La provincia de Buenos Aires es la más perjudicada en el reparto de fondos federales. La jurisdicción gobernada por Daniel Scioli concentra 42 por ciento de la población, 44 por ciento de las personas en situación de pobreza y, mientras recauda un 50 por ciento de los impuestos provinciales, sólo recibe 21,7 por ciento de los recursos coparticipados. El grupo de provincias “discriminadas” lo completarían Chubut, Mendoza y Misiones. En tanto, la lista de las más favorecidas –la cual integraría Santa Fe– estaría encabezada por Formosa, Catamarca,La Riojay Jujuy.
Estos datos surgen de un análisis teórico realizado por la consultora Federico Muñoz y Asociados (FmyA), que tomó en cuenta la distribución secundaria del régimen de coparticipación, es decir, la manera en que se reparten los recursos tributarios nacionales entre las provincias.
El documento recordó que la masa coparticipable se distribuye de acuerdo a coeficientes definidos en la ley 23.548 de 1988, que supuso “el abandono explícito de todo criterio objetivo en la distribución de los fondos”. La consultora puntualizó que esa norma cristalizó el reparto efectivo del período entre 1985 y 1987 al que se había arribado “en función del poder de negociación de cada jurisdicción con el gobierno central”. A pesar de que la reforma constitucional de 1994 ordenó que antes de 1997 se debía sancionar una nueva norma de coparticipación, la vieja ley sigue mandando, debido a que son más las provincias beneficiadas que las perjudicadas. Y todo cambio debe ser aprobado por el Senado.
La investigación de FmyA planteó un ejercicio teórico. Tomó cuatro criterios para regular la coparticipación secundaria:
Devolutivo: a mayor producción provincial o a mayor población, correspondería una mayor participación en la torta coparticipable.
Redistributivo: tiene en cuenta la situación social (pobreza) de cada provincia, privilegiando a las más relegadas en detrimento de las más ricas.
Eficiencia: a mayor recaudación tributaria propia, mayor cuota parte de la masa coparticipable.
Territorial: cuanto más superficie tenga una provincia, más cara resulta la provisión de bienes públicos en ella, por ende necesita más cuota de coparticipación.
El documento recogió estos criterios y diagramó un set de coeficientes que es resultado de la suma ponderada de cada variable: 10 por ciento para el Territorial y 30 por ciento para los restantes.
Sobre la base de estos cálculos, resultó que la provincia de Buenos Aires recibe casi la mitad de lo que debería. Si se tienen en cuenta los cuatro criterios distributivos mencionados, Buenos Aires recibiría 42 por ciento de la coparticipación, 93 por ciento más que lo que actualmente se le asigna.
En sentido contrario, la más favorecida en la actualidad sería Formosa. La provincia tiene 1 por ciento de la población, 2 por ciento de las personas en situación de pobreza, casi no aporta recaudación y su territorio ocupa 2 por ciento del país. Según los cálculos, debería recibir 1,4 por ciento de la coparticipación, 2,2 puntos porcentuales o 61 por ciento menos que el 3,6 por ciento que efectivamente se le asigna.
Para el caso de Santa Fe, el ejercicio arroja un resultado más equilibrado. La jurisdicción tiene el 9 por ciento de la población nacional, 9 por ciento de las personas en situación de pobreza, aporta 10 por ciento de la recaudación y su superficie representa 4 por ciento del país. Según los cálculos, debería recibir 8,6 por ciento de la coparticipación, 0,2 punto porcentual por encima de lo que efectivamente se le asigna.