Con creación, dramaturgia e interpretación de Gastón Onetto, llegará este viernes a Rosario desde la ciudad de Santa Fe el espectáculo La cura, memorias invertidas, un trabajo de investigación escénica a través del cual el artista transita, entre recursos de la danza y el teatro, un viaje con el que pone en evidencia una denuncia a las terapias de conversión dirigidas a la comunidad LGTBIQ+.
La propuesta, que se presentará en La Manzana, cuenta con la codirección de Nati Fessia (también a cargo de la asistencia en construcción de personaje y el diseño gráfico), Viviana Quaranta y el propio Gastón Onetto, con la codirección en danza de Antonio Rocha, asistencia en dramaturgia de Viviana Quaranta, poética visual de Ariel Costanzo, producción musical de Vicky Barr y Edu Figueroa, vestuario de TORA por Lautaro García Fontana y audiovisuales de Caro Tacca.
“«Se le quema el arroz» dice Pedro Lemebel que dicen en Chile para nombrar a una marica, aludiendo a que algo salió mal, algo no es como lo esperaban. Nadie se hace cargo del adefesio cuando ya es parea de la familia y la sociedad”, escriben desde el equipo artístico a modo de disparador de un material que se pregunta sin remilgos ni metáforas: “¿De dónde nace lo puto? ¿Quién lo ha gestado? ¿Quién ha deseado una hija torta o trava? ¿Cuántas parejas nos pensaron como proyecto?”.
Frente a esos mismos interrogantes, ensayan también algunas respuestas: “Contra todo proyecto seguimos siendo gestados, existimos y nos reproducimos, muchas veces venimos de lo cis-hetero, pero vamos más allá. Hay momentos en que me pregunto: «¿Venimos de lo cis-hetero?» Quizás podamos encontrar nuestras líneas ancestrales en la cultura que la desmemoria ha querido borrar y no quiere que reescribamos o sigamos escribiendo, pero estos putos lápices también siguen escribiendo, cantando, danzando y haciendo teatro”.
Y agregan: “Los relatos que podemos contar son muy otros, sin héroes ni crueldades, sin la binaria manía de encasillarlo todo entre villanos y víctimas, buenos y malos. Claro que denunciamos este mundo de hostilidades y traemos nuestras existencias y resistencias como materia viva para hacer arte. Porque recuperar nuestros relatos es darnos voz, es «sacar los cuerpos de nuestras ancestras de las cunetas, recuperarlas del epistemicidio que acompañó al genocidio de sus cuerpos y darle vida en el presente (Evans 1978)»”.
La cura, memorias invertidas es, según adelantan, una obra tragicómica de danza-teatro que propone un recorrido por parte de la historia de un personaje «proselitista de la heteronorma», que se descubre, reconoce y encuentra. Los mandatos, la religión y las llamadas “Terapias de conversión de género” son puestas sobre el tapete para visibilizar que, en el siglo XXI, “sigue siendo difícil asumir las formas de existencias que se nos vengan en ganas. Y que estas prácticas no sirvieron más que para dañar y conducir a la muerte”.
Para agendar
La cura, memorias invertidas se presentará este viernes en Rosario, con una única función (al menos por el momneto) en la sala La Manzana (San Juan 1950), a partir de las 21, donde también se venden las entradas. Más info: https://instagram.com/lacurainvertida