“Con la Celeste y Blanca ya no habrá más gambetas, pero me voy muy tranquila”, dijo Estefanía Banini tras la despedida de la Selección Argentina en el Mundial de Australia/Nueva Zelanda 2023 y de su andar con la camiseta albiceleste.
Gambeteadora y combativa. Rebelde en esencia. Soportó la exclusión de la Selección por pedir una renovación, volvió y anunció que en Australia y Nueva Zelanda 2023 será su despedida mundialista. Estefanía Banini, con la camiseta 10 o con la 22, fue clave para el plantel y referente de las nuevas generaciones, por su juego y por sus luchas.
Con los ojos brillosos y la emoción a flor de piel, desde el momento de escuchar el himno en la previa del cruce, Banini sigue luchando y pide: “Tenemos que seguir mejorando en la liga argentina, los clubes deben seguir apostando por las chicas. Estamos en un crecimiento en nuestro país, se está notando mundial a mundial”.
La mendocina, que comenzó a jugar futsal a los 7 años en el club Cementista de Mendoza y recién a los 16 años comenzó fútbol de campo y desde ese momento, su carrera fue puro crecimiento.
La jugadora que despierta las pasiones de quienes siguen el fútbol femenino argentino, y los que se están sumando, nunca jugó en su país. En 2010 fue figura en la Copa América Femenina, y Colo-Colo fue su primer equipo. Salió campeona en los torneos apertura y clausura y en 2012 se coronó con la Copa Libertadores. En 2013, Banini tuvo un récord con 37 goles en 18.
El currículum le permitió seguir emigrando. En 2015 viajó a Estados Unidos para jugar en Washington Spirit. Con 25 años llegó al Valencia, de España para jugar 21 partidos y anotar cuatro goles. Estuvo a préstamo en el Levante, fue capitana del equipo y jugó la Liga de Campeones.
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Con el Atlético de Madrid, club al que arribó en 2021, fue clave para obtener la Copa de la Reina 2023. Su gol de tiro libre permitió que el elenco español accediera a disputar la prórroga y luego, desde los tiro penal, conseguir el trofeo.
La mendocina, además, fue la única futbolista argentina de la historia elegida en el once ideal de FIFA en los premios The Best, en la temporada 2020-2021.
Meses después, viajó a Argentina para comenzar con la preparación mundialista. La última para ella. Contra Italia, se convirtió en primera futbolista en realizar seis gambetas en un primer tiempo de un Mundial femenino durante la última década. Fiel a su esencia.
En el partido ante Suecia se despidió de la Selección Argentina. Una despedida que duele. Y un legado que sigue: “Ahora queda una generación por delante que va defender la camiseta”.
