Juan Pablo Sarkissian
Las maestras y maestros no son ajenos a la realidad social. Lo que sucede en las aulas, en los patios con y entre los estudiantes y todo aquello que se reconstruye en los diálogos con la familia impacta en la práctica de las y los docentes.
Desde esta perspectiva, existe una corriente pedagógica educacional que entiende a la escuela no como –o en todo caso no sólo como–, “un segundo hogar”, sino más bien como “territorio de paz”. Es allí donde interaccionan diferentes culturas y se produce la construcción de conocimiento. Desde esta mirada se sientan las bases para la construcción de una sociedad más justa con una mirada de trasformación social en pos de apuntalar a la democracia como eje central y para que los derechos humanos puedan ser implementados sin nada que lo impida.
Por conocido no es menos cierto que la memoria histórica es una construcción social y es necesaria para dar cuenta a las nuevas generaciones de lo ocurrido en cada uno de los territorios. Conocer es acercarse a la verdad. Y la verdad es vital para entender y resolver los conflictos. Los más generales, pero sobre todo los cotidianos.
En ese contexto, desde la Central de los Trabajadores (CTA T) Regional Rosario, se coordinan encuentros de trabajo con sindicatos y gremios de distintas actividades, organizaciones sociales, estudiantiles y políticas para continuar construyendo el Movimiento Escuelas Como Territorios De Paz. Esta mirada amplía incluso el concepto de Comunidad Educativa.
Así, desde la CTA T, se asume como muy compleja, y por momentos crítica, la realidad social en la cual convive la comunidad educativa, pero al mismo tiempo se reconocen las potencialidades simbólicas y materiales que ofrecen las escuelas y las organizaciones en los territorios; se plantea un recorrido transversal de construcción “ciudadana en comunidad” en el formato de las Escuelas como Territorios de Paz.
“Retomamos la experiencia en educación de Colombia, que se planteó la construcción de espacios para el cuidado de las infancias y juventudes en un contexto muy complejo, y nos proponemos fortalecer las redes y vínculos entre las organizaciones insertas en cada lugar teniendo a la escuela como articuladora. La propuesta es buscar (y construir) caminos posibles para poder avanzar en territorios más dignos. El recorrido para la generación de iniciativas conjuntas desde las particularidades a partir de sus actores, idiosincrasia y necesidades en el territorio, para fortalecer la escuela pública, las comunidades educativas y a las organizaciones del campo popular. Que no es otra cosa que fortalecer la democracia como un eslabón estratégico en la construcción de sociedades más justas. Partimos de entender que necesitamos de manera urgente multiplicar los vínculos solidarios, amorosos, profundamente humanos, que permitan reconstruir a la escuela como territorio de paz”, señala de manera elocuente una suerte de declaración de principios de la CTA T.
Cuando el movimiento se demuestra andando
Zona Oeste
“Desde hace algunos meses, compañeros y compañeras del Frente Trabajadores de la Educación, de todos los niveles y modalidades, nos conformamos en un espacio que llamamos «Escuelas como Territorios de Paz». Este encuentro tiene el objetivo de retejer los lazos con cada una de las comunidades educativas, pensando en la forma de que nuestras infancias y adolescencias puedan vivir con menos miedo, disfrutar y apropiarse de los espacios públicos, jugar en las plazas de cada barrio. Esta tarea implica volver a conectarnos con lxs actores sociales de cada lugar: vecinales, agrupaciones políticas, centros de salud, merenderos y comedores, iglesias, clubes”, señalan las seños Gabriela y Sandra.
Y agregan: “En zona oeste nos sumamos al evento «Siempre con la democracia», un festival por los derechos humanos organizado por compañerxs que trabajan desde hace tiempo en los barrios Triángulo, Moderno, La Lagunita, y en el Fonavi de Bulevar Seguí y Rouillon. También participamos de las marchas por el pedido de justicia por los asesinatos de Eric y Valentín y realizamos reuniones en escuelas y multisectoriales con diferentes instituciones. Nuestro deseo es multiplicar este tipo de actividades en todos los barrios de zona oeste”.
