Otro violento ataque a un taxista derivó en un paro total del sector por 24 horas. En medio de ánimos caldeados y denuncias reiteradas por ataques y robos a los trabajadores, choferes autoconvocados, a quienes luego se sumaron los del Sindicato de Peones, realizaron cortes y piquetes en distintos puntos de la ciudad, uno de ellos en Callao entre Mendoza y San Juan, frente al domicilio personal del ministro de Seguridad de la provincia Raúl Lamberto, para pedir su renuncia. Por la tarde, se sumaron a la protesta familiares de víctimas de la violencia en las calles, como también integrantes de la organización Ciudadanos en Alerta. No obstante, los manifestantes, que fueron denunciados en la Justicia por la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana por obstrucción del tránsito de servicios públicos, decidieron anoche continuar con la protesta pero permitiendo el paso de los coches de la línea K.
La historia que llevó a la fuerte medida de protesta comenzó el martes por la noche cuando pasadas las 21 un peón resultó herido durante un asalto, en inmediaciones de Ayacucho y Uriburu. Según contaron testigos del hecho, el chofer fue abordado por un muchacho que tras sustraerle algo de dinero le asestó una puñalada. La lesión estuvo a centímetros de dar en el corazón. De inmediato, varios taxistas llegaron al lugar y comenzaron a manifestar su furia por el nuevo hecho de violencia.
Según pudo reconstruir este medio, ya durante la madrugada se produjeron los primeros cortes de calles y quema de cubiertas. Uno de esos episodios se dio en el cruce de Pellegrini y Oroño. En tanto, cerca de los 8, una treintena de choferes se concentró frente al domicilio del ministro Lamberto. Los trabajadores fueron directamente a increpar al funcionario, quien tuvo que salir de su casa escoltado por varios móviles policiales.
Tras eso, los manifestantes iniciaron un corte de calle en el lugar, que anunciaron se extenderá hasta las 6 de la mañana de hoy, y redactaron una carta dirigida al gobernador Antonio Bonfatti pidiendo la renuncia del titular de la cartera de Seguridad.
En ese primer momento los piquetes se establecieron en varios puntos y generaron un caos de tránsito. Los choferes se instalaron en Ovidio Lagos a la altura de Mendoza, San Juan y 3 de Febrero con quema de cubiertas e impedían el paso de taxis, además de obligar a los pasajeros a descender de las unidades. Esos fueron los momentos más tensos. Finalmente, apenas pasadas las 9, agentes de la Dirección de Tránsito llegaron al lugar y la movilización solo quedó concentrada en Mendoza y Callao.
Las protestas
La protesta fue armada desde un principio por un sector “autoconvocado” de los trabajadores que se opone a la conducción actual de Horacio Boix, el titular de del Sindicato de Peones de Taxis.
Gastón Paz, uno de los voceros de este grupo, dijo que a esta altura del mes ya se han denunciado unos 20 hechos delictivos con peones que resultaron heridos en los atracos.
“El promedio que tenemos es de 200 robos por mes, solo teniendo en cuenta los hechos que se denuncian. Hoy el nuestro es el trabajo más peligroso. Cuando salimos a la calle saludamos a nuestras familias y no sabemos si las volvemos a ver. Además de que laburando por la noche es muy poco el dinero que se gana. El 80 por ciento tiene que alquilar o seguir viviendo con su familia porque la guita no alcanza. También notamos que la presencia de Gendarmería disminuyó notoriamente. Y los móviles siguen siendo muy pocos. Por todo esto es que creemos que Lamberto tiene que renunciar”, señaló.
Las críticas no quedaron allí. Los trabajadores también cuestionaron a la Secretaría de Servicios Públicos. “Desde 2008 deberían habilitarse autos de gran porte y siguen dejando ingresar al sistema Corsitas (NdR: diminutivo de Corsa, modelo de Chevrolet) que no son útiles para colocar los blíndex protectores para la seguridad, además de la incomodidad que eso genera para el usuario”, agregó el referente.
En tanto, los comerciantes de las cuadras afectadas por el corte dividían opiniones. En general, todos se mostraron molestos porque el piquete prohibió la circulación vehicular frente a sus negocios, pero a la par (varios de ellos) se mostraron comprensivos por la situación. “A mí esto me mata. Me hace perder un día de trabajo, que es mucho. Pero también es cierto que el tema de la seguridad no da para más. Acá si no cortás una calle no te escucha nadie. Los comerciantes y los taxistas estamos todo el tiempo muy expuestos, por eso es que los entiendo”, señaló Jorge, el dueño de una pequeña granja ubicada sobre calle Mendoza entre Rodríguez y Callao.
La presión al gremio
Lo cierto es que la protesta de los autoconvocados fue sumando adherentes y llevó a que de a poco el servicio comenzara a restringirse en toda la ciudad. La queja le marcó el terreno a la cúpula gremial, que presionada por este sector de los choferes se vio obligada, cerca del mediodía, a formalizar un paro hasta las 6 de la mañana de hoy.
“Nosotros participamos regularmente de una mesa de trabajo con representantes de la intendencia y de las fuerzas de seguridad. Más que esto no podemos hacer. De todas maneras, apoyamos esta medida que han empezado los compañeros”, sostuvo Boix.
En tanto, el titular de la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana de la Municipalidad, Pablo Seghezzo, presentó una denuncia penal contra los taxistas autoconvocados en la que acusó a los manifestantes de entorpecer la normal actividad de toda la zona aledaña a Mendoza al 2600. En el escrito se planteó que los choferes impidieron “la prestación de los servicios públicos, el normal tránsito de vehículos y la normal prestación del servicio de taxis”. El caso fue tomado por la fiscal Marisol Fabbro.
Tras conocer la denuncia, los trabajadores pidieron la presencia de la funcionaria judicial en el lugar y se negaron a despejar la zona.
Al cierre de esta edición la protesta continuaba en las inmediaciones de la vivienda de Lamberto, aunque los choferes y vecinos autoconvocados permitían el paso de la línea K.
La protesta “no aporta”
En diálogo con la prensa, la intendenta Mónica Fein manifestó su preocupación por la seguridad, entendiendo que “en los servicios públicos que están en la calle es adonde más se siente”. Sin embargo, cuestionó con énfasis la modalidad del reclamo de algunos taxistas, a la que consideró “un mecanismo autogestionario que no aporta a resolver la situación”. Y señaló que por ello el Ejecutivo se presentó en la Justicia, como lo hace siempre que se produce un hecho vandálico como la quema de gomas o cuando un servicio público esencial es interrumpido.
“Si permitimos que personas que están en servicios públicos realicen estas acciones sin plantear nuestras diferencias, estamos propiciando que la sociedad haga lo que le parece ante cualquier hecho”, argumentó la mandataria local.