Un crimen enmarcado en una disputa en la barra brava de Newell’s se empezó a ventilar este jueves en el Centro de Justicia Penal. Se trata del homicidio de Jonatan Rosales, asesinado de varios balazos cuando iba en moto con su pareja, Brisa Ojeda, y su beba. Le dispararon desde una moto. La joven fue la única testigo. Contó que, a pesar de la luz cortada, logró ver a los dos ocupantes del auto. Ubicó a Rubén «Tubi» Segovia en el asiento del conductor y a un tal Zapatito en el del acompañante y lo señaló como el tirador. Su hermana sería asesinada meses después luego de que los homicidas la confundieran con ella, días antes de una rueda de reconocimento: los atacantes llamaron a Brisa pero salió Lorena y la mataron. Tubi, a su turno, también fue asesinado: lo ultimaron a traición en la cárcel de Coronda en abril de 2018, por lo que sólo llegó a juicio Elías Emanuel Benegas, Zapatito, para quien la Fiscalía pidió 22 años de cárcel. Para su defensor, Zapatito no estaba en el lugar del hecho y aseguró que la única evidencia es el testimonio de Brisa, el que cuestionó fuerte, y pidió su absolución. En la jornada inaugural del juicio celebrada este jueves además de Brisa declararon el hermano de la víctima, la ex mujer de Benegas y el entonces jefe de la seccional 5a, quien dio un pantallazo de la disputa por la barra en el club del parque Independencia al momento de los hechos.
En reemplazo de su par Ademar Bianchini, la fiscal Mariana Prunotto contextualizó el momento de la muerte de Rosales. Contó que en 2016 había una guerra interna de la barra de Newell´s. En ese entonces Maximiliano «Cabezón» La Rocca estaba al mando y cayó detenido en marzo de 2016 por una portación de arma, contó la funcionaria. Entonces le pidió a Matías “Cuatrerito” Franchetti que ocupara su lugar, dijo. La Rocca firmó un procedimiento abreviado y salió en libertad en mayo de 2016.
Para la hipótesis fiscal Rubén «Tubi» Segovia le pidió a Jonatan Rosales que matara al Cuatrerito, pero éste se negó. La tarde del 7 de junio de 2016 Franchetti, de 26 años, salió por la puerta 6 del club con otras dos personas cuando aparecieron dos hombres en moto y lo balearon. Murió en el lugar. El 22 de ese mes mataron a Rosales y el 30 de junio fue el turno de La Rocca, resumió.
El crimen de Jonatan
Eran cerca de las 21.30. del 22 de junio de 2016. Jonatan Rosales, de 25 años, salió en moto junto a su pareja Brisa Ojeda y su beba de 8 meses. Fueron hasta la casa de un amigo y de allí pasaron por el quiosco del hermano de Jonatan, en calle Ombú y Pueyrredón. Estuvieron una hora aproximadamente. Retomaron la marcha en moto por calle Ombú y al cruzar Oroño se dieron cuenta de que los seguía un auto.
Al llegar a Presidente Roca Rosales dobló en contramano hasta Las Piedras. Mientras el auto siguió por Ombú hasta Paraguay y se cruzaron en la esquina de Las Piedras y Paraguay. El auto le cedió el paso y la moto dobló por Paraguay al sur, luego en Padre Giaccone hacia Corrientes y a mitad de cuadra la moto fue embestida por el auto.
Los tres ocupantes del rodado cayeron a la zanja, el auto quedó a la derecha y quien iba como acompañante en el auto estiró la mano, por el lado del conductor, sacó un arma por la ventanilla y disparó con una pistola 9 milímetros más de 5 veces hasta que el mecanismo del arma se trabó. Brisa fue herida en la pierna, mientras Jonatan murió en el lugar, describió la fiscal. Brisa fue la única testigo, añadió.
Brisa
Esa noche la luz estaba cortada. Tras contar el recorrido que hicieron para volver a su casa y cómo se dieron cuenta que el auto los seguía, Brisa contó que al llegar a Paraguay y al darle el paso vio por la luz de la moto a los ocupantes del vehículo. Contó que Tubi Segovia iba al volante y Zapatito en el asiento del acompañante. Continuaron la marcha por Paraguay y doblaron en Padre Giaccone; y añadió que el auto los chocó por detrás, a mitad de cuadra.
Todos cayeron de la moto de costado y empezó a escuchar los tiros. Brisa relató que vio una mano que salió por la ventana del conductor: “Veo el fierro, tapo a mi nena y en ese momento me pegan en la pierna”.
“Vi una mano y la pistola”, dijo y agregó: “Estaba tirado para atrás el que manejaba, por eso digo que tiraba el acompañante”. Escuchó cerca de 10 tiros. «Las balas dejaron de salir pero se escuchaba el ruido del gatillo», al encasquillarse, recordó. Finalmente el auto se fue.
Jonatan estaba gravemente herido, llegó a decirle que golpeara puertas; ella lo hizo y cuando se dio vuelta su pareja estaba muerto. El disparo que recibió Brisa tenía orificio de entrada y salida y, tras una curación en el hospital Roque Saenz Peña, le dieron el alta. Volvió a su casa y le contó a su cuñado quiénes habían sido los autores del crimen de su Rosales, aseguró.
