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La Colifata, modelo de exportación

La experiencia de transmitir desde el Borda se imita en psiquiátricos de Francia y España.

Siete radios europeas inspiradas en la experiencia de La Colifata –la primera radio del mundo en transmitir desde un hospital psiquiátrico– se reunieron el sábado en París para celebrar este proyecto pionero que ahora es imitado en varias partes del mundo.

Puesto en práctica en 1991 por iniciativa del psicólogo Alfredo Olivera como parte de la terapia de recuperación de los pacientes del Hospital Neuropsiquiátrico José Tiburcio Borda de Buenos Aires, la intención original del programa era derribar las barreras que existen entre las personas recluidas en el asilo y la sociedad.

“Cuando comencé a trabajar como voluntario en el Borda me di cuenta de que los internos habían perdido todo contacto con el mundo exterior”, afirma Olivera.

Surgió entonces la idea “de abrir un espacio de recuperación del yo, de la subjetividad y el individualismo del enfermo psiquiátrico, que gracias a la radio logra comunicarse y ser reconocido por el mundo exterior”, explica Olivera.

A través de este intercambio, Olivera sostiene que personas que a priori se encuentran excluidas de la sociedad “logran traspasar los muros del aislamiento de la internación y hacer escuchar su voz, generando así actos concretos de inclusión social”.

El nombre del programa no es fortuito. La “colifata”, que en lunfardo rioplatense quiere decir precisamente “la loca”, fue plebiscitada por los primeros oyentes.

“Podríamos haber tenido un nombre que no aluda a la locura, pero la sociedad te vuelve a ubicar en tu lugar. Este nombre se convirtió en una oportunidad de aceptar este lugar de asignación social para desde allí cuestionarlo”, señala Olivera.

A partir de esta experiencia, que se ha convertido en algo más que una terapia alternativa, otras radios europeas se han inspirado en el modelo de La Colifata.

Los locutores de radio Citron –creada en Francia en 2009 junto a la asociación “LÉlan retrouvé” (el impulso recuperado)– sufren de esquizofrenia, de depresión profunda o padecen algún trastorno psicótico en grados variables.

Importado directamente por el fundador de La Colifata, este proyecto reúne a pacientes de tres instituciones psiquiátricas parisinas.

“¡Bonjour! No están escuchando voces. ¡Es Radio Citron!”, anuncia el locutor bajo una cortina musical vertiginosa que bien podría haber sido tomada de una película de Hitchcock.

Sin control ni censura, los pacientes presentan crónicas elaboradas sobre cine, música, libros, o incluso poesía, como cualquier otra radio. Pero a veces, libran confesiones más íntimas, que pueden abarcar desde su visión de la enfermedad hasta debates filosóficos sobre la vida y la sociedad, transformando así a la radio en una herramienta terapéutica.

Una experiencia similar fue desarrollada a partir de 2003 en España, en Radio Nikosia, con el objetivo de crear “contextos de posibilidades que rompan con la idea cíclica de ser enfermo mental”, asegura Martín Correa-Urquiza, promotor de este proyecto.

“Aquí en la radio no somos enfermos mentales. Aquí en la radio somos Juan, Pedro, Raquel. Aquí, uno puede apartarse de ser sólo esa etiqueta de loco que nos han puesto los otros”, explica.

Y Olivera reflexiona: “Es maravilloso, porque en contextos socioculturales absolutamente diversos, en países donde los sistemas de salud son muy diferentes, estos proyectos perduran”.

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