Por su parte, el profesor Ramón cuenta que “el pasado 30 de noviembre, frente a las puertas de la escuela secundaria N° 240 «Lola Mora», nos reunimos docentes de las diversas instituciones educativas de la zona. Estaban presentes las maestras y maestros de la escuela Primaria 1276, 1380, 1381, el Jardín 65, la Secundaria 240 y la Primaria Nocturna 79, junto a la comunidad del barrio Fonavi de Rouillon y Seguí. Además de las distintas organizaciones barriales, muy preocupadas por la realidad angustiante que se vive en los barrios vulnerables de Rosario; estaban también la Asociación del Magisterio de Santa Fe provincial (Amsafe) y la Asociación de Trabajadores del Estado”.
La movida, cuenta Ramón, se presentó bajo la premisa de un “abrazo solidario” a las instituciones educativas, sociales y de salud de la zona, fundamentalmente al dispensario provincial N° 13.
“Estas acciones surgieron como propuestas directas desde la comunidad, en un sentido muy amplio, ante los ataques que se vivieron en la barriada el pasado 24 de noviembre, y que costara la vida de dos adolescentes, ex alumnos de nuestras escuelas, la primaria 1276 y secundario 240”.
“La idea-propuesta fue “abrazar a las infancias”, así la comunidad se movilizó en torno a las escuelas, recuperando de algún modo el espacio público en clave comunitario y solidario”, remarca el profe Ramón.
Zona Norte
“Nuestro lugar de encuentro, en general por la mañana, es en La Fabrika, espacio coordinado por el Movimiento Evita, ubicada en el barrio de Empalme Graneros y nacido de la organización comunitaria. Allí cientos de jóvenes se capacitan, trabajan y construyen sus sueños”, cuentan las profes Victoria y Lucía.
Y remarcan: “En La Fabrika nos juntamos referentes territoriales de varias organizaciones de distintos barrios de la zona, además de un grupo de maestras de escuelas primarias y de los Centros de Alfabetización y Educación Básica para Adultos (Caeba). En ese espacio, las compañeras de las escuelas comparten sus trabajos territoriales, haciendo hincapié en las acciones en red que ya existen en el territorio. Por otro lado, hablamos sobre las distintas realidades de cada escuela y la relación que tienen las organizaciones con las mismas”.
Las docentes dicen que ponen de manifiesto de manera explícita las necesidades que tienen algunos barrios de contar con nuevas escuelas secundarias y jardines. Es que existen muchos barrios nuevos en los últimos años y esto no se traduce en una apertura de establecimientos educativos.
Cuentan que la escuela 456 Carlos Pellegrini invito a participar del corredor violeta que se realizó el 23 de noviembre pasado. Esta actividad se enmarca en el 25N, donde participaron diferentes actores del barrio, escuelas, centro de salud, vecinal y organizaciones sociales.
El corredor lleva el nombre de la compañera Graciela Príncipe, víctima de un femicidio en 2018.
“Estas acciones deben ser el principio de futuras acciones en conjunto, ya que las situaciones de violencia en nuestra ciudad se siguen acrecentando y la salida debe ser pensada y abordada en conjunto, apostando a lo colectivo, dando voz a quienes viven estas situaciones todos los días”, señalan las docentes.
“La caminata se inició a las ocho y media en pasaje Mburucuyá 951 bis y era hasta la escuela 456 Carlos Pellegrini, donde Graciela trabajaba como ayudante escolar. El 6 de enero de 2016 fue asesinada por su pareja, por este motivo el corredor lleva su nombre”, recuerdan.
En la actividad participaron las escuelas del barrio, el centro de salud, la vecinal y diferentes organizaciones sociales.
“Desde “Escuelas como Territorio de Paz” creemos que es necesario continuar fortaleciendo los lazos entre los distintos actores de la comunidad, buscando una salida colectiva para transformar las realidades que se viven a diario en nuestros barrios”, concluyen.