Por Mariángeles Guerrero / Especial para El Ciudadano
La comunidad Qom «L’mac na alhuá» (“tierra de aborígenes”, en lengua qom) del barrio Travesía denuncia que 20 efectivos de la Policía de Santa Fe, algunos de ellos pertenecientes a la comisaría 10a y el Comando Radioeléctrico, ingresaron a un domicilio en la zona de Juan José Paso y avenida Sabin en la noche de este miércoles, sin orden judicial y golpeando a quienes estaban allí presentes. Luego los uniformados detuvieron a ocho jóvenes, cinco de ellos menores de edad. También golpearon a una mujer embarazada. Tres de los detenidos permanecen en esa situación, a la espera de la audiencia imputativa. Los hechos tuvieron lugar en el marco de una persecución por un supuesto robo de un celular y de una campera, según la versión policial.
Liliana Galeano es presidenta de la comunidad. El miércoles a las 23.30, efectivos de la Policía provincial ingresaron en la casa de su hijo de 19 años, mientras él y su pareja cenaban. Fue la joven quien dio aviso a Liliana, que vive a tres casas de distancia y relata lo que vivió esa noche.
“En el momento que mi nuera me llama, voy a la casa de mi hijo. Había 20 policías adentro de la casa. Yo les pedí si tenían una orden, les pregunté por qué estaban ahí y no me respondían. Me decían: «Ustedes tampoco tienen papeles de esta casa». A lo que yo respondí que nosotros tenemos las casas tras una larga lucha que comenzó en 2008, cuando se tomaron los terrenos. Pero ellos en todo momento se burlaban. Nos decían: «negros», tobas ». En un momento mi hija comenzó a filmar porque había un chico que era menor y le estaban pegando mal. Una policía le dobló la muñeca, le pegó en el pecho para esposarla y le empezó a pedir la contraseña del teléfono para borrar lo que estaba filmando. Nosotros le decíamos que no habíamos hecho nada, que simplemente estábamos grabando lo que ellos estaban haciendo, que era abuso de autoridad”, cuenta.
Después de esa situación, se llevaron detenidos a los adolescentes y jóvenes, que tienen entre 13 y 23 años. Fueron llevados a la comisaría 10a, aunque también desde la comunidad denuncian que tardaron dos horas en llegar desde la casa hasta la seccional (la distancia es de cinco cuadras). El jueves liberaron a los menores de edad; denuncian que al ser liberados, estaban golpeados. Uno de ellos está con fiebre desde entonces y fue asistido en el Centro de Salud N° 47 Comunidad Qom.
“Sentimos mucha tristeza y bronca por la discriminación que sufrimos. Fue un momento de pánico. Borraron todos los videos que habíamos hecho de la violencia que estaban haciendo. Después se llevaron a los chicos detenidos, cinco menores y tres mayores. Cuando fuimos a la comisaría también nos trataban de negros y de sucios. Nos decían: «Graben ahora». Nosotras nos callamos para que no les sigan pegando a los chicos, porque éramos las mamás las que estábamos ahí”, lamenta Galeano.
La mujer denuncia que no es la primera vez que la comunidad vive una situación así, sino que estos hechos se repiten desde hace al menos cinco meses. “Esta vez fue un poco más grave que otras. Pero vienen, se llevan los chicos y les hacen causas. Después los chicos no pueden salir ni a cartonear porque los para la Policía. También se llevan a gente grande que sale a comprar a algún negocio y como no tienen el DNI los llevan y les hacen causas. Es un verdadero atropello de la Policía lo que sufrimos”, denuncia.
La comunidad está conformada por 500 familias que viven de la albañilería y de cartonear. Algunos jóvenes también participan de talleres del programa Nueva Oportunidad que depende del Estado provincial. Galeano marca que, en la situación de pobreza actual, es aún más difícil no poder salir a hacer changas por la persecución policial. En julio pasado, la misma comunidad fue desalojada por inspectores municipales cuando intentaban montar una feria sobre Sabin y JJ Paso.
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En relación con los hechos de este miércoles, según voceros policiales la intervención se produjo en el marco de una persecución a seis varones tras un robo ocurrido contra otros dos jóvenes en la vía pública. Según quedó asentado en un parte policial confeccionado por agentes del Comando Radioeléctrico, los uniformados dejaron constancia de haber secuestrado un celular, una campera, tarjetas, y que en el procedimiento llevaron a la seccional a ocho aprehendidos.
“Teníamos todo grabado. Nosotros les dijimos que los chicos no estaban haciendo nada, que no eran los que ellos estaban persiguiendo. Le dijimos a la Policía que nos muestre si habían encontrado algo en la casa, que somos las mamás y queríamos saber y nos respondieron: «No les tenemos que mostrar nada a ustedes, ustedes no son nadie»”, dice Galeano.
Además, afirma: “Estamos cansados de la impunidad de la Policía. No sabemos adónde acudir ante tanta violencia. Siempre digo que la Policía hace su trabajo, pero acá en el barrio sabemos quiénes roban y quiénes venden y la Policía también lo sabe. Esto tiene que parar”.
Por último, reflexiona: “Vimos noticias donde decían que hicieron un allanamiento por robo y drogas. Y es todo mentira. Eso hace pensar que, cada vez que dicen eso, es mentira. Ellos no van a lo profundo para que se termine la delincuencia, vienen a los que no están haciendo nada o a los que se la están rebuscando por un pedazo de pan”.