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La casa propia perdió los cimientos del UVA y el Procrear

El dólar y la inflación dispararon el costo de los financiamientos y desactualizaron los montos de los préstamos en los que se apoyaba la clase media para ascender a propietaria. Seguir alquilando también se vuelve imposible, con renovación de contratos con 35% de aumentos

El sueño de la casa propia se volvió pesadilla.  La disparada del dólar, la pérdida del poder adquisitivo, la inestabilidad laboral y la inflación en ascenso son algunas de las causas que en menos de cuatro meses sepultaron la ilusión. El nuevo programa Procrear quedó atrasado en los montos del crédito y los préstamos con actualización UVA se tornaron impagables. Son los instrumentos que tiene la clase media para ascender a propietaria, y quedaron pulverizados por las variables macroeconómicas a las que están atados. Fuentes de la Cámara Inmobiliaria de Rosario confirmaron que desde mayo casi no hay operaciones de venta. La opción de seguir alquilando a la espera de mejores escenarios no es mejor: los contratos se renuevan con más de un 35 por ciento de aumentos y cláusulas abusivas.

“El panorama inmobiliario es bastante negro porque no hay demanda.  Hasta marzo, casi la mitad de las operaciones que se realizaban eran en base a los créditos UVA o la nueva línea del Procrear. Sin embargo, desde mayo, cuando empezó la disparada del dólar, el mercado se resintió”, describió José Ellena, presidente de Cámara de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Cadeiros) en diálogo con El Ciudadano.

Los socios de la Cámara empresaria se reunieron el martes último para estudiar mecanismos que permitan reactivar las operaciones. El precio de las viviendas y su actualización se establece, desde hace décadas, en dólares, aún cuando la transacción concreta se haga en pesos. La crisis obliga ahora a un cambio: el seguimientos de los valores de las propiedades ya no se hace de acuerdo a la paridad del billete verde sino con la evolución del coeficiente UVA, acrónimo de Unidad de Valor Adquisitivo que se calcula a razón de mil UVAs equivalentes al costo de un metro cuadrado de construcción de vivienda modelo, lo que a la vez se relaciona con la inflación. “Hoy una tracción la llevamos en pesos y en UVA para tener un seguimiento ordenado. No se puede seguir la variación del dólar, los precios, calculados en esa divisa, deben bajar entre un 10 y 20 por ciento”, mencionó Ellena una condición para que el parate no se mantenga.

Las escasas transacciones que se realizan hoy están relacionadas más que nada a razones de necesidad extrema de compradores o vendedores. “Hay gente que necesita vender urgente por un motivo determinado y no es mal momento si uno cree que el dólar va a seguir subiendo, mientras que los compradores esperan que sus ahorros en dólares tengan más valor en el futuro”, explicó.

Con la clase media sin sostén financiero, la demanda más sostenida en un mercado recesivo se circunscribe a los sectores de alto poder adquisitivo. “Hoy un lote que vale 400 mil pesos (en Funes o Roldán, por ejemplo) es muy difícil de vender porque ese mercado es para un asalariado que vive todos estos vaivenes”, explicó Ellena.

Alquileres

La escasa demanda de compras y ventas en el mercado inmobiliario repercute en forma automática en los alquileres. En el último tiempo se observó un incremento en la demanda de renovaciones contractuales pero con números abusivos.

“El techo propio ya es un sueño inalcanzable y eso genera una demanda sostenida en la demanda de alquileres, pero observamos que las renovaciones contractuales llegan con un 35 por ciento de aumento”, puso en cifras Ariel D’Orazio, referente de la Concejalía Popular.

Las cláusulas abusivas que tienen los contratos de viviendas pueden ser semestrales o anuales y el promedio va desde el 15 por ciento y llega al 35. “El salario ni por asomo llega a esos números”, comparó.

D’Orazio remarcó que desde la Concejalía Popular siguen solicitando la ley de alquileres que está en Diputados. Antes de fin de año tienen pactada una reunión con el diputado Daniel Lipovetzky para volver a explicar la situación.

“Esto generaría que los incrementos sean en forma anual y con un índice tomado entre los salario y la inflación”, cerró.

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