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La condenan por matar al hermano de su ex padrastro

Dos días después de haber cumplido 18 años la arrestaron por homicidio. Unos días antes la víctima había golpeado a su madre con unos amigos, en un calvario similar al que la muchacha padeció durante gran parte de su vida a manos de su entonces padrastro. Los jueces la condenaron a 14 años de cárcel

Celeste Morlivo tiene hoy 21 años. Hace cuatro años, dos días después de alcanzar la mayoría de edad, asesinó de un disparo en la cabeza en el barrio Molino Blanco al hermano de su ex padrastro. La relación familiar estuvo inmersa en un contexto de violencia de género desde el principio: su madre era el objetivo principal de los malos tratos pero también ella y sus hermanos, quienes convivían con la situación. Cuando Nora, la madre de Celeste, terminó la relación, debió solicitar una restricción de acercamiento para Alejandro, orden que el día del crimen quebrantó. El homicidio se produjo en octubre de 2014 y en el juicio no se discutió la autoría. Desde los alegatos de apertura estuvo claro que Celeste apretó el gatillo. Ambas partes dejaron ver en mayor o menor medida la violencia que invadía estos vínculos y sobre esa circunstancia giró la discusión: sobre el contexto en el que se produjo. La defensora contó que días previos al homicidio la madre de Celeste fue víctima de una paliza propinada por los amigos de Alejandro y su hermano Nicolás López. Este jueves se conoció el veredicto. La lectura se atrasó casi una hora y media porque Celeste fue trasladada a la audiencia con su pequeño hijo. Ella vive con el niño en la cárcel. En una sala vacía la joven escuchó cómo el tribunal, por unanimidad, la condenó a 14 años de cárcel.

Nora y Alejandro estuvieron en pareja siete años. Celeste se crió siendo testigo de esa relación. Tiene seis hermanos de distintos padres; con el suyo dejó de tener vínculos a muy temprana edad. No terminó la escuela y vio a su mamá prostituirse para llevar un sustento a su familia; incluso utilizaba ese recurso de adolescente para obtener algún ingreso.

La relación de Nora y Alejandro estaba sumida en la violencia, donde ella era víctima al igual que sus hijos. La defensa oficial, a cargo de Andrea Corvalán, contó a los niños que el hombre les gritaba, pegaba, les negaba un plato de comida y les sacaba sus cosas, describió. Cuando la mujer pudo cortar la relación se separaron, pero la cosa no terminó allí. Cada situación violenta ella lo denunciaba y venían las represalias de parte de la familia de Alejandro. Nora llamó al teléfono verde, le dieron un botón de pánico y logró una orden de restricción de acercamiento.

El crimen

El fiscal Adrián Spelta contó que la mañana del 5 de octubre de 2014 Alejandro, violando una orden judicial, se presentó en la casa de Nora en la zona sur de la ciudad. La vivienda donde también vivía Celeste. Nora llamó a la Policía y los uniformados se lo llevaron a la comisaría 15ª. Allí estuvo un par de horas hasta que a la tarde recuperó la libertad.

Según Spelta, cerca de las 18 Celeste, su madre y su hermana fueron a «hacer lío» a la casa de los López, aunque la defensa asegura que la madre y la hermana fueron a sacarla del pasillo. En el interior estaba sólo la hermana de la víctima y no salió. Se fueron, y en la esquina de Ayacucho y Guillermo Tell se cruzaron con Nicolás Arturo López, que iba con otro joven en moto. Celeste le gritó y la moto se paró. Nicolás se bajó, discutieron y Celeste le pegó un tiro en la parte de atrás de la cabeza con un revólver calibre 22, explicó. La joven se tiró al arroyo Saladillo: de allí la Policía la sacó mojada y golpeada. Tras el ataque los vecinos la golpearon, aseguró un testigo.

Nicolás estuvo 45 días intentando recuperarse, aunque finalmente falleció. La defensora oficial no discutió la autoría del crimen, pero pidió que el caso se analizara con perspectiva de género. Contó que días previos al hecho, la víctima y algunos amigos de su hermano se presentaron en la casa de Nora y le dieron una paliza.

Resaltó los pedidos de Nora para salir de la situación de violencia en la que estaba inmersa con sus hijos. Las intervenciones de distintas áreas del Estado que desactivaron situaciones de violencia, vulnerabilidad y salud en el momento, pero que evidentemente no dieron una respuesta definitiva al caso.

Para la defensa el crimen no fue un hecho aislado: está inmerso en una historia de vida cruzada por la violencia. Mientras el fiscal pidió 20 años de cárcel y enmarcó el hecho en una rivalidad entre familias, la defensora solicitó la aplicación del mínimo legal con la modalidad de detención domiciliaria.

Este jueves el tribunal compuesto por Mónica Lamperti, Patricia Bilotta e Ismael Manfrín dio a conocer su veredicto y por unanimidad condenó a Celeste Morlivo a la pena de 14 años de cárcel. La condena retumbó en la joven que tenía su niño en brazos, circunstancia que fue contenida por su defensora. El próximo 4 de octubre se conocerán los fundamentos de la decisión.

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