Una causa caratulada incendio, una joven mujer quemada, violencia psicológica y física y una lucha incansable de la familia de la muchacha para modificar la suerte de la investigación sobre la muerte de Vanesa Celma enmarcan esta historia. En junio pasado, la jueza Mónica Lamperti decidió archivar la investigación respecto de la pareja de Celma, pero a su vez dispuso un cambio de carátula. Ahora la fiscalía y la querella discuten el archivo y solicitaron el llamado a indagatoria al marido de la víctima, a la vez que la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos pidió participar como querellante en la investigación.
Vanesa Celma tenía 27 años, un hijo de 5 y un embarazo de 8 meses. Su relación de pareja pasaba un mal momento y en muchas ocasiones la joven aparecía con golpes que justificaba ante sus allegados como accidentes domésticos. El 29 de junio de 2010, Vanesa se quemó el 40 por ciento de su cuerpo y murió luego de 4 meses de agonía. El hecho se produjo en el dormitorio conyugal durante una discusión con su marido, Omar Alberto D. La joven salió quemada de ese cuarto y el hombre sostuvo que la víctima se tiró alcohol y se prendió fuego porque él iba a dejar la casa.
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La causa se caratuló como incendio, y su familia, especialmente su cuñada Eva Domínguez, comenzaron una cruzada judicial. Siempre descreyeron de la versión del hombre. A ello sumaron la relación violenta que Omar D. mantenía con la joven que nunca declaró sobre el hecho. Pero el testimonio de una mujer que cuidaba de Vanesa tras el grave accidente cerró la hipótesis familiar. La testigo sostuvo que una noche la joven le contó que el marido le pegaba cuando estaba embarazada y la obligaba a mentir sobre los golpes. Le confesó que estaba enojado porque había quedado embarazada. La chica sabía que su pareja tenía otras relaciones y le contó que se tiró alcohol para amenazarlo, para que no se fuera y mientras estaba con el encendedor en la mano pidiéndole que se quedara él se lo quitó y le dijo: “Si te querés quemar, quemate ya”, chispeó el encendedor y la prendió fuego, sostiene el testimonio.
Luego de cinco años,la jueza Mónica Lamperti dispuso el archivo de la causa respecto de Omar Alberto D., aunque resolvió cambiar la carátula a “investigación de las causas que provocaron el deceso de Vanesa Celma”. Si bien la magistrada sostuvo que los testimonios “dieron cuenta de una relación de pareja caracterizada por violencia intrafamiliar”, afirmó que las declaraciones son del entorno de la víctima, y agregó que esas situaciones no fueron formalizadas a través de denuncias, lo que obliga al tribunal a hacer una estricta ponderación, sostiene el fallo. Luego Lamperti habló de una víctima depresiva, con un fuerte vínculo con su marido y la intención de continuar la relación a pesar de la supuesta infidelidad.
En base al testimonio de Omar Alberto D. y de un vecino al que Vanesa le habría pedido alcohol, la jueza concluye que es probable que la chica haya accionado el encendedor, aunque la autopsia sostuvo que si bien era factible que las quemaduras fuesen autoinflingidas no descartaba otras hipótesis. Por su parte, la reconstrucción no pudo determinar quién accionó el encendedor. Respecto de los dichos de la mujer que la cuidó, la jueza sostuvo que el testimonio surgió después de la muerte y no alcanza para controvertir la autolesión, y sumó que la falta de secuestro del alcohol y del encendedor se subsanó con la colaboración de Omar D., quien luego llamó a la Policía para decir que había encontrado los elementos.
Querella y fiscalía
Por su parte, tanto la querella como la fiscalía plantearon un recurso de revocatoria con apelación en subsidio. El fiscal Guillermo Corbella entendió que la magistrada no tomó en cuenta el cuadro de conflictividad signado por la violencia de género que vivió la víctima y detalló que aún existen pruebas pendientes como la autopsia psicológica. El funcionario entendió contradictorio que se archivara la causa y a la vez se cambiara la carátula, y detalló que existen indicios serios de sometimiento físico y psicológico por parte de la pareja y cuestionó duramente la valoración del testimonio de la mujer que cuidó de Vanesa. Ambas partes solicitaron la revocatoria de la decisión y la citación a indagatoria de Omar D.
Las ropas de Celma
A todo ello se suma la desaparición de la ropa que tenia puesta la víctima y de la frazada y la toalla que se usaron para apagarla. Estos elementos probatorios fueron secuestrados, aunque luego desaparecieron de la dependencia policial. Por este hecho, el entonces jefe de la comisaría 12ª, Baltazar Ricardo M., Mariela P., oficial subayudante, y el agente César Carlos C. fueron procesados. Por su parte, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos solicitó su incorporación como querellante en la causa, la suspensión de términos y requirió la imputación a los policías por incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos, delito por el que recibieron falta de mérito por parte de Lamperti.
Un caso similar
La semana pasada, Gabriel U., un empleado de Control Urbano Municipal fue detenido e imputado por el femicidio de su esposa, Carmen Sisa, ocurrido en noviembre de 2014. La mujer tenía las valijas listas para abandonar su casa, pero ingresó con graves quemaduras al hospital Eva Perón, y el ahora imputado dijo que “se había quemado sola”.
Según la Fiscalía, el hombre la roció con una “sustancia solvente” y la prendió fuego, y esas heridas le provocaron la muerte a los pocos días. Quedó preso bajo acusación de homicidio calificado por el vínculo y por femicidio. El caso recién trascendió ayer