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La difícil tarea de “empezar de cero” luego de la tragedia

Por Luciana Sosa.- Los comercios de la zona afectada por la explosión vuelven, de a poco, a la normalidad. Ayer reabrió una panadería.

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Después de la explosión vino la desolación, el desconocer el alcance de los daños y, más tarde, volver a empezar. De a poco, los comercios de la zona de Salta al 2100 reabrieron sus puertas en un intento por volver a la normalidad, aunque todos saben en el lugar que ya nada será como antes del 6 de agosto. Ayer abrió sus puertas una panadería de Salta 2105, mientras que la agencia de loterías de la esquina de Salta y Balcarce recupera el ritmo lentamente y para el viernes se espera que vuelva a trabajar una regalería que está ubicada en la ochava de enfrente.

Griselda volvió a su rutina luego de un mes y medio. “Hoy, gracias a Dios, la gente vino y nos compró de todo. Al poco tiempo de haber abierto nos quedamos sin pan, pero bueno, hoy (ayer) era un día especial pero mañana (por hoy) no sé cómo serán las ventas, y el fin de semana los trabajadores de la zona no van a estar”, refiriéndose a policías, albañiles, electricistas y demás que trabajan en la zona cero.

La mujer, como los demás comerciantes, remarca que “la clientela no está, hay edificios aún sin habitantes, y eso repercute mucho en la circulación de la calle.

A la vuelta, sobre Balcarce, están Mirta y Esteban. Mirta lleva 30 años trabajando en el puesto de diarios y revistas (que hace medio siglo está instalado en la zona) y si bien no sufrió problemas por la explosión, el cierre de calle Salta y el poco movimiento del lugar hicieron que no pudiera abrir en toda una semana.

Frente al puesto de diarios, Esteban observaba cómo instalaban los vidrios de su verdulería. Para él, la situación no ha sido tan complicada como para otros comerciantes, porque si bien se le cayó el techo del baño y se rompieron los vidrios del frente, “las ventas repuntaron a los pocos días porque me veo muy favorecido al estar en la misma vereda de La Gallega”, comentó.

“Empezar de cero”

Andrea es la flamante dueña de la agencia de loterías de Salta y Balcarce y, mientras termina con los arreglos del local, comenzó a trabajar el martes de la semana pasada. “Estoy comenzando bien de cero porque soy la nueva dueña del local, lo compré luego de la explosión”, resumió.

La antigua titular del comercio ya tenía a la venta el inmueble y la explosión del 6 de agosto la decidió por completo a desprenderse del lugar. Andrea se hizo cargo también de los arreglos al local, que tiene sólo con un escritorio, una computadora y un panel de lotería en una de las paredes. Entre número y número que se juegan los clientes, los albañiles hacen su tarea.

“El portero me avisó”

Cecilia está a cargo de la regalaría de Salta y Balcarce, frente a la panadería. Lleva ahí ocho años y se salvó de la explosión gracias a la advertencia del portero de Salta 2141. “Estaba llegando, por Oroño, con el auto y el portero del edificio me desvió, así que llegué por Balcarce. Escuchaba sonar la alarma, así que entré y la desactivé, aún no entendía qué estaba pasando”, dijo. La joven sólo recuerda de ese día que cuando desactivó la alarma sintió “ese famoso ruido, esa especie de zumbido del que todos hablan”. Enseguida se subió al auto y se fue. “Fue un impulso”, aseguró.

Por la explosión, la regalaría Ámbar sufrió la rotura de todos los vidrios y la onda expansiva hizo caer las estanterías donde había velas, accesorios, carteras, floreros, elementos varios de decoración y bazar, productos en su mayoría frágiles que se mezclaron con los destrozos de mampostería. “Las pérdidas fueron casi totales en cuanto a los productos que teníamos, pero bueno, no queda otra que comenzar de nuevo. Estamos trabajando a full porque me propuse reabrir el viernes, así que espero llegar a tiempo”, se ilusiona.

Con el Día de los Novios y la llegada de la primavera, las expectativas cambian en la zona en cuanto a las ventas. Tal es el caso de Pablo, titular del local de ropa de bebés Reina Batata, que espera reabrir el lunes 30.

“En mi caso, si bien la ropa no se rompió, se arruinó con el polvo y las astillas que quedaron entre las telas y los tejidos, son prendas muy delicadas que no pudimos rescatar, además de las roturas del local”, relató. Él no estaba en el lugar al momento de la explosión, sino que escuchó la detonación cuando le faltaba poco para llegar. También remarcó que si bien lleva dos años alquilando el inmueble, los propietarios tuvieron “un gran gesto” con él. “Me dijeron que trabajara tranquilo para acomodar todo, que solucionara el tema de las ventas y por eso no me cobraron el alquiler de agosto ni el de septiembre”, contó.

Los que decidieron irse a otro lado y los que todavía esperan

Eleonora Scagliotti, secretaria de Producción municipal, informó que ya hubo tres comercios que se retiraron de la zona y otros abrirán recién cerca de fin de año. Son los casos de un gimnasio, una relojería y joyería y un minimarket en Salta al 2100 que no seguirán en la zona. “Los chicos del minimarket ya se mudaron a San Lorenzo y Sarmiento y tanto el gimnasio como la relojería rescindieron el contrato de alquiler y nos dijeron que no tienen pensado seguir en otro lugar”, informó Scagliotti. En el caso del gimnasio, los titulares se llevaron los equipos y dudan de reabrir el local en otra zona, mientras que la joyería y relojería estaba a cargo de “una mujer mayor que tenía el comercio como hobbie y que no tiene intenciones de reabrirlo”, agregó la funcionaria.

Por su parte, la casa de fotos y la dietética abrirán a mediados de octubre, mientras que el local de marcos, donde falleció una de las primeras víctimas identificadas, se abriría recién a fin de año, luego de los trabajos de reformas y arreglos. Las peluquerías de Salta 2100, una en cada vereda, están a la espera de los trabajos de reparación al igual que la boutique de Salta 2153.

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