El juez federal de Santa Fe Reinaldo Rodríguez elevó a juicio oral el expediente que investiga el homicidio de Silvia Suppo, la testigo rafaelina que declaró en la causa Brusa y que fue asesinada en su local comercial el 29 de marzo de 2010. Por decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la investigación del crimen recayó en la Justicia federal en virtud de la vinculación de la víctima con las causas por delitos de lesa humanidad cometidos por la última dictadura en Santa Fe. Además de testimoniar en la causa Brusa, Suppo iba a declarar en el juicio que investiga la desaparición de su pareja, Reinaldo Hammeter, ocurrida el 25 de enero de 1977.
El expediente que el juez Rodríguez elevó a juicio oral investiga la autoría material del homicidio y no la hipótesis del crimen por encargo que plantearon los abogados de los hijos de la víctima y los organismos de derechos humanos. En declaraciones a Télam, la abogada querellante Lucila Puyol, quien considera que debe investigarse el homicidio como un delito de lesa humanidad, dijo que “la causa aún no está cerrada” y que hay una instancia procesal abierta.
“No hay nada definido por el momento; hay un planteo de nulidad que no fue resuelto, por eso estamos aguardando”, sostuvo la abogada.
La decisión de pasar el expediente a la órbita federal la tomó la Corte Suprema de Justicia de la Nación el último 29 de marzo. Por el crimen están detenidos, desde el año pasado, dos jóvenes cuidacoches de Rafaela –Rodolfo Cóceres y Rodrigo Sosa–, quienes se declararon culpables ante la Policía. El juez Rodríguez consideró que Cóceres y Sosa asesinaron a Silvia Suppo en el comercio que la mujer atendía en el centro de la ciudad cabecera del departamento Castellanos.
En el debate oral se los indagará sobre su confesión y la querella tratará de probar la hipótesis de que actuaron incitados por el encargo de un tercero, aun cuando los jóvenes declararon que no conocían el rol de su víctima en las causas por derechos humanos.
Luego de un año de tramitarse en el ámbito de la Justicia provincial, la Corte nacional resolvió que el asesinato de Silvia Suppo sea investigado por el Juzgado Federal Nº 1 de Santa Fe. La decisión del máximo tribunal fue interpretada por los organismos de derechos humanos como un aval a la hipótesis de crimen político. Hasta entonces, el caso era investigado por el juez de Rafaela Alejandro Mognaschi, quien se declaró incompetente luego de que la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación se presentara como querellante en la causa en septiembre de 2010. La Corte nacional resolvió que por “razones de mejor administración de justicia” la muerte de la testigo sea investigada en el fuero federal.
La decisión se basa en la posibilidad de un supuesto crimen por encargo ejecutado con el fin de entorpecer causas abiertas vinculadas con la represión ilegal durante la dictadura, entre ellas la que investiga la desaparición de Hammeter.
Por ello, el juez Rodríguez clausuró la etapa investigativa y elevó la causa al Tribunal Oral Federal de Santa Fe, que deberá constituirse para debatir el caso. La principal incógnita tiene que ver con la aparición de un testigo de identidad reservada que aseguró que dos presos con salidas transitorias de la cárcel de Coronda habrían recibido instrucciones del hijo de un represor para “sacar del medio” a la ex detenida-desaparecida.
Tras el crimen de Suppo, las autoridades provinciales plantearon que se trató de un robo seguido de muerte –los dos detenidos, que se llevaron 200 pesos del local, declararon que la mataron porque ella los había reconocido– pero los organismos de derechos humanos salieron a plantear la hipótesis de crimen por encargo.
“Disentimos con la evaluación que hizo el gobierno: no fue no un crimen social al voleo”, señalaron los organismos de derechos humanos en el documento leído en el acto del último 24 de marzo. Los hijos de Suppo habían pedido que la causa pasara a la Justicia federal tomando como argumento el caso de Jorge Julio López, quien declaró en 2006 en el juicio en el que fue condenado Miguel Ángel Etchecolatz y luego desapareció.