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La editora de Género de El País cuenta cómo incorpora el feminismo el medio más leído en español

La periodista cuenta en diálogo con Télam las peripecias de llevar adelante una nueva impronta de edición en el medio de comunicación en español más leído de España y del mundo

Por Silvina Molina / Télam

Las editoras de Género «poco a poco van modificando las miradas» de los medios de comunicación donde trabajan, los cuales «son generadores de opinión y aportan al cambio social», dice Isabel Valdés Aragonés, la periodista que cumple esa función en el diario El País, de España, el más leído en español, y que estuvo en Buenos Aires participando de actividades y reuniones con colegas para intercambiar experiencias sobre este rol incipiente que «aporta valores democráticos feministas».

Esta entrevista es distinta. Es un diálogo entre dos periodistas que cumplimos la misma función en nuestros medios. Es un encuentro con muchas coincidencias sobre cómo afrontamos la tarea periodística de edición, sobre los logros y desafíos. Por eso, la primera persona en este relato, antes de centrarnos en la protagonista de la nota.

Valdés Aragonés es la corresponsal de Género de El País (https://elpais.com) desde febrero de 2022, cargo que aceptó unos meses después que asumiera la dirección del diario, María José «Pepa» Bueno Márquez. Y ese dato importa porque Isabel destaca el apoyo y compromiso que la directora le brinda en su tarea diaria. Como también ponderará el compromiso del equipo del medio.

La corresponsal de Género -en Argentina y otros países se utiliza la denominación editora, pero se trata de la misma función- llegó a Argentina, por primera vez, invitada por el Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa) y la Defensoría del Público.

Participó del III Foro Mundial de Derechos Humanos que se realizó esta semana en Buenos Aires, mantuvo reuniones con integrantes de la Red de Editoras de Género, iniciativa única en el mundo que apoya Unfpa, y con otras periodistas de distintos medios.

«Estoy muy agradecida con esta invitación. Me ha parecido una maravilla esta organización que vosotras tenéis aquí con la Red de Editoras de Género y el apoyo de Unfpa. Me parece tremendamente positivo porque ponéis en común, con otras mujeres que trabajan en el mismo ámbito, muchas cuestiones, que si no, no conoceríamos las unas de las otras. Nosotras, en España, no tenemos esta red así estructurada, y yo estoy fascinada con cómo os conocéis, con cómo entrelazan, cómo habláis entre vosotras», destaca la profesional.

Siempre dispuesta en el encuentro entre colegas, no se privó jamás de preguntar, de escuchar atentamente, y de compartir generosamente saberes y herramientas que incorpora en su trabajo cotidiano.

¿Cómo definís la tarea que realizamos las editoras/corresponsales de Género?

Una frase que me gusta mucho repetir es que dentro de un mundo desigual, con una historia patriarcal, el feminismo no es un sesgo, el feminismo es una corrección del sesgo histórico, entonces la única forma de hacer un contenido y una información que corrija ese sesgo patriarcal y machista es dándole una mirada feminista.

Las periodistas feministas somos las más atacadas en redes sociales, e incluso esa violencia sustentada en fake news, también es utilizada por algunas personas que conducen programas de TV, e incluso, por algunos políticos. Uno de los argumentos, por ejemplo, es que las editoras de Género somos censoras. ¿Qué respondemos?

Que no, claro. No censuro jamás. Lo que hago es intentar que la mirada de quien está escribiendo se amplíe con la perspectiva feminista, es decir, si tú me colocas como redactor la palabra ‘suceso’ en una nota sobre violencia machista, sobre un feminicidio, lo que estás diciendo es que es un caso aislado que corresponde a unas circunstancias específicas. Sin embargo, si colocamos el término violencia machista estamos reconociendo que hay una estructura por la cual se están dando esos asesinatos y que es una estructura que responde a una desigualdad, responde al patriarcado. Entonces no censuramos, en realidad todo el rato lo que hacemos es corregir y ampliar, no coartar.

¿Cómo es la relación con el equipo periodístico del medio?

La redacción está unida. Si tienes una plantilla -equipo- que te apoya y que mira desde el mismo lado que tú, es mucho más fácil, y eso se logra dialogando.

El País es el medio más leído en español, es privado, subsiste fundamentalmente con las suscripciones. ¿Cómo le va con esta mirada feminista en sus contenidos?

Yo creo que le va bien. Ha sido tradicionalmente un medio progresista, hemos tenido unos lectores tradicionalmente progresistas. Hay una amplia parte de nuestros lectores y lectoras que no entenderían que el medio no hiciera ese trabajo. Al ser el más leído marca agenda y marca un modelo, y eso a largo plazo es importante. Creo que también es un compromiso editorial y un compromiso personal de la dirección del periódico. Es una apuesta totalmente empresarial por una creencia en unos valores democráticos progresistas del feminismo.

Debatimos mucho en Télam cómo cubrir adecuadamente la situación de la familia argentina que emigró a Barcelona, que fueron noticia porque sus hijas mellizas se arrojaron de un balcón. Una de ellas, que al parecer quería ser nombrada como Iván falleció, y allí hubo un aprendizaje intenso. ¿Qué pasó en la redacción de El País?

También tuvimos debate. El País tiene unas estructuras para decidir sobre algunas cuestiones. Hay que hacer comprobaciones, no puedes a la ligera publicar cualquier cosa. En un primer momento, la nota era un delirio. Se nombraba a las hermanas, la hermana y el hermano, la niña que se sentía niño, entonces aquello fue una confusión tremenda. Lo mínimo que debíamos era respetar que la niña quería ser nombrada Iván, pero no había confirmación de la familia. El periódico no se atrevía a hacer eso sobre todo porque Iván se había suicidado, su hermana estaba en estado grave y no queríamos hacer daño a la familia. Entonces, pusimos que él había deseado ser nombrado así. Pero fue un debate interno. Esos debates sí que me gustan, porque era una conversación que hasta ese momento no habíamos tenido, y lo resolvimos.

¿Cómo lo resolvieron?

Al principio poniendo la niña que había pedido ser nombrada niño, que se sentía niño, y después del funeral en donde la familia en la esquela de recordatorio incluyó también el nombre Iván, utilizamos el masculino, eso nos dio la confirmación.

Ustedes tienen un Libro de Estilo del 2021 (escrito por Álex Grijelmo), y una Defensora de Lectores, Soledad Alcaide, ¿Cuánto aportan a tu trabajo?

Colabora mucho. Te da una apertura hacia afuera y un reconocimiento de que los lectores nos importan. Hay un feedback. A veces, la Defensora nos pasa los emails para que podamos contestar a la persona que tiene algo que decirnos. Y luego el Libro de Estilo que es muy importante porque sienta base sobre cuestiones feministas también. Es un apoyo. Si en algún momento hay un redactor o una redactora díscola con cualquier idea, lo diriges al Libro de Estilo, es como nuestra ley interna.

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