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La crisis económica por el coronavirus golpeó a sectores populares pero benefició a grandes empresas

Así lo destacó análisis conjunto del Cifra y del Área de Economía y Tecnología de Flacso, que precisó que la mayoría de las grandes empresas que operan en el país, y que en 2019 explicaron el 80% de las ventas entre firmas líderes, se mantuvo operativa durante todo el periodo que va de aislamiento

La crisis económica agudizada por la pandemia del coronavirus impactó de manera diferente en los distintos segmentos de la actividad productiva, y mientras los sectores populares y las pequeñas y medianas empresas fueron especialmente golpeados por la emergencia sanitaria, las grandes compañías no se resintieron, e incluso muchas se vieron favorecidas.

Así lo destacó un análisis conjunto del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra) y del Área de Economía y Tecnología de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), publicado este lunes, que precisó que la mayoría de las grandes empresas que operan en el país, y que en 2019 explicaron el 80% de las ventas entre las firmas líderes, se mantuvo operativa durante todo el periodo que va de aislamiento.

En el caso de las pequeñas y medianas empresas, distinto fue el derrotero, según este análisis, ya que el 40% estaba completamente paralizado a mediados de abril.

Tras la flexibilización de la cuarentena, hubo una modificación progresiva de esta situación y en mayo solo el 25% de las pymes estaba totalmente paralizado.

En tanto que entre las 200 empresas no financieras de mayores ventas, las totalmente paralizadas representaban el 23% en la misma fecha.

«Es una economía que funciona en el marco de una crisis y de un aislamiento a dos velocidades, con un sector mayoritario, de los sectores populares y pymes que se vieron más imposibilitadas, y otro segmento que tuvo un funcionamiento parcial o pleno donde están las grandes empresas», explicó a Télam el economista de Cifra y Flacso, Pablo Manzanelli.

Señaló que «primero hay que entender que no se cerraron todas las actividades», y añadió que «después hubo otras no esenciales que se mantuvieron operativas; y excepciones como el caso de Techint, que siguió funcionando su siderúrgica en Campana aunque con menor operatividad».

«En efecto, se trata de situaciones dispares en el marco de una crisis que, naturalmente, tiene un importante impacto regresivo en términos generales», indicó el análisis.

Al respecto, remarcó que «es indudable que en el sector de los especialmente perjudicados por esta situación excepcional no sólo se encuentra buena parte del entramado empresario de menores dimensiones sino también, y fundamentalmente, los sectores populares».

«Máxime en un escenario en el que la regresividad estructural que tiene la economía argentina se acentuó considerablemente durante el gobierno de Cambiemos. Vale señalar que el nivel de pobreza se ubicó en 35,5% de las personas en 2019 cuando en 2015 alcanzaba a 29,3%, y que la tasa de desempleo ascendió del 6,5% al 9,8% en el mismo período», puntualizó el informe.

Manzanelli subrayó que «la mayoría de las grandes empresas siguió funcionando, algunas con muy alto nivel de producción, como las alimenticias, agroexportadoras, de telecomunicaciones y los laboratorios», y afirmó que «estos sectores estuvieron relativamente beneficiados por la emergencia».

El análisis indicó que «no es un dato menor que 154 empresas, el 77% de las 200 de mayores ventas, tienen un funcionamiento total o parcial de sus actividades», desde el inicio de la emergencia sanitaria.

Esas 154 empresas en funcionamiento explicaron el 80% de las ventas de la cúpula empresarial en 2018.

Entre ellas se destacan 30 alimenticias y agroexportadoras con un grado de funcionamiento importante, como Cargill, Bunge, Dreyfus, Oleaginosa Moreno, Quilmes, Aceitera General Deheza, Molinos Cañuelas, Arcor, Coca Cola, CCU, Molinos Río de La Plata, Ledesma y Bagley.

También otras 24 firmas de la industria química, como laboratorios Bayer, Gador, Basf, Roemmers, Raffo y Roche; petroquímicas como PBB Polisur, Cuyo y Comodoro Rivadavia; y empresas como Unilever y Procter & Gamble.

Del mismo modo, figuran 21 empresas vinculadas al comercio mayorista y minorista, como los grandes supermercados La Anónima, Makro, Maxiconsumo, Cencosud, Coto, Wall Mart, Carrefour, Día y Grupo Casino; cinco de telecomunicaciones, como Telecom, Movistar y Claro; y tres industrias siderúrgicas, como Siderar y Siderca del grupo Techint, y Aluar.

El universo de empresas que transitan la cuarentena en operatividad también incluye a la fabricante de neumáticos Bridgestone; cuatro mineras, como Minera Andina del Sol, Cerro Vanguardia, Minera Alumbrera y Oroplata Goldcorp; 21 empresas de electricidad, gas y agua, como Pampa Energía, Edenor, Edesur y Transportadora Gas del Sur y del Norte; y 18 petroleras con bajo nivel de producción, como Shell, Axion, Pan American, Total, Tecpetrol.

«Es decir, se trata de grandes firmas monopólicas u oligopólicas en sus respectivas actividades, integrantes de grupos económicos o conglomerados extranjeros que son rectores del funcionamiento económico local», subrayó el informe

Indicó que «a estas empresas habría que agregar los bancos y aseguradoras que no se consideran en el relevamiento de las 200 empresas no financieras, pero que se incluyen en el selecto grupo de grandes empresas relativamente beneficiadas en este contexto».

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