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La comunidad siria en Rosario envía ayuda económica a su país

El obispo Salaméh y el cónsul Abdelmalek son los encargados de reunir los fondos para que lleguen a destino seguro.

Varios meses antes de que la foto del cadáver de Alan conmocionara al mundo, el niño kurdo de dos años que murió ahogado el 2 de septiembre pasado cuando naufragó la embarcación en la que viajaba junto a sus padres y hermanos que huían de los enfrentamientos armados en Siria, las distintas comunidades árabes de Rosario se unían para recaudar dinero y enviar a la golpeada nación de Oriente Medio. Así, hace aproximadamente un mes, el obispo y también párroco de la Iglesia San Jorge de Rosario, Ibrahim Salaméh, viajó a El Líbano para entregar “en mano al patriarcado” una importante suma reunida por instituciones locales vinculadas con la comunidad en conflicto. Actualmente, los máximos referentes de las organizaciones se reúnen todas las semanas en el Club Social Argentino Sirio, de Italia al 900, y preparan “la cuarta” ayuda que llegará, en esta ocasión, a través de la Embajada Argentina.

Según explicó el obispo Salaméh, desde las iglesias greco melquitas de todo el mundo reclaman a las embajadas occidentales no otorgar visados a sus fieles porque no quieren vaciar a Siria de cristianos. De hecho, en el último Sínodo que se realizó en junio pasado, se acordó enviar ayuda económica a quienes se queden en su país. “Estamos haciendo una campaña nuevamente en todos los lugares del mundo donde hay cristianos libaneses para poder sostener esta posición”, agregó el religioso.

Rosario y el conflicto

El cónsul honorario de la República de Siria en Rosario, Jorge Abdelmalek, dijo en diálogo con este diario que por el momento la ciudad no ha recibido refugiados sirios, si bien hay familias dispuestas a albergarlos.

“Nuestro país acogió a unas 80 personas en estos últimos meses, pero son más los que no quieren dejar Siria. La mayoría emigró a Alemania o Francia y vale aclarar que no es tan fácil traer gente a la Argentina porque hay que darles trabajo y la seguridad de que aquí podrán tener una vida digna”, agregó.

“Desde hace varios meses convoqué a todos los directivos de las asociaciones árabes de Rosario y estamos abocados permanentemente para ver las medidas que podemos llevar adelante desde acá. Hay mucha gente que quiere colaborar, principalmente con quienes están en Siria”, señaló el cónsul, quien además remarcó que están preparando una cuarta ayuda económica para enviar al país de Oriente Próximo, con la plena seguridad de que el dinero llega a manos de quien realmente lo necesita.

En los últimos seis meses, desde la Argentina se enviaron tres ayudas económicas para Siria, ocasiones en que las comunidades árabes y también las musulmanas de la ciudad colaboraron en forma directa. En una oportunidad, la Iglesia Ortodoxa Argentina juntó una cifra importante que fue enviada desde Buenos Aires por medio del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. En otra ocasión, el trámite lo realizó la Embajada y, en julio pasado, el obispo Salaméh entregó lo recaudado a los representantes del gobierno sirio.

“Todas las semanas tenemos reuniones para evaluar cómo seguimos”, concluyó el cónsul.

“Nos hablamos para decirnos estamos vivos”

Salaméh, más conocido en la comunidad sirio libanesa de Rosario como “monseñor Ibrahim”, llegó a Rosario como misionero en noviembre de 1979. Por lo general, los nombramientos de los religiosos suelen tener una vigencia de seis años como máximo, pero su caso fue especial. “Argentina era un país lejano, con un idioma diferente y otra idiosincrasia, entonces me renovaban en el puesto”, recordó el párroco de la iglesia San Jorge, de Moreno 1020, a quien el papa Francisco designó en 2013 obispo titular de Palmira de los greco melquitas y exarca apostólico para los fieles greco melquitas residentes en la Argentina, por lo que es el máximo referente de su feligresía en el país.

Hoy, Palmira, en Siria, está ocupada por el grupo extremista Isis, integrado por yihadistas, quienes representan a una de las formas más violentas y radicales del Islam.

No obstante, Salaméh consideró que se debe tratar de cumplir con lo que se acordó en el último Sínodo, de enviar ayuda a los que se queden en Siria, ya que “hay muchas zonas que aún están en paz”.

De hecho, el lugar de donde proviene el obispo se llama, justamente, El Valle de los Cristianos y es uno de los lugares a los que la mal llamada guerra civil de Siria no azotó con sus flagelos. “Mi lugar tiene cerca de 110 mil cristianos y hoy hay aproximadamente 800 mil. Es gente que no ha querido abandonar su patria y me parece una solución más justa y más humana que sacar a alguien de su país”, reflexionó.

Gran parte de la familia del religioso vive en Siria. “Nos hablamos por teléfono todos los días para decirnos: ‘Hoy estamos vivos’”, confesó.

El obispo también aseguró que “hay muchos sirios y descendientes de sirios que tratamos de movernos y hacer algo y éste es el momento de aportar algún tipo de alivio para los que están en nuestro país”. Finalmente, remarcó que quienes hablan de una “revolución o primavera” son “hipócritas”, ya que “es una mentira envuelta con títulos brillosos que en el fondo busca conquistar a Siria, contratando a mercenarios de más de 80 países, a quienes apoyan Turquía y Norteamérica, entre otras potencias”.

A disposición

Desde la Municipalidad de Rosario se comunicaron con el cónsul sirio, Jorge Abdelmalek, para ponerse a su disposición. El objetivo fue hacerle saber que puede contar con diversas herramientas con que cuenta el municipio que faciliten el envío de ayuda hacia la República Árabe de Siria.

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