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La Cerámica sangrienta: se agrava disputa territorial

Una semana atrás hubo otro hecho violento: dos hombres fueron atacados frente al histórico búnker de Boedo y Ghiraldo.

 

Un hombre de 32 años fue apresado este viernes por la noche en un allanamiento en su casa de Luzarriaga al 2900. El sospechoso está sindicado como el autor de los disparos que recibieron 24 horas antes tres amigos en zona norte. El operativo fue solicitado por la fiscal Marisol Fabbro, quien lo acusará por el delito de tentativa de homicidio durante la audiencia que se realizará a las 11 de mañana en el Centro de Justicia Penal, de Mitre al 2800, adelantaron voceros del caso. La balacera contra los tres jóvenes se produjo una semana más tarde de que a dos cuadras desconocidos atacaran a tiros a un hombre y un muchacho frente al histórico búnker atribuido a Olga “Tata” Medina, ubicado en Boedo y Ghiraldo.

Para los investigadores ese ataque se enmarca en la pelea por el liderazgo del territorio entre la alianza de Lichi Romero-Ema Pimpi contra la banda del hijo de la Tata, aunque por el momento los pesquisas no relacionaron estas balaceras.

El allanamiento se efectuó anteayer en Luzarriaga al 3900 y los investigadores detuvieron a Diego Alberto V., de 32 años, apuntado por testigos como quien disparó con una pistola calibre 9 milímetros cuando pasó en un auto blanco contra los amigos. En ese domicilio, los uniformados secuestraron un Fiat Uno, el cual tenía pedido de secuestro a requerimiento de la comisaría 6ª. Había sido robado el 6 de marzo pasado en Córdoba y San Nicolás. Voceros del caso indicaron que en el interior del auto se hallaron vainas servidas.

El jueves por la noche, en Ávalos y Larrechea,  Maximiliano A., de 24 años, recibió balazos en las rodillas y fue trasladado al hospital Alberdi para ser atendido y, luego, dado de alta.

Momentos después, Enzo H., de 14, ingresó al hospital Eva Perón, de Granadero Baigorria, con una herida de bala en el abdomen. Poco después se registró el ingreso de Santiago C., de 15, al hospital Alberdi. El adolescente había sufrido un tiro en el abdomen, dijeron las fuentes del caso. Pasaron unas horas y la mamá de Santiago contó ante las cámaras de televisión que su hijo y los amigos estaban en la vereda  de su casa para terminar de organizar la raviolada iban a hacer por la noche. “Ellos pasan siempre y tiran”, dijo la mujer sin hacer referencia a la identidad de los agresores, aunque recordó que desde ese mismo auto ya habían partido balas en dos ocasiones, en un lapso de 15 días.

 

La banda del Lichi

En 2015, Diego V. fue apresado por llevar una escopeta de fabricación casera (conocida como tumbera). Fue el 18 de mayo de ese año a metros de su vivienda en Luzarriaga y Vieytes. En esa detención, dos jóvenes fueron demoradas por intentar frustrar el operativo de la Policía; una de ella es familiar de Hernán Ramón Romero, apodado Lichi, preso por liderar una banda de entraderas y sindicado líder de una banda polirrubro asentada en barrio Nuevo Alberdi.

La segunda vez que el nombre de Diego V. surgió en las crónicas policiales fue como víctima en el ataque a balazos que se produjo el 24 de febrero de 2016 en Costa Alta. Ese día eran casi las 19 y los pasajeros que habían cruzado a las islas bajaban de una embarcación amarrada en el muelle que está a la altura de avenida Carrasco y Fontanarrosa.  Un hombre estacionó un Citroën C 3 gris, su acompañante se bajó y vació el cargador de una pistola 9 milímetros. Los plomos alcanzaron a tres de los pasajeros en las piernas: entre ellos estaba Diego V., las otras dos víctimas fueron identificadas como Leonardo G. y Daniel C. En el lugar, los peritos incautaron 14 vainas servidas calibre 9 milímetros. Al día siguiente, policías del destacamento de La Florida encontraron el Citroën cuando se estaba quemando. Extinguieron las llamas y hallaron otra vaina del mismo calibre dentro del vehículo. Aunque nunca se confirmó, a los investigadores les había llegado la versión que los atacantes responderían a la banda de Marcelo “Coto” Medrano, un pesado de la zona norte que cayó el año pasado y quedó acusado no sólo por delitos de drogas sino también por entraderas y balaceras. Esa teoría sostenía que la gente de Coto atacó a los tres hombres porque eran integrantes de la histórica banda rival que responde a Lichi Romero.

 

Cruces entre Milton y Ema

Eran los primeros minutos del sábado 2 de junio pasado. Mariano R., de 44 años, e Ignacio L., de 22, fueron atacados a balazos por desconocidos frente al histórico búnker de Ghiraldo y Boedo, en barrio La Cerámica. Ese punto de venta, el cual atribuyen a Olga “Tata” Medina –una mujer procesada por tráfico de estupefacientes– es conocido en las crónicas policiales no sólo por la veces que la Justicia lo allanó –desde 2013 al menos tres– sino también porque fue el puntapié de la investigación que llevó a la captura de Delfín Zacarías, quien es por estos días juzgado por tráfico y fabricación de estupefacientes. Los investigadores indicaron que una de las hipótesis es que el móvil de esta balacera fue que como el hijo de la Tata y parte de su banda cayeron presos en los últimos días, la facción contraria, la de Lichi Romero-Ema Pimpi, intentó avanzar sobre ese territorio. Las víctimas recibieron múltiples balazos y quedaron internadas en Heca.

Los cruces de plomos por el territorio entre estas dos facciones también se dan en la cuadra de Medrano al 2600. “Hay un búnker que es de la Tata en una cuadra y otro que responde al clan de los Romero a la altura del 2700. Tras los operativos en 2014, donde desbarataron muchas de las bocas de expendio de la Tata en esa zona, siempre hay disputas”, explicaron los investigadores y agregaron que esas diferencias se agravaron tras el asesinato de Bladimir “Bladi” Medina, en un after céntrico, en marzo de 2017. Bladi y Héctor Cejuela terminaron muertos cuando fueron atacados a tiros y puntazos en el vip del local.

Dicen que en el lugar estaba, junto con Bladi, alguien más: para los pesquisas era Emanuel Sandoval, alias Ema Pimpi, condenado por el atentado contra el entonces gobernador Antonio Bonfatti, en octubre de 2013. Actualmente enfrenta una causa por doble homicidio, aunque hace poco consiguió, junto con su hermano Lucas, prisión domiciliaria monitoreada con pulsera electrónica.

En Medrano al 2700 fue baleado Milton F., el hijo de la Tata, en noviembre del año pasado. Llegó manejando al hospital Eva Perón y pudo sobrevivir.

En esa cuadra en marzo pasado Carlos Gálvez y Leandro Sarantonelli fueron asesinados. Por el caso están detenidos el hijo de la Tata y otros dos sospechosos, Alan “Berraco” A. y Sebastián C.

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