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La desmesura del peronismo en tono de comedia de enredos

Rody Bertol y Pablo Fossa hablan de “La comedia peronista”, coproducción entre Rosario Imagina y Argentina Arde.

“Argentina arde, Rosario imagina”. La frase, un juego de palabras que en los tiempos que corren adquiere una relevancia singular, resume, también, los nombres de dos equipos de artistas vinculados con la escena teatral rosarina. Argentina Arde, el proyecto que desde hace una década lleva adelante el actor, director y docente Pablo Fossa, investigando en un teatro político que no reniega del humor y la parodia, se juntó en un proyecto con el mítico Centro Experimental Rosario Imagina, cuyos destinos conduce desde hace 25 años el talentoso creador local Rody Bertol, reconocido la semana pasada por el Concejo Municipal como director y dramaturgo distinguido junto con su emblemático grupo. El resultado de esta coproducción es La comedia peronista, una propuesta que cuenta, no exenta de cierto tono paródico, los avatares del peronismo en la actualidad, a partir de una idea original de Bertol, con dramaturgia y dirección de Fossa, y las actuaciones de Hugo Cardozo, Natalia Trejo, Rodrigo Frías, Belén López Medina, Julieta Sciasci y Juan Nemirovsky. La obra tendrá su estreno oficial este viernes, a las 22, en La Morada (San Martín 771), donde seguirá en cartel todos los sábados hasta fines de mayo.

“La comedia peronista es una coproducción. Me interesó la idea de mezclar actores e ideas para concretar un trabajo, dado que no estamos acostumbrados a trabajar de esa manera, al menos en Rosario. Es una obra que habla de algunas de las vicisitudes actuales del peronismo, metaforizadas en el contexto de una familia con algunos problemas: está llena de romances, traiciones, abandonos e hipocresías; obviamente, el objetivo está en el tono de comedia, porque entiendo que a través de la risa se habilitan otras posibilidades de reflexión, además de poder evitarnos cierta solemnidad que nos agarra cuando pensamos o analizamos estos temas que tienen que ver con el peronismo”, analizó Bertol, quien completó: “La dramaturgia y dirección son de Pablo; yo acerqué una idea e hice un acompañamiento. Como hacen los músicos que producen un demo, nosotros trabajamos la idea del tema, dialogando entre los dos grupos a lo largo del proceso con el que se concretó y desarrolló esa idea inicial”.

Una familia argentina contemporánea, atravesada por la impronta del peronismo.

“La relación se da por una iniciativa de Rody que, como siempre, con mucha generosidad, acerca propuestas. Es muy llamativo, pero cada vez que hablás con él, tiene dos o tres proyectos, con ideas, soportes y puntos de partida muy bien diseñados y definidos”, dijo Fossa, quien agregó: “La propuesta me la acercó con Cristina (Kirchner) en el gobierno, en 2015, y el punto de referencia para empezar era Unidad Básica, de Pompeyo Audivert que hacía las veces de modelo a tomar en cuenta, junto con textos de Manuel Puig. Aquel proyecto tuvo sus avatares, fue cambiando, y entre las elecciones de finales de 2015 y mayo del año pasado, que era la fecha elegida para el estreno, pasaron cosas que dieron vuelta todo el proyecto, porque la realidad fue muy avasallante y nos modificó todos los parámetros que teníamos planteados para trabajar con esta temática”.

En la era Cambiemos

“Ahora es una obra en el post kirchnerismo o era Macri, frente a lo que planteábamos en el comienzo, dado que el proyecto tenía que ver con abordar una comedia peronista en un contexto histórico no definido, jugando con algunos guiños. En el medio, en el proceso, pasó de todo: hay un peronismo que perdió las elecciones, pero desde la asunción del nuevo gobierno no hay más ley de Medios, se le quitaron las retenciones a las mineras y a las exportaciones de granos, y hasta se metieron con la Suprema Corte de Justicia; todo eso fue muy fuerte para el montaje porque con lo que teníamos, quedábamos fuera de tiempo”, analizó Fossa, que en otros proyectos de Argentina Arde trabajó sobre momentos de la historia del peronismo como los bombardeos de la Plaza de Mayo del 55 o el exilio y regreso de Perón, en el contexto de la Masacre de Ezeiza.

En ese sentido, destacó que, el gran desafío para el armado de la dramaturgia, “estuvo en no contar con bibliografía para poder consultar, porque la bibliografía, en todo caso, está en el presente, en la gente, en la propaganda a favor o en contra en las redes sociales”.

Respecto de un regreso de la temática del peronismo a los escenarios, cuyo origen podría pensarse a partir del estreno en 2004 de El Siglo de Oro del peronismo, del creador porteño Rubén Szuchmacher, el director analizó: “No podría asegurar que hay un regreso, lo que sí puedo decir es que si uno trabaja la política contemporánea argentina, el peronismo se vuelve inevitable ya sea por el propio peronismo o por el antiperonismo; a su vez, es muy llamativo todo el material argumental que aparece: desde el anecdotario más básico hasta personajes muy fuertes que tuvo siempre el movimiento y que marcaron cada época. No hay otro espacio político argentino que tenga tanta tela para cortar a la hora de pensar en un relato argumental, poético y ficcional”.

Por la comedia clásica

“El peronismo tiene esa cosa casi shakespeariana de la desmesura, de sus acciones, sus discursos y sus peleas”, continuó Fossa. Y agregó: “La comedia… habla de ese internismo desmesurado en el contexto de una familia, algo que atraviesa al peronismo desde que se quedó sin Perón. Jugamos con ese borde que transita en el presente y en las problemáticas que tiene que afrontar el partido por estas horas, en el clima de una comedia de enredos, con mucho humor, pero también con mucho respeto, porque además nos atraviesa una realidad que no es para reírse, más allá de que para nosotros fue una premisa trabajar esa realidad desde el tono de comedia”.

Y completó: “No veo demasiadas comedias en el teatro independiente local; ha dejado de ser un espacio para la comedia más allá de algunas excepciones. Pretendemos que la gente se ría y, más allá de reversionar esa clásica disfuncionalidad familiar tan transitada en el teatro argentino en otros tiempos, buscamos rescatar la estructura de la comedia clásica como podrían ser las comedias de Carlo Goldoni o Moliere. Muchas veces, cuando pensamos en el humor desde el teatro independiente, nos protegemos dentro de un formato que intenta el humor pero que, si la gente no se ríe, está bien. En cambio aquí buscamos que haya risa en la platea”.

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