El lunes 17 de septiembre de 2014 los 25 empleados de la firma Prunelle en Soldini encontraron las puertas cerradas de la fábrica. Hacía cinco meses que no cobraban y los empresarios ni siquiera habían mandado telegramas de despido. Cerraron. El lunes 17 de septiembre de 2018, hace tres días, los 19 empleados de la firma, ahora en formato de cooperativa, la Justicia santafesina ordenó que la marca y las máquinas con las que producen casi 3 mil unidades de champú, jabones y cremas pasen a ser de los trabajadores.
Este jueves en el Juzgado Civil y Comercial de la 10 Nominación completarán el trámite de la quiebra y en 30 días esperan una máquina con la que podrán producir ocho veces más. “Fue y sigue siendo un camino de mucho esfuerzo para mantener los trabajos”, explicó a El Ciudadano, el presidente de la cooperativa, Sergio Herrera.
Ejemplar
En Santa Fe hay unas 2.600 entidades cooperativistas. Más de mil trabajadores están al frente de 36 empresas recuperadas. El caso de Prunelle es especial porque el proceso de formación de la cooperativa coincidió con la votación y puesta en marcha de la ley 13710 que da beneficios fiscales y sobre todo, apoyo de distintos profesionales para el armado de la producción y los trámites. En el caso de Prunelle el acompañamiento llegó por la abogada Marcela Macellari y una bioquímica que los ayudó a obtener la licencia de Nación para vender los productos. “Mantenemos y ampliamos la producción capilar –champú, acondicionador, tinturas– y de cremas y agua oxigenada. La situación de ventas no es la mejor, pero vamos a mejorar la producción”, dijo el presidente de la cooperativa. En 30 días llegará de Buenos Aires una máquina que era de la empresa y podrán producir 3 mil unidades por hora.
Clavado
“Las maquinarias, la marca, el contrato de alquiler de tres años para que puedan seguir trabajando en el lugar y las deudas pagadas a los bancos y tres empleados que ya no están más”, enumeró Macellari en diálogo con El Ciudadano para describir lo que este jueves quedará en papeles del juez Eduardo Oroño, a cargo de la quiebra. “Ahora van a usar los subsidios que se dan para cada cooperativista para capitalizarse. Es un logro muy importante porque va en sintonía con la ley de empresas recuperadas, donde establece que más que un fondo de dinero para subsidiar a las cooperativas es también dar apoyo técnico. En este caso fue con el Ministerio de la Producción de Santa Fe”, agregó la abogada. En Prunelle no solo necesitaron contadores y abogados sino también ingenieros en higiene y seguridad y farmacéuticos. “No genera un subsidio sino apoyo real para que las cooperativas puedan insertarse en el mercado”, concluyó Macellari.
El artículo 10 de la ley 13710 –escrita por el diputado socialista Joaquín Blanco– habla de asistencia técnica, jurídica y acompañamiento para que la empresa recuperada pueda ser sustentable en los aspectos económico, productivo y social. También que el Estado los debe tener como proveedores preferenciales, los incluya en líneas de créditos y programas de fomento, los acompañe en las misiones al exterior cuando exportan y sean beneficiaros de una tarifa de luz diferente.