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La depresión, principal causa de discapacidad en el mundo

Especialistas reunidos en el Foro Argentino de Dolor y Neurociencias, en Rosario, coincidieron en que es clave el diagnóstico.


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La depresión, o como la llama la psiquiatría, el Trastorno Depresivo Mayor es, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la principal causa de discapacidad en el mundo y algunas estimaciones sugieren que afecta a una de cada diez personas en América latina. Afecta la vida laboral, social y familiar, y muchas de las personas que la padecen no pueden desempeñarse en forma apropiada en su vida cotidiana, dado que produce un fuerte deterioro de la salud.

Sin embargo, a menudo su diagnóstico se retrasa, y el paciente sufre consecuencias en forma progresiva hasta encontrar una respuesta terapéutica adecuada. Por eso, el diagnóstico es el primer paso hacia un tratamiento efectivo de la depresión, afirmaron destacados especialistas durante el Segundo Foro Argentino de Dolor y Neurociencias, que se llevó a cabo en Rosario los días 20 y 21 de septiembre pasado.

“La depresión se caracteriza por un estado de ánimo decaído persistente o menor interés o placer en las actividades que habían sido disfrutables, entre otros síntomas”, reveló el doctor Miguel Márquez, médico psiquiatra y director de Asistencia, Docencia e Investigación en Neurociencia (Adineu).

Existen en el mundo unos 350 millones de afectados, y causa aproximadamente 1 millón de muertes al año (por suicidio). La prevalencia en América latina oscila entre el 8,1 por ciento en México y 12,6 por ciento en Brasil, por lo que se calcula que aproximadamente uno de cada 10 latinoamericanos la padecerán en algún momento de su vida.

“Uno de los grandes inconvenientes para su tratamiento es que continúa siendo un trastorno subdiagnosticado y subtratado, sobre todo en sus primeros episodios, los que son esenciales para definir su condición de trastorno recurrente. El verdadero nombre del Trastorno Depresivo Mayor es el de Depresión Mayor Recurrente, y el correcto tratamiento de los primeros episodios depresivos –los que muchas veces no llegan al psiquiatra sino son atendidos en diferentes niveles de la asistencia primaria–, es clave para definir el pronóstico de la enfermedad, que es el pronóstico de la calidad de vida que tendrá la persona afectada a través de toda su existencia”, subrayó el especialista.

En efecto, la alta incidencia de enfermedades asociadas (comorbilidades) puede impedir el diagnóstico, ya que por un lado la depresión se vincula a un aumento de la incidencia de enfermedades crónicas, y por el otro gran número de pacientes que sufren enfisema, Enfermedad Pulmonar Obstructivo Crónica (Epoc), migraña, cáncer, epilepsia, diabetes, enfermedades cardiovaculares y asma, presentan también depresión.

Por ello, “la detección precoz y el manejo inicial por parte del médico clínico contribuiría a mejorar el pronóstico de los pacientes”, destacó el especialista, quien indicó que “la meta final del tratamiento de la depresión debe ser reducir los síntomas y finalmente lograr la remisión, y como ocurre en cualquier enfermedad crónica, sin tratamiento los episodios continuarán repitiéndose. Es por ello que diversas guías recomiendan el tratamiento continuo con antidepresivos para prevenir recaídas”.

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