Las integrantes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito no imaginaban un cumpleaños de 15 como este. No es que en sus fantasías estaba vestirse de blanco y bailar el vals. Pero sí soñaban con un 28 de mayo verde, con glitter, agite y baile en las calles. Y sobre todo, veían un 2020 con aborto legal, seguro y gratuito para todas las mujeres y personas gestantes en Argentina. La pandemia de coronavirus pospuso el tratamiento del proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo, que el poder ejecutivo había prometido enviar al Congreso en las primeras semanas de marzo pero que quedó en suspenso con la crisis del covid-19. La pandemia postergó también los abrazos y los festejos cara a cara por los 15 años de lucha de la Campaña, pero no impidió que este jueves la marea verde recorra el país de manera virtual. Habrá actividades en todas las ciudades y la movilización estará en las redes sociales. Las referentas Mabel Gabarra y Silvia Augsburger, integrantes de la comisión redactora del último proyecto de ley presentado al Congreso, reflexionaron junto a El Ciudadano sobre cómo llega este nuevo aniversario al país. Ambas coincidieron en que Rosario fue punta de lanza en la pelea por el derecho a decidir y en que este 2020 el aborto será ley.
El 28 de mayo es el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres y en Argentina la fecha está marcada por la pelea por el aborto legal. En 2005 un grupo de mujeres que se había reunido en Córdoba eligió esa fecha para lanzar la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. La gesta colectiva había empezado mucho antes. La historia de la lucha por la legalización del aborto en la Argentina tiene sus orígenes en la década del 80 y fue un tema constante en los Encuentros Nacionales de Mujeres (ahora Plurinacionales y con las disidencias), que se hacen año a año en distintas ciudades del país desde 1986.
Pero fue el Encuentro de 2003 en Rosario el que marcó uno de los puntos más importantes en la genealogía de esta lucha. Esa edición quedará en la historia del movimiento feminista argentino como la primera vez en el que se usó el pañuelo verde para marchar. Los triángulos de tela habían llegado en cajas en manos de las cordobesas de Católicas por el Derecho a Decidir, quienes propusieron usarlo para la movilización de cierre que atravesó avenida Pellegrini y terminó en el Monumento. Decían “por el derecho a decidir” y Mabel Gabarra recuerda que fue la primera vez que sintió que estaba en una marea verde. Los pañuelos no eran todavía un símbolo de pelea por el aborto legal pero el germen de esa lucha se había plantado en esos días.
El ENM de 2003 fue el paso previo a la creación de la Campaña. Lo que generó un cambio radical en la discusión fue que por primera vez se hizo el taller de estrategias por el aborto legal. El año anterior, el encuentro había sido en Salta y tuvo un movimiento de mujeres católicas que iban a los talleres de aborto y anticoncepción a boicotear las discusiones. Para el de Rosario la Comisión Organizadora planteó que era necesario un taller para que se encontraran quienes estaban de acuerdo con la legalización para armar estrategias hacia una ley. La decisión implicó que por primera vez se pensara en articular luchas de cara a un proyecto de ley. En esa edición también hicieron una asamblea por el derecho al aborto con más de 300 personas y se trazó un plan de lucha nacional.
Al año siguiente el Encuentro llegó a Mendoza y surgió la propuesta de lanzar una campaña para juntar firmas en todo el país para presentar al congreso nacional. A comienzos de 2005 referentes de distintas organizaciones del país se juntaron en Córdoba y formaron la Campaña. El lanzamiento fue fechado para el 28 de mayo.
La idea inicial era que la Campaña durara 5 meses. Juntaron 50 mil firmas en todo el país y las presentaron al Congreso Nacional junto con el primer proyecto de ley. Pero lo que se pensó como una cruzada de unos meses se convirtió en la forma de articular a más de 500 organizaciones alrededor de un proyecto común de IVE. Durante 15 años, la Campaña presentó 8 veces el proyecto, siempre con el mismo objetivo: sacar del Código Penal al aborto y permitir que las mujeres y personas gestantes puedan abortar por voluntad propia hasta la semana 14 de embarazo. En estos 15 años el proyecto fue tratado una sola vez. Fue en 2018 acompañado por la mayor movilización popular de la historia argentina.
En perspectiva
Silvia Augsburger y Mabel Gabarra coinciden en que no imaginaban que la Campaña iba a cumplir 15 años con un nivel tan alto de despenalización social del aborto. “Fueron años de una militancia constante, de progresos y avances. Siempre pensamos que iba a salir en algún momento pero nunca pensamos que iba a durar tanto. Los primeros años fueron de formación, hacíamos seminarios y talleres. Y también hacíamos mucho trabajo de adhesión en la calle que era bastante mal recibido. Íbamos con las planillas para firmar y recibíamos insultos. Eso cambió lentamente y hoy nos llaman directamente para firmar”, recuerda Gabarra.
“Siempre estaba en la utopía y en el deseo pero no imaginábamos el consenso social que tiene hoy el aborto con el punto de inflexión de 2018, con el millón de mujeres, sobre todo jóvenes, en las calles. Ese escenario que aun hoy me sigue emocionando”, agrega Augsburger.
Para Gabarra, el punto de inflexión fue en junio de 2015, con la primera movilización de Ni Una Menos: “Con el gran rechazo a la violencia de género y los femicidios, empezamos a tener la sensación de que esto iba a cambiar con la adhesión de las jóvenes. En el 2016 se dieron dos grandes transformaciones, primero en el Mi Una Menos que sumó la consigna de Ni Una Menos por aborto clandestino y después con el ENM de Rosario con la explosión de las pibas. Y ahí se transformó todo. La gran marea verde de 2018 se fue formando en esos años a partir de chicas jóvenes, y varones también, de primaria, secundaria y universidades, empezaron a portar el pañuelo verde y a participar en todas las luchas. Eso nos lleva a una situación actual en la que si hiciéramos una encuesta a nivel nacional veríamos que gran parte de la sociedad asume la legalización del aborto como una deuda de la democracia”.
