El consejo directivo de la CGT comenzó esta semana el debate para producir una reforma estatutaria que permita ampliar del 30% al 50% la participación de las mujeres en la conducción a partir del próximo turno de renovación de autoridades, previsto para el 11 de noviembre, aunque las gremialistas quieren debatir cómo se concretará la iniciativa.
El objetivo de que el sector femenino de los sindicatos ocupe la mitad de los espacios de conducción en la central sindical implicaría duplicar la cantidad de integrantes del consejo directivo, que pasaría de 35 a 70 miembros, según las fuentes consultadas.
El debate del miércoles último en la sede de Azopardo al 800, el primero de forma presencial desde el comienzo de la pandemia de coronavirus, continuará el martes próximo para formalizar la convocatoria al Comité Central Confederal para el 22 de septiembre, así como el llamado al Congreso Nacional de elección de autoridades para los próximos cuatro años, a realizarse el 11 de noviembre en el predio del gremio mercantil en Parque Norte.
Pero los integrantes del consejo directivo profundizarán también el debate sobre la reforma del estatuto de la CGT -en la que ya trabajan sus especialistas y asesores legales- para ampliar la participación de la mujer en los cargos de conducción desde el 30% vigente, estipulado desde 2002 por la Ley de Cupo Sindical Femenino 25.674, al 50% que se plantea como nueva meta.
Según los voceros gremiales consultados por Télam, los cambios estatutarios en estudio incrementarían de 35 a 70 los cargos femeninos en el consejo directivo, por lo que a partir de noviembre cada gremio que integre la conducción tendría dos representantes en el órgano colegiado -un hombre y una mujer- aunque la ley 25.674 estipule un mínimo del 30% como cupo obligatorio.
La ley, sancionada en 2002, estableció el 30% como piso femenino también para las delegadas en las negociaciones colectivas y para las listas eleccionarias de los sindicatos, lo que a su vez es contemplado por el artículo 47 del estatuto vigente de la CGT, aunque hoy esté incumplido, ya que hoy solo ocupan cargos dos mujeres: Noé Ruiz (secretaria de Igualdad de Oportunidades y Género) y Sandra Maiorana (secretaria de Salud).
Sobre las reformas en carpeta, Vanesa Siley, diputada nacional (Frente de Todos-Buenos Aires) y secretaria general del sindicato de Trabajadores Judiciales (Sitraju), sostuvo en diálogo con Télam que las mujeres deben acceder a los cargos de conducción, tanto en sus propios gremios como en la CGT, y explicó que la norma de cupo sindical modificó la histórica Ley de Asociaciones Sindicales 23.551.
«Esos cambios rigen para las uniones, gremios, federaciones y confederaciones, es decir, para las organizaciones de primer, segundo y tercer grado, y especificaron un cupo de al menos el 30 por ciento en cargos titulares. O sea, de los 35 actuales en el consejo directivo de la CGT, entre 11 y 12 deberían ser para el sector femenino», puntualizó.
Para la referente nacional de la Mesa de Mujeres Sindicalistas, más allá de esos cambios estatutarios, la tarea tiene que realizarse «en resguardo de los principios legales y del modelo sindical argentino vigente», y en ese sentido afirmó que si la reforma que se proyecta incorpora un cupo del 50 por ciento de mujeres debe, ineludiblemente, regir para los cargos titulares de la CGT.
«Se trata de una oportunidad histórica inigualable para el movimiento obrero y para la CGT. Una verdadera reforma estatutaria no solo debe apuntar a que las mujeres ocupen esos cargos de conducción sino a construir una agenda con perspectiva de género», planteó Siley.
Para la gremialista y diputada, una verdadera y profunda discusión sobre el tema debe encaminarse a un debate sobre «por qué las mujeres menores de 25 años están mayormente desocupadas, por qué perciben salarios inferiores a los hombres, por qué cobran una remuneración menor en las ramas industriales, y por qué entre ellas es más grave la situación de precarización y subcontratación laboral, lo que es preciso resolver».
«Es decir, existen problemas estructurales que será preciso analizar y debatir a fondo y resolver de manera definitiva. Esa es la verdadera reforma. Las mujeres, en los sindicatos y en la CGT, deben ocupar cargos de conducción», exhortó Siley.
