Gran Hermano tuvo este lunes una gala de sorpresas por el ingreso a la casa más famosa del país del polémico exparticipante Walter “Alfa” Santiago. El jugador de edición anterior, que dividió al público entre amor y odio, se sumó a la presente edición del reality por unos días y dividió a la casa entre los que están felices y los que pusieron caras largas.
Tal como pasó hace ya varias semanas con Romina Uhrig, participante de la misma edición que Alfa, esta vez el ahora mediático regresó a la casa para quedarse algunos días e incluso jugar, ya que deberá votar. “Prepárense. Hasta el final no me voy, aviso”, dijo.
Una de las más felices por el ingreso del polémico participantes fue Furia que venía pidiendo conocerlo y entre las caras más largas estuvo la de Catalina que lo conoció afuera de la casa (antes de reingresar en repechaje) y, según parece, no tuvieron la mejor relación.
Otra de las que no están muy contentas con el ingreso es Virginia que, el año pasado, había escrito algunos comentarios contra el jugador en Twitter.
El encuentro más esperado
Este lunes la “protagonista” del debate era Rosina, la jugadora que abandono la casa el domingo. Después de que los panelistas del certamen le dieran su opinión sobre su desempeño en el programa se produjo el encuentro más esperado por el público: Rosi y Lucía se abrazaron.
Las jugadoras tenían una relación muy cercana dentro de la casa y al salir, Lucía, reveló sentir atracción por la uruguaya. Incluso este lunes, durante el debate con la reciente eliminada, se la vio por demás emocionada con el inminente reencuentro.
Consultada sobre la tucumana, la ahora exparticipante uruguaya no negó ni afirmó corresponder a los presuntos sentimientos de quien fuera su amiga durante la participación de ambas en el reality.
Sin embargo, una vez finalizado el programa, y tras la invitación de Santiago del Moro, las ex “Chicas Superpoderosas” se fundieron en un sentido abrazo.