La referente de la Campaña de Rosario advierte que tal grado de movilización llega también con resistencias. “Estamos enfrentándonos a poderes de todas las iglesias pero creo que tenemos la ventaja de que el Poder Ejecutivo va a ser impulsor del proyecto. Queda ver cómo se discute y si este tema tan controvertido puede ser discutido de manera virtual porque exige una participación de todos los diputados y diputadas. Lo veo difícil en una sesión de 4 horas. También es difícil el cabildeo en este contexto, sobre todo en el Senado que es un lugar que siempre fue más duro de entrar. Igualmente, creo habrá muchos senadores y senadoras oficialistas que van a acompañar el proyecto y que tener a una presidenta de la Cámara que ya votó a favor va a ayudar”, dijo sobre el posible tratamiento de la IVE en sesiones virtuales.
Sobre este punto, Augsburber opina que dentro de la campaña hay diferentes percepciones. “En lo personal no le tengo miedo, creo que estamos muy aceitadas en las redes y que vamos a poder dar el debate virtual. Si se aprueba en contexto de aislamiento tendremos tiempo de abrazarnos y juntarnos cuando volvamos a la habitualidad. Mi expectativa es que el gobierno nacional cumpla con lo anunciado públicamente, que envíe el proyecto que tiene y que eso habilite el proyecto de la campaña. Nuestra postura es que se trate nuestro proyecto”, agrega.
Para Augsburger cumplir años en pandemia habilitó un ejercicio de reflexión para la Campaña. “Nos ha servido para rescatar una historia que las generaciones más jóvenes no conocían. Además, estos 15 años sirven para valorar una forma de construcción política que tenemos desde el movimiento feminista que saber que la lucha nunca es individual, que los avances son siempre parte de un trabajo colectivo, que a veces le ponemos un nombre y apellido pero que hay muchísimos actores y actoras detrás”, explica. Par ella, esa forma de construir se vio reflejada en el premio “El servicio al otro” que dieron Soledad Deza, abogada feminista tucumana. “Esa es la forma que tenemos las feministas de que el dolor del otro y de la otra no nos sea ajeno. Y cuando estamos luchando por la legalización del aborto estamos pensamos no en nosotras sino en aquellas mujeres que ponen en riesgo su vida”, agrega Augsburger.
Las dos referentas coinciden en que Rosario fue y es un semillero de las luchas feministas. “Rosario es iniciática. Acá empezamos con los talleres de estrategias en 2003 que fijaron las bases de la campaña y usamos los pañuelos verdes por primera vez. Creo que todo es parte de un proceso. En Rosario esta la propuesta de articular las luchas, pero el reclamo empezó en los 80 y siguió en los 90. Todo fue un camino de luchas para lograr un objetivo. Tengo la esperanza que este 2020 lo vamos a conseguir y que el aborto será ley”, dice Gabarra.
Augsburger opina en el mismo sentido: “Rosario sigue teniendo ese papel protagónico, lo vemos en las redes sociales de la Campaña y en la cantidad de colectivos que sacamos en 2018 para ir al Congreso. La ciudad tiene un movimiento muy activo que fue el que empujó históricamente las políticas en relación a los derechos sexuales y reproductivos. Que hoy estemos satisfechas con las políticas públicas de nuestra ciudad y nuestra provincia tiene que ver con ese empuje del movimiento feminista”.
Proyecto de ley
El 28 de mayo del año pasado la Campaña presentó el proyecto de IVE por octava vez al Congreso Nacional. La iniciativa recoge el debate de 2018 en un texto nuevo. El principal cambio en relación con la legislación actual es que la Argentina deje el modelo de despenalización por causales de violación y riesgo de salud vigente desde 1921 y pase a la legalización por voluntad de la mujer o persona gestante. El texto dice que el aborto será legal hasta la semana 14 de embarazo inclusive. Después de ese período de gestación será un derecho en casos de violación o riesgo de salud. Una de las principales modificaciones fue añadir el término persona gestante, que hace referencia a que no sólo las mujeres abortan. También hay varones trans que reclaman por este derecho. Otro de los cambios fue el agregado del principio de autonomía progresiva de niñas y adolescentes, tal como establece el Código Civil y Comercial. Este punto es fundamental a la hora de dar respuesta a los casos que fueron conocidos mediáticamente de niñas menores de 13 años víctimas de violación. También hay un apartado para personas con discapacidad que sigue los mismos principios de las leyes argentinas.
La objeción de conciencia por parte de profesionales de la salud no fue incluida en el texto. Sobre la penalización el texto establece distintas penas para quienes causen abortos sin consentimiento de la persona gestante o para los profesionales de la salud que impidan el acceso. La mujer y persona gestante en ningún caso será penada.
El 1ro de marzo en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso Nacional el presidente Alberto Fernández anunció que enviaría un proyecto del ejecutivo de legalización y despenalización del aborto. Es la primera vez que un mandatario argentino se compromete con el debate, diciendo públicamente que está a favor de la legalización. El texto, en el que trabajó la secretaria Legal y Técnica Vilma Ibarra (una de las autoras de la ley de matrimonio igualitario) iba a ser enviado al Congreso en las primeras semanas de marzo. Pero la pandemia dejó el debate en suspenso. A principios de mayo, Fernández dijo que el proyecto estaba listo para ser enviado y que quedará en el Congreso determinar si lo trata en las sesiones virtuales.