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La disputa entre federalismo y centralismo de Alberto Fernández y los desafíos para 2023

El presidente trabajó este año en la agenda pospandemia, que incluyó cambios en el gabinete, con la incorporación de Sergio Massa en el Ministerio de Economía, entre otros; la reconversión de planes sociales por empleo genuino; y los desafíos para el último año de gobierno

Daniel Scarímbolo/Télam

El año de gestión del presidente Alberto Fernández concluye con el fallo de la Corte Suprema que dictó una medida cautelar para que el gobierno nacional destine el 2,95% del volumen de impuestos coparticipables a la ciudad de Buenos Aires, lo que reactualizó la discusión inconclusa y constitutiva de la historia argentina entre federalismo y el centralismo porteño.

Ese fallo no sólo perjudica el cumplimiento de las partidas del Presupuesto 2023, aprobado en noviembre último en el Congreso, sino al propio presidente, por las denuncias penales y el pedido de juicio político por parte de algunos sectores de la oposición, luego de que el mandatario decidiese recusar a los miembros de la Corte y presentar un pedido de revocatoria «in extremis» de la resolución cautelar dictada.

Más allá de este episodio, Fernández trabajó este año en la agenda pospandemia, que incluyó cambios en el gabinete, con la incorporación de Sergio Massa en el Ministerio de Economía; la reconversión de planes sociales por empleo genuino; y los desafíos para el último año de gobierno, basado especialmente en el combate a la inflación y en la recuperación de los salarios.

Massa, que asumió el 3 de agosto pasado, planteó en noviembre la idea de bajar la inflación en torno al 3% hacia abril, a razón de un descenso de medio punto por mes.

El mes pasado, Fernández mantuvo una reunión bilateral con su par de China, Xi Jinping, en el marco de la Cumbre del G20 en Bali, en donde consiguió la autorización del «gigante asiático» para que la Argentina disponga de 5.000 millones de dólares como parte del mecanismo del Swap para cualquier tipo de uso comercial, que irán a las reservas del Banco Central para el fortalecimiento de la moneda, fundamental para reordenar la economía en esta lucha contra la inflación.

En esa gira el presidente consiguió además el aval de la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, quien le dijo que es muy importante que Argentina mantenga el rumbo económico «tal como lo hizo exitosamente» durante los últimos meses, y la necesidad de seguir trabajando en bajar la inflación.

En relación directa a la inflación está la recuperación salarial. En efecto, de acuerdo al último dato disponible del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el índice de salarios registró en septiembre un incremento de 6,7%, cinco décimas por encima de la inflación de 6,2% de ese mes.

Y el 22 del mes pasado, el Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, que integran la Confederación general del Trabajo (CGT), la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y las cámaras empresarias, determinó una suba del 20 % en cuatro tramos para llegar en marzo a un alza del 110% interanual.

Eso impactará en las jubilaciones, en la Asignación Universal por Hijo (AUH) y en todas aquellas variables que, por diferentes leyes, están atadas al salario mínimo.

Además de Massa, el 10 de octubre desembarcaron en el gabinete Victoria Tolosa Paz como ministra de Desarrollo Social; Ayelén Mazzina como titular de la cartera de Mujeres, Géneros y Diversidad; y Raquel «Kelly» Kismer de Olmos como ministra de Trabajo.

Tolosa Paz reemplazó a Juan Zabaleta, quien retornó a la intendencia de Hurlingham; Mazzina ingresó en lugar de Elizabeth Gómez Alcorta, que renunció tras cuestionar el operativo de fuerzas federales realizado por orden judicial para el desalojo de la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu en predios que ocupaban en Villa Mascardi, y en donde se detuvieron a siete mujeres; y Olmos sucedió a Claudio Moroni, que dejó el cargo por cuestiones personales.

El 1º de noviembre, Santiago Maggiotti asumió en Desarrollo Territorial y Hábitat, en reemplazo del renunciante Jorge Ferraresi, quien retornó a la intendencia de Avellaneda.

Y el 30 del mismo mes Diego Giuliano asumió en Transporte para ocupar el cargo de Alexis Guerrera, que renunció por problemas de salud.

En cuanto a los planes sociales, el 3 de noviembre último el presidente firmó un decreto para avanzar en el proceso de vinculación de esa asistencia con empleo genuino, y a partir de la entrada en vigor de esa medida no se otorgaron nuevas altas en los programas Potenciar Trabajo, Potenciar Inclusión Joven, Nexo y Plus Esencial.

El decreto «pone un techo a las personas del Potenciar Trabajo», que es de 1.350.000 beneficiarios, según indicó Tolosa Paz en el anuncio, y anticipó que habrá unas 10.000 bajas mensuales, cuyos montos irán a «la adquisición de máquinas y herramientas para la producción de bienes y servicios» para los receptores del plan, o también para la «oferta educativa y formación laboral».

Fernández también estuvo este año como presidente pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que el 24 de enero tendrá su Cumbre de Líderes en Buenos Aires y sesionará en el Palacio San Martín de la Cancillería.

Allí, el mandatario entregará el balance de su año de gestión y terminará su mandato, y «no se está trabajando en la reelección», indicaron a Télam fuentes del gobierno.

«En todo caso en ese ámbito tendrá que resolverse cómo y quién conducirá la Celac durante 2023», agregaron.

Como presidente pro témpore de ese organismo, tuvo una interesante intervención en el denominado «Encuentro sobre Venezuela» con sus pares de Francia, Emmanuel Macron; y de Colombia, Gustavo Petro; en el marco del 5° Foro de la Paz de París, realizado el 11 y 12 de noviembre en la capital gala.

Allí, la República Bolivariana de Venezuela acordó retornar al diálogo político entre el oficialismo y la oposición, tras el apoyo de Fernández, Macron y Petro, para alcanzar una solución en ese país, «sin intervenir» sino «acercar a los venezolanos a que ellos encuentren una salida», según consignó el propio presidente argentino en aquel momento.

Las negociaciones de este tipo en Venezuela continuarán en 2023.

En contrapartida a su posible salida de la Celac, Fernández asumió en Montevideo, el 6 de diciembre último, la presidencia Pro Témpore del Mercosur, hasta junio de 2023, con el desafío de impulsar el desarrollo de las cadenas de suministros justas y seguras para la complementariedad productiva y económica de los países del bloque, señalaron fuentes de Cancillería.

Desde esa posición, la Argentina apostará a la importancia de incorporar ciencia y tecnología y agregarle valor agregado a los productos exportables.

Además, propondrá una agenda interna y otra externa: la primera está basada en temas como la unión aduanera, un programa verde proactivo, la integración fronteriza, las cuestiones migratorias, la salud y la educación, entre otros.

La segunda en encontrar soluciones a los temas pendientes con la Unión Europea y negociaciones ya en curso en Canadá e Indonesia, además de profundizar la integración en América Central y el Caribe, para luego proyectarse a África.

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