdadero ser podemos desapegarnos de la situación vivida. Incluso podemos alcanzar a través de ella un nuevo aprendizaje incorporando una nueva óptica más libre, más positiva, que nos enseña a fluir con la energía del universo. Así, seremos como el cauce del agua que fluye sorteando numerosos obstáculos en su camino, sin detenerse ante ellos.
Debemos recordar siempre detenernos un momento en el día y procesar todo aquello que nos sucede, a través de la contemplación, de la meditación e introspección, conectándonos con la Energía Universal, recordando que somos parte de un todo mucho más amplio de lo que a simple vista percibimos. De este modo, cuando nos desapegamos de lo sucedido y abandonamos sensaciones de carencia, dejamos espacio para que surja nuestra paz interior.