El secretario de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Mario Grinman, afirmó este miércoles que el 11,5% de los locales comerciales que cesaron sus actividades por la pandemia de coronavirus «no volverán a abrir» una vez finalizada la emergencia.
«Es una realidad inexorable, había que luchar contra la pandemia, hay que proteger la salud y estamos totalmente de acuerdo con lo que hizo el presidente Alberto Fernández, pero la economía es un tema complicado, tampoco hay vida si no hay economía», sostuvo Grinman en declaraciones a radio La Red.
En ese marco, agregó: «Es imprescindible salvar tantas vidas como se pueda, pero en el proceso hay que ser muy cuidadoso de no destruir la economía».
El porcentaje de cierre estimado por la CAC alcanza a aproximadamente 40.000 comercios de todo el país, aunque el epicentro del problema en el Área Metropolitana Buenos Aires (Amba).
«La realidad es que hay dos países. Uno es el Amba y el resto del país es diferente, con muchas provincias que no tuvieron infectados o con muy poco porcentaje», indicó el titular de la CAC.
En estos últimos lugares, explicó, «era necesario abril la actividad comercial», porque ello iba a «servir como muestra de cómo funcionaban las cosas».
Al respecto, destacó que muchos comercios, a pesar de la apertura, «están vendiendo un 30% menos que antes de la cuarentena».
Grinman mencionó «sectores muy castigados» como el de indumentaria, calzado, gastronomía y hotelería, y enfatizó el caso del turismo, una actividad que «puede tardar años en recuperarse».
Consideró que la pandemia va a dejar consecuencias peores que la crisis del 2001 en la cual la actividad productiva, «aún con hiperinflación, seguía funcionando».
«Con lo que no se puede funcionar en con depresión. Cuando se cierran los locales no hay posibilidad, no hay expectativas, no hay futuro», remarcó.
Consideró que el gobierno nacional actuó de manera correcta en los temas sanitarios y económicos.
Sobre esto último ponderó la «celeridad» de la decisión política de implementar los fondos ATP (Asistencia de Emergencia al Trabajo y a la Producción), aunque atribuyó las demoras en el cobro a una «burocracia fenomenal».
«En términos generales, el gobierno actuó de la mejor manera posible, con muy pocas herramientas como la emisión monetaria», algo que, dijo, «no nos tiene que asustar porque es preferible tener una alta inflación antes que tener una depresión».