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La CGT llamó a tener memoria y cuidar la democracia y condenó propuesta de reforma laboral

Durante el encuentro, el Consejo Directivo de la central obrera propuso alcanzar un amplio consenso político, económico y social que promueva el crecimiento, la producción y el trabajo

La CGT llamó este martes a toda la clase dirigente a «reflexionar» a 40 años de la recuperación democrática y ante la situación económico-social y el año electoral porque ello es indispensable para recuperar «el rumbo hacia el desarrollo, la producción y el trabajo» en pos de la «justicia social y la inclusión», y reivindicó su «derecho a participar en las decisiones políticas del peronismo».

«El movimiento sindical es una herramienta duradera y efectiva de concertación sectorial a través de las negociaciones colectivas. Es falso e intencional afirmar que los convenios colectivos son anacrónicos. En su dinámica está el espacio razonable de acuerdo y evolución de las condiciones de trabajo y producción. Hay que debatir la reducción de la jornada laboral para estimular el empleo y distribuir el capital», afirmó.

En un multitudinario acto realizado en el estadio de Defensores de Belgrano para conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores, el secretario de Prensa de la central obrera, Jorge Sola, leyó un documento en el que convocó a atender de forma urgente «las necesidades de vastos sectores sumergidos en la pobreza y la exclusión», y sostuvo que las soluciones presentes y futuras requieren del denominador común de «un gran acuerdo político, económico y social que promueva una alianza entre la producción y el trabajo».

«Solo a través de una clase dirigente que conciba la política como herramienta de transformación y no como una búsqueda de intereses personales se podrá recuperar la confianza en las instituciones. El descontento es el terreno fértil para la aparición de emergentes antisistema que pretenden capitalizarlo, con lo que arriesgan la vigencia de un sistema democrático pleno», sostuvo el documento.

La central obrera, que colideran Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano, aseveró también que «con mucha responsabilidad cuidó la unidad sindical más allá de los matices de la diversidad, al deponer posiciones individuales en favor del bien común, porque nadie tiene la verdad absoluta».

Y enfatizó que el movimiento obrero «no es convidado de piedra sino la resultante de un proceso histórico que nació en 1945, por lo que más allá de las conquistas reclama su derecho a participar en las decisiones políticas del peronismo».

También demandó «recrear el diálogo para confluir en una plataforma de consenso sobre 10 políticas de Estado que dinamicen los potenciales económicos-productivos, porque no es posible resignarse a los actuales niveles de pobreza y a la elevada desigualdad, que conspiran contra la cohesión social», y condenó «la irresponsabilidad con la que se contrajo el endeudamiento del Estado, cuyas consecuencias son muy gravosas».

«Es urgente una rediscusión de plazos y pautas en las condiciones de los servicios de la deuda comprometidos con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Variables económicas fundamentales, exógenas a la actual administración, modificaron sustancialmente el escenario original de las negociaciones. La iniciativa del Consejo Económico y Social y su falta de institucionalidad por ley, marca la diferencia entre acuerdos reales en políticas de Estado o simples expresiones de deseos», sostuvo la central.

La CGT exigió detener «la escalada de pérdida del poder adquisitivo salarial y de distorsión de precios por efecto de la inflación y de la apropiación de rentas extraordinarias por parte de los grupos concentrados»; requirió «consensos superadores» y demandó un modelo económico-social basado en «la producción e impulsor de una economía real que, asumiendo la globalización, estimule la generación de trabajo con derechos y la inversión no especulativa y favorezca la exportación de productos con valor agregado».

Exhortó a recuperar la cultura del trabajo como horizonte «transformador y democratizante» y sostuvo que los precarizados y quienes conviven con un mercado cada vez más excluyente merecen oportunidades más allá de la subsistencia con un plan social.

«Argentina debe integrarse al debate del futuro del trabajo de manera moderna e inteligente. Hay que discutir los medios de producción y las formas de un capitalismo predatorio, con énfasis en los recursos estratégicos al servicio del ser humano, su desarrollo y realización. El mundo discute un nuevo contrato social como contracara de modelos de negocio rentísticos que procuran involucionar hacia el precapitalismo», afirmó.

Para la CGT, el progreso es sinónimo de evolución, y dijo que hay que discutir la fundamentación social del trabajo, porque «no es posible repartir la escasez que ordena un modelo basado solo en métodos concentradores de riqueza, por lo que es preciso distribuir más equitativamente los frutos de la productividad y concebir los derechos de los trabajadores no como privilegios sino como los cimientos de una sociedad más justa».

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