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La confesión de Burzaco: «Pagué coimas y retornos»

En Buenos aires lo llaman “el buche del FBI”. El empresario negocia reducción de pena y un arresto domiciliario.

Corte: ¿Cómo se declara?

Defensor: Culpable, su señoría.

Corte: ¿Se declara culpable voluntariamente?

Defensor: Sí, su señoría.

Corte: ¿Alguien lo forzó o amenazó para que se declare culpable?

Defensor: No, su señoría.

Corte: ¿Alguien le prometió algo fuera de esta Corte para declararse culpable?

Defensor: No, su señoría.

fotoDe esta manera (con su abogado como representante), Alejandro Burzaco, el principal empresario argentino acusado en el FIFA Gate, se declaró el 21 de marzo pasado culpable ante la Justicia de los Estados Unidos. Lo hizo ante el juez de Nueva York que investiga el caso, Raymond J. Dearie, y luego de haber pactado en noviembre pasado con el FBI norteamericano no sólo su confesión en el pago de sobornos, sino de haber señalado a varios de sus supuestos cómplices.Ahora espera el fallo de la Justicia, que se conocerá el 24 de junio próximo. Ayer esta confesión, adelantada por este diario el 21 de marzo pasado, fue pública. Y si bien los nombres de personas físicas y jurídicas se mantienen bajo «secreto de sumario» en la Justicia de los Estados Unidos; se sabe que entre los mencionados están varios bancos norteamericanos y extranjeros que operan en Wall Street por donde habría pasado el dinero de los sobornos; varias empresas de telecomunicaciones (todas grandes multinacionales), grandes compañías sponsors del fútbol mundial y, obviamente, dirigentes del fútbol argentino y de la región sudamericana, centroamericana y de los Estados Unidos. A partir de la confesión de Burzaco, y de otros de los acusados, están siendo ahora investigados bancos como el HSBC, Credit Suisse y JP Morgan, entre otros; a Nike, DirecTV y Fox; y, entre otros, a los dirigentes argentinos como Eduardo Deluca, José Luis Meiszner, ambos en sus roles de exsecretarios generales de la Conmebol.

En la misma causa están mencionados el paraguayo Juan Ángel Napout, presidente de la Conmebol y vicepresidente de la FIFA, miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA, expresidente de la Federación Paraguaya de Fútbol; el brasileño Ricardo Teixeira, expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol y miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA; el también brasileño Marco Polo del Nero, expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF); el ecuatoriano Luis Gustavo Chiriboga, presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol y miembro del Comité Ejecutivo de la Conmebol. También Rómer Osuna, de Bolivia, miembro del Comité de Auditorías de la FIFA, extesorero de la Conmebol y expresidente de la Federación Boliviana de Fútbol; el también boliviano Carlos Chávez, extesorero de la Conmebol, y expresidente de la Federación Boliviana de Fútbol y el peruano Manuel Burga, miembro del Comité de Desarrollo de la FIFA, expresidente de la Federación Peruana de Fútbol.

También tiemblan por la declaración de Burzaco ante la Justicia norteamericana los hondureños Alfredo Hawit, expresidente de la Concacaf, vicepresidente de la FIFA y miembro del Comité ejecutivo de la FIFA; y Rafael Callejas, expresidente de la República, miembro del Comité de TV y Mercadeo en la FIFA y expresidente de la Federación Nacional Autónoma de Fútbol de Honduras.

El salvadoreño Reynaldo Vásquez, expresidente de la Federación Salvadoreña de Fútbol.

Burzaco colaboró directa y voluntariamente con la Justicia norteamericana por razón clave: con esta confesión de culpabilidad, y con el señalamiento sobre a quien pagó las coimas y «retornos», podría lograr reducir su prisión a la mitad de la condena (de 17 a 8 años), pero además cumplir la pena en un domicilio particular. Por ejemplo, la misma residencia en la que se encuentra actualmente en Brooklyn. Por estas confesiones, a Burzaco se lo menciona en Buenos Aires desde hace meses como «Buche del FBI» entre sus examigos y colegas de Sudamérica y América Central. Hasta lo que se sabe, el ex CEO de la empresa Torneos y Competencias se puso a disposición del FBI primero y de la Justicia de los Estados Unidos después, y no sólo confesó sino que además señaló hacia los costados y hacia arriba a los posibles implicados en la rama regional del «FIFA Gate». Esto es, el pago y cobro de sobornos por cientos de millones de dólares (aún no está el número cerrado de las coimas pagadas pero superarían los 300 millones de dólares en los últimos siete años), por la organización de torneos regionales, incluyendo la próxima Copa América Centenario que se disputará en los Estados Unidos.

Burzaco fue uno de los primeros señalados por la Justicia norteamericana, se profugó el mismo 27 de mayo de 2015 (el día que estalló el escándalo en el Hotel Baur au Lac en Zúrich) y se entregó en junio de ese año en Bolzano, Italia, donde permaneció hasta julio donde fue trasladado a los Estados Unidos. Allí permanece aún en arresto domiciliario, utiliza una tobillera magnética y espera que la Justicia resuelva lo más rápido posible su situación final. Está confiado en que su confesión, y especialmente el señalamiento que hizo sobre otros implicados importantes en los casos de corrupción en la FIFA, le disminuyan la pena que le correspondería.

Burzaco ya puso a disposición de la Justicia sus garantías para la fianza. Fueron unos u$s 20 millones, que aportaron su hermano Eugenio Burzaco (el hoy secretario de seguridad de Mauricio Macri), los «abogados y amigos» (según la propia declaración ante la Justicia) Pablo Minguens y Mariano Mendilaharzu y él mismo; además de propiedades a su nombre y de su familia y el aporte de certificados de acciones en la empresa Torneos y Competencias por unos u$s 15 millones.

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