Sofía Romera Zanoli / Télam
El Museo Casa Histórica de la Independencia, la “casita” que millones de estudiantes de sucesivas generaciones dibujaron y colorearon para conmemorar la decisión soberana que tomaron el 9 de Julio de 1816 las Provincias Unidas de Sud América, pone en funcionamiento nuevas propuestas pedagógicas, en clave virtual y con perspectiva de género, para acercar su narrativa y misión al público de todo el país, sobre todo en estos tiempos donde la pandemia de coronavirus restringe los movimientos y la visita presencial que antes ocurría cada 9 de julio en Tucumán, se verá resentida.
Encuentros virtuales con las escuelas a través de las plata-formas digitales
“La pandemia afectó también a los museos. La Casa Histórica estuvo cerrada desde marzo de 2020 hasta febrero de este año, en que volvió a abrir sus puertas. Tras un lapso de tiempo, debido a la segunda ola, tuvimos que volver a cerrar.
Fue ese contexto el que nos llevó a adaptarnos y proponer nuevas ofertas digitales para acercarnos al público”, señala Valentina Mitrovich, historiadora responsable del Área de Investigación del Museo Nacional de la Independencia Casa Histórica.
Ese museo nacional propone encuentros virtuales con las escuelas a través de las plataformas digitales para que los alumnos puedan conocer la historia de la Independencia y de la casa colonial.
“Sería mejor –dice Mitrovich– que nos veamos de forma presencial, pero por otro lado la virtualidad nos permite llegar más lejos”.
Puertas abiertas para recibir al presidente Alberto Fernández
Otra de las propuestas museológicas es una serie de podcast alojados en Spotify, llamada Hotel de la Independencia. Está compuesta de tres capítulos que entablan un diálogo entre pasado y presente a través de un viajero que se traslada a la época colonial.
El museo, que en la actualidad permanece cerrado al público, abrirá sus puertas hoy para recibir al presidente Alberto Fernández, quien encabezará el acto central por el Día de la Independencia.
Esta casa colonial tan importante para la historia argentina data de fines del siglo XVIII y fue demolida y reconstruida en varias oportunidades. De su edificación original, conserva solo el Salón de Jura, en donde se declaró la Independencia. En 1941, la casa fue declarada Monumento Histórico Nacional y se convirtió en museo en 1943.
La estructura cuenta con seis salas. Las tres primeras están destinadas al relato de la Independencia; las otras tres, a muestras. Además, tiene tres patios.
Las Provincias Unidas del Sur veían en Buenos Aires un poder opresor y centralizado
Con respecto a la historia de la casa, Mitrovich señala que “muy pocos conocen sus orígenes. Fue construida en el año 1760. Era parte de la dote de Francisca Bazán, quien compartió su propiedad con su marido Miguel de Laguna, una familia muy adinerada de Tucumán”.
“Cuando es declarada la Independencia, la familia ya no vivía en la casa. En este sentido, es importante recordar que, desde que la Revolución de Mayo, en 1810, las ciudades son militarizadas y las casas se adaptan a un contexto de guerra para responder a las demandas de esas circunstancias. Es por razón que la casa se transforma en almacén de guerra”, cuenta la historiadora.
Y añade que los congresales eligieron a Tucumán como sede independentista, “en primer lugar, porque las Provincias Unidas del Sur veían en Buenos Aires un poder opresor y centralizado. Por otro lado, por la disposición geográfica de la ciudad que estaba ubicada en un punto intermedio entre el Alto Perú y Buenos Aires, lo cual permitía reducir la distancia de viaje de los congresales. Cuatro de ellos eran del Alto Perú”.
Además, conforme a Mitrovich, Tucumán “había tenido una importante participación en el proceso revolucionario y un ejemplo de ello fue la Batalla de Tucumán, que llevó adelante el Ejército del Norte bajo el mando de Manuel Belgrano, lo cual demostró un gran compromiso de parte de los soldados y de los vecinos que participaron sin entrenamiento militar”.
La firma del Acta contó con una importante participación de la población indígena, africana y de mujeres
Otro dato importante, indica Mitrovich, es que “las sesiones del Congreso en la casa se inician un 24 de marzo de 1816, y meses después, el 9 de julio de ese año, se declara la Independencia, en el marco de “una jornada extensa, impregnada de un clima festivo”.
Ese 9 de julio, “los 29 congresales firmaron el Acta de la Independencia, en la que se comprometen a romper los lazos y terminar con el poder opresor de España como Provincias Unidas de Sud América”, señala la historiadora. Unas mil copias en español, 500 en quechua e igual número en aymara darán eco poco después a la flamante decisión soberana.
“Es importante considerar la historia de nuestra Independencia como un proceso y no como una única fecha, en la que los congresales llegaron un día a Tucumán y firmaron el Acta, sino que contó con una importante participación de la población indígena, africana y de mujeres”, manifestó la historiadora.