Una eventual demora en la liquidación de la cosecha de este año por parte de los productores agropecuarios podría complicar el objetivo clave de acumulación de reservas internacionales previsto por el Banco Central. Sólo en enero pasado, la autoridad monetaria resignó unos 700 millones de dólares de reservas, y apenas pudo comprar 300 millones. La magra cosecha de trigo no ayudó en el arranque del año: 9,3 millones de toneladas de la presente campaña contra 14,1 millones de la anterior.
Precisamente, esos activos del Banco Central cayeron a 42.650 millones de dólares al cierre del primer mes del año, su nivel más bajo desde junio de 2007. Las reservas se habían multiplicado casi por seis desde el año 2003 (14.119 millones de dólares) hasta el máximo histórico de 52.654 millones del 26 de enero de 2011. Pero desde entonces, perdieron más de 10.000 millones de dólares, casi 20 por ciento.
La reciente disminución de las reservas internacionales se explica, fundamentalmente, porque son utilizadas por el gobierno para el pago de deuda denominada en moneda extranjera con acreedores privados, mediante el llamado Fondo de Desendeudamiento Argentino (Fondea). El Banco Central destacó que, incluyendo además el pago del FMI en 2005 y a otros organismos internacionales, se han abonado con reservas 33.000 millones de dólares de deuda soberana entre 2003 y 2012.
El artículo 33 del proyecto del Presupuesto 2013 autorizó al Ejecutivo a utilizar 7.967 millones de dólares de las reservas para el pago de deuda soberana. Esta carga financiera será menor en 2013 porque, además de menores vencimientos, no se abonará el cupón atado al crecimiento del PBI que significó una erogación de 3.500 millones en 2012.
Para compensar ese uso de las reservas, el Banco Central ha ido interviniendo con fuertes compras en el mercado de cambios, en especial durante los períodos de mayor liquidación de divisas por parte de agroexportadores (de abril en adelante) y otros sectores. Sólo en 2012 compró cerca de 10.000 millones de dólares, aunque las reservas cayeron entonces 3.000 millones.
Según informó el Banco Central, en 2013 se espera que sus compras netas de divisas alcancen aproximadamente unos 12.500 millones de dólares. La liquidación de divisas desde el complejo oleaginoso será clave para cumplir con ese objetivo.
Pero un informe de la consultora Delphos Investment advirtió sobre la decisión que están tomando los productores agropecuarios de “retener el físico” de la cosecha, algo que puede observarse en las ventas de soja a futuro. “Mientras que para estas alturas en 2012 ya se habían comercializado 10,2 millones de toneladas en cualquiera de las modalidades, este año los productores sólo se han desprendido de 5,6 millones”, precisó el informe.
¿Por qué? El documento financiero interpretó que los productores están atentos a la escalada del dólar informal –subió 16,6 por ciento a 7,92 pesos en enero– y de las declaraciones oficiales por parte del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que dijo que “no es descabellado” pensar en un dólar oficial a 6 pesos para fin de año.
“Dada la relevancia que los dólares de la cosecha han tomado en todos los pronósticos de recuperación económica, son señales que el gobierno no debería dejar de ver”, concluyó Delphos.