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La danza los hace libres

El grupo Atahualpa, integrado por 20 jóvenes, fue declarado primer Ballet de Folklore Distinguido de la ciudad. “El objetivo es que tengan igualdad de oportunidades”, dijo la titular de Applir.

La Asociación de Padres por la Igualdad Rosario (Applir) es una asociación civil sin fines de lucro que tiene como objetivo fomentar posibilidades de igualdad para jóvenes con discapacidad intelectual a través de la creación de espacios de sociabilización, recreación y la concientización al resto de la sociedad sobre las formas de relacionarse con jóvenes con discapacidad. El Ballet Atahualpa es una derivación del taller de folclore de Applir, y está integrado por 20 jóvenes que participaron de la peña oficial del Festival Nacional de Cosquín 2014. Y en septiembre pasado fue declarado como el primer Ballet de Folklore Distinguido de la ciudad, por el Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia de Santa Fe.

María Rosa Julián es la presidenta fundadora de Applir y explicó a El Ciudadano que el objetivo es que los chicos tengan igualdad de oportunidades, que la pasen bien, sean felices, se sociabilicen y sientan que pueden.

“Se trata de mirar a la persona y no a la discapacidad, siempre se busca la calidez humana. La idea de Applir es pensarlo como un centro cultural donde los chicos, a modo de club, tengan un espacio de recreación, y que puedan vivenciar y experimentar distintos momentos entre ellos. Hay muchos chicos que se pusieron de novios y ya hubo pedidos de casamiento”, detalló la presidenta de Applir.

Julián destacó que además del taller de folclore, cuentan con talleres de cumbia, salsa, música, percusión, artesanías, cine, teatro, panificación, fútbol, tenis, entre otros.

«El viaje fue gestionado por Marcelo Nocetti. Estuvimos en Cosquín durante tres días con un grupo de 50 personas. Lo que destaco, más allá del baile, es la solidaridad entre ellos. Ramiro entró hace unos meses y baila poco, y su compañera de baile en Cosquín, lo priorizó a él, en vez de lucirse ella. Lo ayudó a moverse para bailar. Todos ovacionaron al ballet de pié”, concluyó Mari, como le dicen cariñosamente.

Una de las integrantes del ballet es Patricia Galende. Hace varios años que participa del taller, y contó que le encantó poder viajar con sus compañeros a Cosquín.

“Mis compañeros son buenos y cariñosos. Lo que más me gustó fue bailar. También fuimos a otras peñas y a mirar otros espectáculos. Arriba del escenario siento una alegría muy grande. Los temas que más me gustan son de Los Chalchaleros y Los Nocheros. Me gusta bailar la chacarera, el gato, y el escondido. Mi familia se entusiasma cuando bailo y siempre me van a ver”, confesó Patricia.

Otro de los bailarines del grupo es Alberto Ayala, quien además de gustarle el folclore, reveló que las madres de Applir “son lo mejor” que tienen.

Mariana Delnegro es de Villa Gobernador Gálvez y hace seis años que concurre a los talleres. “Hago folclore, cumbia, salsa, artesanías y música. Disfruté todo el viaje a Cosquín, y ojalá que el año que viene podamos volver”, confió.

“Muchas son las medidas que pueden favorecer el desarrollo de la enseñanza y el aprendizaje para las personas con discapacidad, pero sólo una de ellas es fundamental: la integración”, aportó Mirta, una de las madres que integra la comisión de Applir.

Palabra de la entrenadora

Julieta Alanis hace poco que está a cargo del taller de folclore de Applir y aseguró que cuando llega a dar las clases se siente muy cómoda.

“Estoy terminando el profesorado de danzas folclóricas y estudio psicomotricidad. Es una nueva experiencia. Me encanta trabajar con los chicos, son mi cable a tierra. Además trabajo en un call center, y cuando llego se me pasa todo”, detalló.

Julieta describió que lo que están trabajando actualmente con los chicos en el taller es reconocer danzas nuevas como la chacarera, el escondido, y el gato.

“Son muy compañeros entre ellos, se sumaron algunos nuevos, y los que venían desde antes, colaboran con los más nuevos. Estoy tratando de que cambien de parejas para que se ayuden entre todos. El objetivo es que aprendan un poco más de folclore, a vincularse entre ellos, a compartir, y a disfrutar. Cada vez que salgo de Applir, me voy con una sonrisa”, concluyó Julieta.

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