Con ausencias notorias, y diferencias entre sus referentes, la CGT oficialista resolvió el lunes pedirle una audiencia a solas a Cristina de Kirchner para apurar definiciones antes de las legislativas de octubre, en particular sobre el impuesto a las Ganancias. Tras un encuentro de la mesa chica de la central, su líder, Antonio Caló, declaró que el planteo sobre el gravamen “se va a corregir”. En paralelo, los gremios del transporte se reunirán la semana que viene para organizar una comitiva que verá al intendente de Tigre, Sergio Massa, principal candidato del Frente Renovador. La mayoría de esos sindicatos se distanció en los últimos meses del gobierno. Uno de sus principales líderes, Omar Maturano (maquinistas de trenes, La Fraternidad), se reunió la semana pasada en secreto con Hugo Moyano, de la CGT opositora.
La reunión de ayer fue de la mesa chica ampliada de la central de Caló. El clima entre los dirigentes que estuvieron en el Centro de Capitanes de Ultramar fue de desconfianza respecto de la convocatoria al diálogo de la jefa del Estado, que plasmó el miércoles en Río Gallegos. Mientras el líder metalúrgico y el referente taxista Omar Viviani guiaron el debate hacia una postura más conciliadora con el gobierno, otros sindicalistas pidieron elevar el nivel de queja e incluso sugirieron la publicación de una solicitada para repasar la lista de reclamos no atendidos por el oficialismo.
En definitiva, primó una postura intermedia. Se le pedirá a la presidenta Cristina de Kirchner una audiencia a solas con unos pocos dirigentes para evitar la dispersión de las reuniones multitudinarias. La agenda de ese encuentro debería tener su eje en Ganancias y en los fondos de las obras sociales sindicales, los dos planteos prioritarios del sector.
Hubo ausencias previsibles y otras más sorpresivas. Entre las primeras, las de los “gordos” de los grandes gremios de servicios, que blanquearon su alineamiento con Massa a través de la candidatura a diputado nacional de Héctor Daer (Sanidad). Pero tampoco estuvieron Maturano ni Roberto Fernández (colectiveros, UTA), quienes tal como anticipó este diario comenzaron un progresivo acercamiento a Moyano, en el plano de la acción gremial, y al intendente de Tigre, en el político. Ambos sindicalistas formaron un frente común al que intentarán sumar a otros dirigentes del transporte. Los unió su confrontación con el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. Maturano concretó el jueves de la semana pasada un encuentro con Moyano en el que se comprometieron de palabra a impulsar acciones de protesta contra el gobierno.
En cuanto a un posible paro nacional, lo dejaron para después de las elecciones. También del sector más quejoso surgió una convocatoria para el martes que viene de la Unión General de Asociaciones Sindicales de Trabajadores del Transporte (Ugatt) para formar una comisión que se reunirá con Massa. Los organizadores alegan que se les sumarán otros gremios del sector, como la Unión Ferroviaria y algunas organizaciones de marítimos y aeronáuticos.
La Ugatt está presidida por Maturano y fue creada a instancias de Viviani, que buscó con esa organización restarle protagonismo a otra central de gremios del transporte (Catt) manejada por Moyano.
Para beneplácito del gobierno nacional, el taxista logró ese objetivo. Sin embargo, con el correr de los meses surgieron disputas con el Ejecutivo, como la del ministro Randazzo con ferroviarios y colectiveros, y la de Mariano Recalde, presidente de Aerolíneas Argentinas, con los gremios de esa actividad.