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La cárcel es buen lugar para armar negocios: cómo hizo Tucu, que vendía para Guille Cantero

José Matías Ruiz está de nuevo tras las rejas en Ezeiza. Conoció al líder de Los Monos en el penal de Marcos Paz y hubo química: en sus salidas transitorias, movía la cocaína del clan rosarino

Por Héctor Martín Galiano – Zona Crítica

José Matías Ruiz pasa las horas en el penal de Ezeiza. Hasta diciembre del año pasado vivó en el barrio 29 de abril, en Saavedra al 8.500, al norte de la capital provincial. Allí, junto a su compañera Estefanía Peñaloza vivían lejos del ruido del centro, y cerca de la paz que puede ofrecer el río Salado. Hasta hace poco, el “Tucu” movió cocaína por pedido del “Guille” Cantero, a quien conoció en el penal de Marcos Paz, cuando tras la condena de marzo de 2021 del TOF santafesino -por venta de drogas al menudeo- fue trasladado a la cárcel de la provincia de Buenos Aires.

En julio del año pasado, un anónimo presentado en el Juzgado Federal de Morón daba cuenta de que Ruiz buscaba drogas en Rosario y la distribuía en San Juan o Caba por encargo de Máximo “Guille” Cantero. Todo ello era posible porque el “Tucu” había empezado a gozar del beneficio de las salidas transitorias. Era una mula en las pocas horas que tenía en el mundo libre.

Ruiz empezó con salidas de 48 horas, luego fueron 72 y en octubre de 2022 salió bajo libertad asistida. “El TOF valoró la positiva evolución del detenido y su proyección laboral y habitacional”.

Con esa libertad Ruiz tomó contacto rápidamente con el mundo del hampa y en una conversación telefónica le comenta a una persona que él “movía para Los Monos” y que le habían ofrecido ser el que “pilotee todos los sicarios de la familia Cantero».

“El Tucu”, a quien también se lo conoce como “Mati” es un conocido del ambiente. En su momento la brigada antidrogas de Santa Fe lo investigó por ser un eslabón del “Indio” Jesús Alejandro Mateo Leyes, detenido por infracción a la ley de drogas en junio del año pasado. Durante muchos años, Leyes fue fuerte en el barrio de Pompeya.

El 7 de diciembre del año pasado, por pedido del fiscal Walter Rodríguez, la Policía Federal allanó la casa de barrio 29 de abril y detuvo a Ruiz y Peñaloza, con 107 gramos de cocaína y una pistola semiautomática de acción simple y doble, calibre 9 x19 mm (9 mm Lager) marca Bersa, Modelo Thunder 9, de numeración serial erradicada, apta para producir disparos.

Un informe balístico permitió establecer que la Bersa secuestrada en poder de José Matías Ruiz y Stefanía Andrea Peñaloza percutió dos vainas servidas que habían sido incautadas en el marco de dos causas asignadas al Ministerio Público de la Acusación de Rosario. Una de ellas en manos del fiscal Adrián Spelta de la Unidad de Homicidios de Rosario. Podría tratarse de la misma pistola que disparó mortalmente contra Julio Oscar Aquino, perpetrado el día 24/04/2016 en las inmediaciones de Avenida San Martín e Hilarión de la Quintana.

En otra conversación, registrada el 7 de septiembre del año pasado “Tucu” le refiere a un compinche del delito que “yo maté en Barranquitas a Matías Gonzáles, uno que se hacía el carteludo, le dí un tiro en la cabeza”…dijo en relación a un homicidio ocurrido en octubre de 2014 en Juan del Campillo y Perón, en el barrio Barranquitas, investigación que estuvo a cargo del fiscal de la Unidad de Homiciidios Andrés Marchi.

Embargo por posible lavado

El fiscal solicitó en su dictamen que se embarguen cuatro coches que presume fueron adquiridos con plata del negocio narco, dado que Ruiz en varias de sus comunicaciones da cuenta de una serie de compras de autos y casas producto de su negocio ilícito.

Por todo ello, el Fiscal Federal Walter Alberto Rodríguez pidió la elevación a juicio de la causa de drogas, la apertura de una investigación por lavado y la colaboración con el MPA frente a la posibilidad que el arma secuestrada a Ruiz haya disparado las balas que terminaron con la vida de dos o más personas.

 

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