Alicia Castro, extitular de Aeronavegantes entre 1991 y 2003, quien fue delegada de base y tripulante de cabina por 20 años en Aerolíneas Argentinas y diputada nacional y también fue vicepresidenta de la Internacional de Trabajadores del Transporte (uno de cuyos lemas es «el sindicato es el mejor lugar de la mujer»), consideró «muy importante» el proyecto que promueve la CGT.
«Esa iniciativa es muy importante, en especial luego de muchos años de discusión y debate del cupo femenino por el machismo perverso y penetrante», advirtió.
Castro, también cofundadora del Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA) en los años menemistas junto a Hugo Moyano, Néstor Cantariño, Juan Carlos Schmid y Juan Manuel Palacios, entre otros, aseguró a Télam que ese «machismo» provoca, por ejemplo, que los dirigentes de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) «se excusen en la aplicación del cupo femenino en sus gremios con el argumento de no tener afiliadas, en lugar de fomentar esa necesaria tarea».
La exgremialista de Aeronavegantes recordó que en los años del menemismo sólo ella y la fallecida Mary Sánchez (entonces a cargo de la Ctera, del sector educativo) encabezaban gremios, y luego advirtió que muchas veces «se incorpora a las mujeres en las organizaciones solo por compromiso y como secretarias de Actas, cuando deberían llegar a los cargos por capacidad y no por un cupo».
«Lo primero que se necesita es producir un cambio cultural, es decir, desideologizar el rol femenino, porque a la mujer solo se le encomienda el cuidado de niños y adolescentes. Las mujeres deben sentirse libres para ocupar esos espacios, por lo que es muy buena la iniciativa de la CGT, aunque hay que estudiarla a fondo», profundizó.
Castro sostuvo, además, que la reforma estatutaria y la participación femenina en la central obrera contribuirían a terminar con «las políticas que solo la desprestigian».
Por otro lado, en relación a debates más generales del ámbito sindical, Castro señaló que el movimiento obrero tiene «una extensa tradición de lucha y hay ejemplos: Germán Abdala, Raimundo Ongaro, Agustín Tosco. La meta en aquella época y hoy era y es diferenciarse de los ‘gordos’ de la CGT, muchos de los cuales volvieron a engordar, aunque hay algunos ejemplos virtuosos».
Por otro lado, la secretaria general de la filial porteña del gremio docente Sadop (docentes privados), Alejandra López, respaldó la intención de la CGT de ampliar la participación femenina, aunque indicó que la propuesta requiere «un amplio debate y estudio», y se pronunció por la necesidad de que el sector femenino del gremialismo adopte una posición política sobre el proyecto.
«Habrá que aguardar para saber cómo continúa el proceso de reforma estatutaria. Pero es una iniciativa superadora. Lo importante será conocer qué implicará, qué lugares ocuparán las mujeres y cómo», subrayó López.
Por su parte, Graciela Aleñá, del Sindicato Trabajadores Viales y Afines (Stvyara), adelantó que acompañará la iniciativa de la CGT, y resaltó la importancia de reformar el estatuto para acompañar a la sociedad en «la lucha y visualización de la igualdad de género».
«Que la nueva conducción de la CGT, a elegirse en noviembre, procure que participe un importante cupo femenino, incluso mayor al estipulado por ley, remite al fuerte compromiso del sindicalismo argentino en acompañar el cambio social que la clase trabajadora impone y por el que luchan a diario las mujeres en sus diferentes roles», evaluó.
Aleñá, que integra el espacio Frente Sindical para el Modelo Nacional (Fresimona) y la CATT, añadió a Télam que «se viven momentos históricos, por lo que hay que acompañar los cambios para reconocer a las representantes de las trabajadoras, que cada vez son más».
Finalmente, Ana Lemos, secretaria de Interior de la Unión Obrera Ladrillera (Uolra), celebró la iniciativa de la CGT y llamó a incorporar «real y efectivamente» a las mujeres sindicalistas en el consejo directivo, y relacionó el proyecto con «la lectura de la situación y de la realidad por parte de su conducción».
«Esta necesaria incorporación fue construida por las mujeres trabajadoras durante la resistencia al Gobierno de Cambiemos en la calle, con unidad, articulación, movilización y lucha. Las demandas y reivindicaciones hoy tomadas en cuenta son un paso y una victoria muy importante para los feminismos», analizó la dirigente ladrillera a esta agencia.