Con los nervios del primer show latentes, la exigencia de ponerle un nombre a la banda se hace carne, alguien dice Almendra y la referencia inevitable a Luis Alberto Spinetta se hace presente. Los frutos secos toman protagonismo y nace Castaña de Cajú. Seis años después, la agrupación oriunda de La Plata está a punto de sacar a la venta su segundo disco de estudio, un material que bajo el título Pequeñas resistencias tendrá su presentación oficial en la ciudad esta noche, a partir de las 21.30, en el Túnel 4 del Centro Cultural Parque de España.
Si bien aún no está a la venta, los adelantos de lo nuevo de Castaña de Cajú ya están rotando en la web, un compendio de “canciones influenciadas por la música rioplatense y distintos ritmos de la música popular latinoamericana”, según describió Juan Pedro Dolce, una de las voces de Castaña, en charla con El Ciudadano. “Nuestro repertorio tiene canciones propias con influencias de muchas músicas del folclore popular fusionadas con el rock y el pop que son músicas más globales”, afirmó.
Además de Dolce, la agrupación, cuyo primer disco Entrelunalashojas ingresó a bateas en 2011, está integrada por Facundo Codino (bajo, contrabajo y voz), Ramiro Florentín (bandoneón, clarinete, guitarra criolla, armónica y voz), Andrés Castellani (percusión y accesorios) y Joaquín Zaidman (batería). Cada uno de ellos aportó su impronta, su estilo, sus referentes para crear las particularidades de la agrupación que comparten, en la que también son perceptibles tintes de jazz y tango. “El Flaco es uno de nuestros referentes, nos acompaña en varios aspectos como en la lírica y en algunos abordajes musicales. En los terrenos de las armonías, de las texturas de los timbres, de las líricas, él fue totalmente revolucionario. Creó su propio lenguaje y abrió una puerta hermosa para que todos los que venimos detrás podamos atravesarla”, aseguró el también guitarrista.
Cinco años pasaron desde la grabación de su primer disco y el tiempo y los intereses hicieron que las diferencias con Pequeñas Resistencias fuesen notables. El material anterior se presenta como “generador de climas, de espacios íntimos” y este trae consigo una idea de “contundencia”. “Este disco tiene más power. Teníamos ganas de abordar sonoridades más potentes para poder, incluso, tocar en otro tipo de escenarios, poner a Castaña en otro tipo de situaciones”, describió.
Fue así que surgió Pequeñas resistencias, un disco integrado por once temas “hermanados desde diferentes lugares creativos y estéticos, pensados, cada uno, como una forma sutil de resistir. Concebimos la canción como resistencia”. Y a lo largo del disco “cada tema resiste a su manera” pero se engloba en lo que Dolce refirió como la resistencia del arte. “Históricamente el arte es un espacio de resistencia, que va por fuera de un sistema, proponiendo otra cosa frente a los espacios de presión, buscando la libertad, dejando fluir eso que está un poco oprimido en la dinámica de la vida actual”.