La lucha contra las drogas “ha fracasado” y se requieren reformas “urgentes” para cambiar la situación, entre ellas poner fin a la criminalización de los consumidores y legalizar el cannabis, según un informe del Comité Global de Políticas Antidrogas, que integran algunos ex presidentes latinoamericanos.
“La lucha global contra las drogas ha fracasado, con consecuencias devastadoras para los individuos y las sociedades de todo el mundo”, indica el comité en un documento que fue presentado ayer en Nueva York en presencia del ex mandatario brasileño Fernando Henrique Cardoso.
“Cincuenta años después de la firma de la Convención de la ONU sobre drogas y 40 desde de que el presidente (Richard) Nixon lanzara la guerra antidrogas del gobierno norteamericano, se necesitan en forma urgente reformas fundamentales en las políticas nacionales y mundiales de control de drogas”, dice el informe.
El Comité Mundial de Política Antidrogas está conformado por líderes mundiales como el ex secretario general de la ONU, Kofi Annan, y los ex presidentes Fernando Henrique Cardoso, César Gaviria (Colombia) y Ernesto Zedillo (México).
Entre sus miembros también se encuentran intelectuales y escritores como el mexicano Carlos Fuentes y el peruano Mario Vargas Llosa.
En su informe, los líderes recomiendan varias pistas para salir de la actual situación, en la cual “la escala mundial de los mercados de drogas ilegales –en su mayorías controlados por el crimen organizado– ha aumentado en forma dramática”.
En primer lugar, proponen “terminar la criminalización, marginalización y estigmatización de gente que utiliza drogas pero que no causan daño a los otros”, priorizando un enfoque “más humano” que vea a los adictos como pacientes y no criminales.
“Las iniciativas de descriminalización no tienen como resultado un aumento significativo del uso de drogas”, recuerda el informe, que cita los ejemplos en ese sentido de Portugal, Holanda y una provincia de Australia.
Una segunda idea es “alentar la experimentación de gobiernos con modelos de regulación legal de drogas (especialmente cannabis) para socavar el poder del crimen organizado y salvaguardar la salud y seguridad de sus ciudadanos”.
Además, plantean “asegurar la disponibilidad de una variedad de modalidades de tratamiento”.
“Empecemos tratando la adicción a las drogas como una cuestión sanitaria, reduciendo la demanda de droga a través de iniciativas educativas y regulando en forma legal el cannabis en vez de criminalizarlo”, resumió Cardoso, citado en un comunicado.
Según cifras de la ONU, el consumo de opiáceos aumentó 35,5 por ciento entre 1998 y 2008, el de cocaína un 27 por ciento y el de cannabis un 8,5 por ciento.
En el caso específico de América latina, César Gaviria señaló que no se puede “seguir ignorando hasta qué punto la violencia, el crimen y la corrupción vinculados con las drogas en América latina son resultados del fracaso de las políticas antidrogas”.