Las multitudinarias manifestaciones en el Reino Unido durante este fin de semana contra el racismo y en memoria de George Floyd, el afroamericano asesinado a manos de la policía en Estados Unidos, reflejaron también años de resentimiento, desigualdad y discriminación racial en el territorio británico, afirmó Daniel Ozarow, analista y académico británico de la Universidad de Middlesex en Londres. Ozarow dijo que rara vez un acontecimiento en el exterior provocó tanta indignación y enormes protestas como las que hubo en los últimos días en el Reino Unido y eso, según su opinión, tiene varias explicaciones.
Asesinatos de afrodescendientes a manos de la policía británica
“En primer lugar se debe a que el asesinato de Floyd, cometido por la policía, resuena en la memoria de muchos ciudadanos británicos afrodescendientes que tuvieron experiencias negativas con la fuerza policial en este país”, sostuvo.
Recordó que hubo 1.741 muertes bajo custodia policial en el Reino Unido desde 1990 y ningún oficial de policía fue condenado y que los afrodescendientes son tres veces más propensos que los de cualquier otra etnia a morir de esa manera.
Dijo que hay más personas de esa minoría étnica en prisión en el Reino Unido proporcionalmente que en Estados Unidos, según un informe realizado por el diputado laborista David Lammy para el Ministerio de Justicia.
En ese trabajo se reveló que tienen cuatro veces más probabilidades de estar en prisión que lo que se esperaría dada su proporción de la población total, que es de 3%, pero representan 12% en las cárceles en el Reino Unido.
La chispa que encendió la llama
Para el académico, la muerte de Floyd fue la chispa que encendió la llama tras muchos años de creciente enojo y resentimiento por la desigualdad latente y la discriminación racial que sigue existiendo en la sociedad británica.
“Sólo en 2011, la muerte a tiros de un hombre negro, Mark Duggan, a manos de la policía provocó disturbios a gran escala en Londres y hubo muchas otras muertes de alto impacto de personas de color por parte de la policía británica, en particular Joy Gardner, Sean Rigg, Rodger Sylvester, que son recordadas, especialmente por los miembros de la comunidad afro descendiente”, señaló Ozarow.
En su opinión, eso se relaciona también con la pandemia del coronavirus, debido a que su rápida propagación y los cientos de miles de muertes que generó en todo el mundo “han enseñado algunas duras realidades sobre lo interconectados y vulnerables que somos como humanidad”.
Y resaltó: “Millones de personas en todo el mundo se han dado cuenta de que la pandemia no puede ser derrotada mediante enfoques individualizados del problema sino mediante acciones solidarias conjuntas como comunidad y como sociedad”.
Estatua de un tratante de esclavos derribada
El académico sostuvo que “al igual que en otras partes, muchos en el Reino Unido están aplicando los mismos principios a otros problemas de la sociedad, en este caso el del racismo”.
“Si bien las protestas aquí fueron dirigidas con razón por las comunidades afrodescendientes, los blancos y los de muchas otras comunidades también se unieron para decir que se niegan a aceptar la brutalidad policial o el racismo y en solidaridad con la familia de George Floyd”, agregó.
Durante el fin de semana 35 oficiales de policía resultaron heridos, incluidos dos hospitalizados, y 36 personas fueron arrestadas en las manifestaciones, según informó la Policía Metropolitana.
«El Reino Unido también es culpable”, decía una pancarta sostenida por uno de los manifestantes en Londres, donde el Ministro de Salud, Matt Hancock, había dicho antes que unirse a las protestas de Black Lives Matter podía contribuir a la propagación del Coronavirus.
El jefe de la policía de Londres, Cressida Dick, dijo que 27 oficiales habían resultado heridos en asaltos “impactantes y completamente inaceptables” durante las protestas de esta semana en la ciudad, incluyendo 14 el sábado al final de una manifestación pacífica. Pero los manifestantes eran muy claros en sus proclamas y lo decían de ese modo a los medios que cubrían los sucesos.
Una estudiante de 17 años que asistió a la protesta con su familia, apuntó que hace tiempo que debería haberse puesto fin a la desigualdad. “Tiene que parar ahora. No debería ser tan difícil ser iguales, Gran Bretaña no quiere reconocer que tiene un racismo arraigado desde que existían los comerciantes de esclavos.
Con la excusa de que el país siempre estuvo abierto para los inmigrantes de todo el mundo, los gobiernos intentaron tapar siempre el racismo exacerbado que atraviesa buen parte de la sociedad”, dijo.
La estatua de Winston Churchill en la Plaza del Parlamento fue pintada con grafitis, mientras en la ciudad de Bristol, en el sudoeste de Inglaterra, una estatua del comerciante de esclavos Edward Colston fue derribada y lanzada a un río. Sobre lo ocurrido con la estatua de Colston, para Ozarow es un anacronismo que un monumento a un comerciante de esclavos del siglo XVII exista en un centro urbano importante del Reino Unido en 2020.
“Los habitantes de Bristol intentaron y no consiguieron que el ayuntamiento retirara la estatua en 2018, por lo que se puede entender por qué algunos estaban tan enojados que decidieron tomar esta medida cuando el proceso democrático les falló”, argumentó.
Blanco de ataque raciales y antisemitas
Ozarow fue objeto este año de ataques raciales y antisemitas de parte de miembros del público y amenazas de concejales del Partido Conservador provincial cuando representó a los laboristas en las elecciones parciales para la localidad de Borehamwood Kenilworth en el Consejo Hertsmere en febrero.
El sociólogo y académico fue tildado de simpatizante del terrorismo, marxista y judío que se odia a sí mismo, y, entre otras agresiones verbales en redes sociales, alguien deseó que muriera en las cámaras de gas.
Por el impacto de los ataques Ozarow renunció como presidente del Partido provincial para dedicarse a la causa penal en la que acusó al grupo conservador local de “incitar al odio racial” y que tuvo mucha repercusión en los medios británicos.