Search

La ciudad se encendió una vez más

La jornada de apertura estuvo marcada, en los discursos de los funcionarios, por la decisión política de sostener el encuentro más allá de la crisis económica que atraviesa el país

La tormenta y un potencial chaparrón, anunciados desde temprano, se rindieron a los encantos de un puñado de artistas callejeros y de cientos de fervorosos rafaelinos que una vez más veían su maravilloso Festival de Teatro, el más importante en su tipo a nivel nacional, en marcha y más vivo que nunca, preparándose para su gran fiesta de 15 del año que viene.
De hecho, la de este martes, no fue una jornada más en Rafaela: en medio de una de la peores crisis económicas de los últimos años, el encuentro sigue en pié por el compromiso de los distintos niveles del Estado que intervienen: municipio, provincia y nación, lo que no es poco en estos tiempos.

La colorida propuesta musical y murguera de calle de Ariel Falchini, Vaga mundos, inspirada en el imaginario de la obra del artista plástico local Beto Dentoni, dio el puntapié inicial a una jornada en la que, en el contexto del acto inaugural que vendría poco después, los discursos apuntaron a sostener un festival que, claramente, “enciende” cada año la ciudad, un concepto que atraviesa en esta época del año a los rafaelinos (y los habitantes de las localidades cercanas) cuando tienen lugar las Vacaciones de Invierno en toda la provincia.
Lejos de la formalidad de otras ocasiones, el actual director ejecutivo del Instituto Nacional del Teatro (INT), Marcelo Allasino, oriundo de Rafaela y primer director artístico del encuentro, cargo que hoy ocupa Gustavo Mondino, abrió la rueda de discursos apelando a la emoción de ser un conocer profundo del festival que en estos años ha crecido y se ha fortalecido. “No sé si es el teatro el que transforma a Rafaela en una fiesta, o si es Rafaela la que transforma al teatro en una fiesta”, dijo Allasino, poniendo en valor las decisiones políticas que han sostenido este encuentro hasta la fecha, y de cara a lo que será el año próximo su 15ª edición, más allá de que aún sigue sin aprobarse un proyecto para que el festival exista a partir de una ordenanza municipal que es resistida en el concejo local por un sector de la oposición.

Acuerdo en las palabras

El cierre de los discursos recayó en el intendente municipal Luis Castellano, que breve pero contundente, ahondó en las políticas de Estado que lleva adelante el municipio al tiempo que anunció el nombre que de ahora en más llevará la Escuela Municipal de Artes Escénicas (Emae), que se llamará José “Pepe” Fanto, en honor al emblemático actor local fallecido hace unos años, del mismo modo que la creación de la Diplomatura en Teatro en el contexto de la Universidad Nacional de Rafaela (Unraf). “Claramente, para nosotros, el gran desafío es seguir adelante con esta política de Estado que ya lleva 14 años y fue así siempre. Cuando en Rafaela y la región vinieron nuestros abuelos, cuando no había nada y todo era crisis, sólo ilusión en el futuro, ahí, en ese momento, el teatro, la música, el arte estaban muy presentes”.

https://www.facebook.com/festivaldeteatro.rafaela.gob/videos/1965128696871127/

 

Y evocó poco después: “En los comienzos de nuestras comunidades, nuestros ancestros, construían una iglesia y poco después un teatro”, dijo en consonancia con la fuerte raíz cultural piamontesa que marca los comienzos de Rafaela y la zona, con las populosas sociedades italianas en cada una de las localidades de la región.
Sin embargo, y como ya es un clásico, fue la presencia de las ministra de Innovación y Cultura de la provincia, María de los Ángeles “Chiqui” González, la que generó en la platea la mayor empatía, por su incuestionable manera de entender y poder poner en palabras un fenómeno como el que acontece en Rafaela, pero sobre todo, un fenómeno como el del teatro. “Es el teatro el que nos convoca y que nos hace estar presentes, y eso hoy es revolucionario”, expresó.

Cuando se esperaba el comienzo de Nómadas, coproducción entre Chile y España, de Edurne Rankin y Álvaro Morales, una bella metáfora acerca de los viajes, las partidas y los exilios, a lo que se sumó después una seguidilla de funciones en todos los casos a sala repleta, fue la Chiqui quien sentenció algunas verdades incuestionables. “Rafaela se ha convertido en una gran escuela de teatro”, dijo en principio, remarcando la adhesión que la comunidad ofrece al festival, claramente, tomando el entramado de la ciudad como un gran escenario, con cientos de personas comprando entradas para todos los espectáculos desde hace varios días y a poco de comenzar, con muchas de sus funciones agotadas.
Tras cartón, en el contexto de un discurso de alto vuelo poético donde no faltaron alusiones a las diferentes estéticas que conviven en Rafaela y que son una marca de una programación que siempre parece ir por más, la ministra provincial, de largo recorrido en grupos de teatro históricos como Arteón y Descepolín, hizo alusión al presente. “Si llueve mientras esperamos para entrar al teatro, mejor, así no se nota que estamos llorando”, expresó, para dar paso a una catarata de palabras en cuyo entramado se filtraba la idea del teatro y de todos los mundos que conviven en él. “Teatro es ternura, texto, tristeza, técnica; es triturar y tragar, es tocar, tambalear, tiritar, es tela, tenue, tontería, terrible, torbellino, torrente, típico, tópico, transexual, transdisciplinario, transatlántico”, dijo finalmente, para abandonar minutos después el escenario en medio de una gran ovación.