La comisión directiva de Newell’s analiza demoler la vieja visera, la platea oeste del Coloso del Parque, después de que la estructura tuviera que ser apuntalada en los últimos meses al detectarse algunos problemas propios de los 85 años de antigüedad. La idea, trascendió, es reemplazar ese techo de cemento por dos o tres pisos en altura para alojar palcos.
En diálogo con El Ciudadano, el responsable de Planeamiento del club del parque Independencia, Gustavo Gutiérrez, admitió que desde el Instituto de Mecánica Aplicada y Estructuras (Imae), dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la UNR, inspeccionaron el estadio y sugirieron que era mejor prevenir, por eso recomendaron apuntalar la estructura para evitar cualquier problema.
“Pedimos al Imae hacer el relevamiento de todo el estadio. Ellos sugirieron apuntalar la platea de la visera. Ocurre que, como en otros aspectos del club, no había ninguna información del estado de la estructura del estadio. Es la herencia de la dirigencia anterior: el vacío. Entonces, para empezar con las obras de remodelación para el socio pedimos el estudio”, añadió Gutiérrez.
Por estos días las tareas de apuntalamiento, que consisten en instalar estructuras de metal que refuercen la construcción, están terminando. Algunos puntales son visibles a simple vista, especialmente los que están en el vestuario de damas, la caldera o el bar.
Se colocaron más de 30 puntales, uno por viga para evitar cualquier problema de seguridad.
Desde la dirigencia destacaron que las tareas nunca afectaron la vida del club. “En el partido contra River inauguramos los nuevos baños para caballeros de la visera, que era una deuda con los socios. No son obras rutilantes pero triplicamos la cantidad de personas que pueden acceder al sanitario y la gente estaba muy contenta con la obra”, detalló Gutiérrez.
¿Cuál será el futuro de la vieja visera de la platea Gerardo “Tata” Martino? Según una fuente consultada por este diario, la dirigencia rojinegra se tomará un mes para decidir el futuro de esta estructura junto con otras obras de remodelación necesarias en el Coloso del Parque.
Si bien debido al trabajo de apuntalamiento que se efectuó en los últimos tiempos no hay ningún riesgo de desmoronamiento, a nivel estético no queda bien. Por eso, hay dos caminos: buscar una solución para ocultar las estructuras metálicas o, directamente, tirar abajo la visera y reemplazarla por una construcción más moderna. La decisión se tomará a fin de año con el objetivo de iniciar los trabajos cuanto antes. De optar por esta alternativa, se piensa en realizar una construcción en altura de dos o tres pisos con palcos preferenciales, tal como tienen muchos estadios del mundo.
“Actualmente se trata de una solución provisoria que nos deja tranquilos porque estamos trabajando para el socio y cumpliendo con la Municipalidad. Siempre que discutíamos futuras remodelaciones mirábamos la popular norte (donde años atrás iba la parcialidad visitante). Ahora además de no perder la mirada ahí vamos a pensar cómo avanzar con otras remodelaciones”, indicó Gutiérrez.
Carlos Hyon, inspector de la Dirección de Obras Particulares municipal, recalcó el “espíritu de responsabilidad de la dirigencia en pos de cuidar al club y al socio para que asista a un espectáculo seguro”. El funcionario señaló que “había un déficit estructural en el ingreso de la platea, propio del desgaste de los materiales. La dirigencia decidió tomar la recomendación del Imae y apuntaló esa entrada con vigas”.
“Admito que pusieron el hombro, las ganas y participaron hinchas profesionales de forma ad honorem para las obras. Es gente del club que lo ama y quiere que esté bien. El resto del club está en condiciones. No existe riesgo inminente en ningún sector, incluso la platea que ahora tiene los apuntalamientos. Sólo es refuerzo preventivo”, señaló, antes de avisar que el próximo paso desde su área será realizar una inspección profunda en el Gigante de Arroyito.
Un símbolo rojinegro que ya cumplió 85 años
La visera, que hoy lleva el nombre de Gerardo “Tata” Martino, fue inaugurada en 1929 bajo la presidencia de Víctor Heitz. El proyecto había sido elaborado dos años antes tras la instalación de algunas graderías desarmables que servían como complemento de la tribuna oficial, inaugurada en 1911. El nuevo permiso obtenido por el club permitía ampliar el terreno, alcanzando más de 22.000 metros cuadrados.
La visera fue la segunda tribuna del país construida íntegramente en cemento. El proyecto estuvo a cargo de la empresa Ferrarese Hermanos, bajo la dirección técnica del ingeniero Federico Garófalo y tuvo un costo cercano a los 100.000 pesos moneda nacional. Esta obra conllevaba una reforma general al desplazarse el terreno de juego para ensancharlo, lo cual permitía a su vez la elevación de la popular este. La vieja tribuna, inaugurada en 1911, fue finalmente vendida al club Provincial.
La ceremonia de inauguración de la visera se llevó a cabo el 26 de mayo de ese 1929, en medio de grandes festejos. Hubo desfile de bandas musicales y diversos invitados de jerarquía, entre ellos el doctor Lisandro De La Torre.
Los jugadores participantes del partido inaugural –en el que Newell’s cayó por 3 a 0 con Boca– recibieron sendas medallas de oro donadas por el socio Jaime López, mientras que la firma constructora donó la correspondiente copa en disputa.
Sin embargo, antes de realizarse la inauguración formal se habían disputado dos partidos en el estadio con la visera: el 9 de mayo, el combinado rojinegro venció a su similar porteño por 2 a 0 y el 12 del mismo mes, superó a Sparta por 3 a 1, por la 5ª fecha de la Copa Vila.
Apenas inaugurada la visera, Newell’s enfrentó en su estadio dos partidos internacionales de gran relevancia. El 18 de agosto derrotó 2 a 0 al Torino y tres días después venció 2 a 1 al Bologna, campeón del fútbol italiano.