Brisa contó que Jonatan trabajaba de albañil y juntaba pibes del barrio para llevarlos a la cancha. Jonatan y Zapatito eran amigos, se frecuentaban, comían juntos, pero tres meses antes del crimen dejaron de ser amigos, relató. Jonatan conocía además a Tubi, al Cuatrerito y al Cabezón de la cancha, añadió.
En cuanto al movil del crimen dijo que su pareja le contó que Tubi le había pedido que matara al Cuatrerito, pero declinó hacerlo. “Se negó porque trabajaba y se ocupaba de su familia, no andaba en esa”, explicó.
La detención de Zapatito
El 24 de septiembre de 2016 Elías Benegas fue detenido en el interior del estadio Marcelo Bielsa porque pesaba una restricción de ingreso sobre él. El entonces jefe de la seccional 5a contó que era jefe del dispositivo en los eventos que se hacían en el estadio, los que se coordinaban con la Dirección de Seguridad de Espectáculos Deportivos y Eventos Masivos y con la Jefatura de Policía.
El comisario dijo que en ese partido la Dirección ubicó por las cámaras de seguridad a Zapatito y le pidió intervención porque tenía un requerimiento judicial de detención, además de la orden de restricción. Se acercó a la tribuna finalizado el partido, Zapatito se encontraba en la parte donde se ubica la barra, y cuando estaba por salir fue detenido y derivado a la comisaría, dijo.
El uniformado contó que Benegas no tenía conocimiento de la prohibición de ingreso. Lo habían notificado a un domicilio de su madre pero ésta dijo que hacía tres años que no vivía en esa vivienda y no conocía su dirección.
El comisario dijo que en la lista había 89 nombres, entre ellos los de Tubi Segovia y Benegas. Recordó que en esa lista no figuraba Rosales.
También relató que al hacerse cargo de la comisaría 5a se produjo una sucesión de hechos que tenía involucrada a gente que concurría al estadio. Contó que La Rocca fue detenido y en ese tiempo Franchetti era el jefe de la barra y el día que lo mataron salió del club acompañado de varias personas, entre ellas La Rocca –quien ya había recuperado la libertad–, y poco después lo asesinaron en las mismas circunstancias.
La caída de Tubi
En octubre de 2016 Tuby fue baleado y lo atendieron en el hospital, donde quedó detenido. Estando en prisión preventiva se dispuso una rueda de reconocimiento. Tubi se enteró de la medida judicial pero no sabía bien por qué era. Su entonces abogado, Marcos Cella, le informó que era una medida en la investigación por el crimen de Rosales y le pidió que la suspendiera, “para que lo deje trabajar para hacerla desaparecer”, dijo la fiscal. La rueda de reconocimiento se suspedió.
El viernes 16 de diciembre los enviados de Tubi llegaron a la casa de Brisa. La única testigo del caso contó que golpearon las manos, preguntaron por Brisa, se asomó su hermana Lorena y le dispararon. La medida se había reprogramando para el lunes. Su hermana no logró superar las lesiones y falleció un tiempo después.
Brisa y su familia debieron entrar a un programa de protección a testigos. En marzo pasado se hizo la rueda de reconocimiento que dio positivo. La chica que hoy tiene 21 años contó que la sacaron de Rosario, estuvo fuera durante un año. No podía hablar con nadie, ni usar celulares, ni redes sociales. Le cambió por completo la vida: “Me quedé sin casa, sin todo lo material y sola. Perdí todo contacto con la familia y amigos, todo”.
El hermano de Rosales dijo que su cuñada había visto a los agresores y le contó sus nombres. Esa noche escuchó los estampidos del arma, pero no le llamó la atención. Dijo que es normal en la zona escuchar disparos. Cuando pasó por el lugar se dio cuenta de que la víctima era su hermano; agonizaba al lado de la zanja.
Se fue a la casa de Elías Benegas. “Fui a la casa porque sabía que era él, porque unos días antes mi hermano me contó que había problemas por el tema de la cancha. Estaba en disputa quién agarraba la cancha y siempre buscaban a los más débiles como mi hermano”, dijo.
Y agregó: “Yo tenía entendido por mi hermano con quién tenía problemas”. El hombre contó que Zapatito y su hermano eran muy amigos. Pero un tiempo antes se habían peleado. Contó que un día estaban en la cancha cuidando autos en un recital y discutieron. “No sé qué pasó en la cancha porque yo no iba, pero sé que se cortó la relación”.
Esta versión también la dio una ex pareja de Zapatito, con quien ya no estaba al momento del crimen. La chica dijo que atendió al hermano de Rosales: no entendía lo que pasaba. Cuando el hombre se fue, llamó a Zapatito pero éste le dijo que estaba durmiendo, que no tenía nada que ver.
La mujer contó que la pelea entre Zapatito y Jonatan se produjo en un recital de Maná. “Habían tenido una discusión por el tema de unos trapitos que cuidan en la cancha. Elías quiso cuidar y había un trapito que trabajaba para Jonatan. Le dijo que se vaya, que trabajaba para Joni y después vino (Rosales) y le pegó”, contó.
El tribunal de juicio está integrado por los jueces Facundo Becerra, Ismael Manfrín y Juan Carlos Curto.