Los avances del movimiento feminista en los clubes incluyen la creación de áreas de Género y Diversidad, protocolos de acción contra las violencias y la implementación, en algunos de ellos, de la Ley Micaela. Algunos clubes, además, sumaron a los contratos de los futbolistas una cláusula contra la violencia de género, que implica que aquellos jugadores que estuvieren imputados en una causa judicial por violencia de género pueden ser expulsados. Tal es el caso de Vélez y de Belgrano, que lo oficializó a partir de la llegada de Nahuel Losada. Desde el club cordobés aclararon que podrán ser excluidos del plantel preventivamente hasta tanto quede esclarecida la situación judicial y que si la denuncia prosperase y hubiere una condena firme por parte de la justicia, podrá rescindir automáticamente el vínculo con el jugador sin resarcimiento económico alguno.
A pesar de los grandes avances, hay una demanda que sigue pendiente en el ámbito del fútbol y se trata de la ESI, obligatoria en los establecimientos escolares desde el 2006 por la ley 26.150. En diálogo con Télam, desde la agrupación San Lorenzo feminista, que en las últimas semanas tuvo un conversatorio sobre Educación Sexual Integral (ESI) con la especialista Celeste Mac Dougall, revelaron: “La mayoría de nosotras nunca tuvo ESI. Hicimos una breve encuesta interna y más de la mitad (59,2 por cento) aseguró no haber tenido Educación Sexual Integral en ningún momento de la vida educativa”.
Esa agrupación nació en 2019 y es uno de los muchos espacios que compone la Coordinadora Sin Fronteras de Fútbol Feminista, una organización que se creó en el Encuentro Nacional de Mujeres en Trelew en 2018 y que nuclea a jugadoras de todas la edades, hinchas, dirigentas y entrenadoras. La Coordinadora, además, adhiere al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
“La ESI incluye y tiene contenidos y abordajes específicos de la educación física. Y es para todo el mundo, no solamente tiene que estar en el ámbito escolar sino que es una ley y un derecho que debe impactar en otras instituciones donde las personas se vinculan y se educan, como por ejemplo los clubes de fútbol”, explicó la docente Mac Dougall. Y agregó: “La competencia deportiva tiene una conceptualización muy machista. En la Provincia de Buenos Aires hace años que no existe clase de educación física para varones y mujeres, están mezclados. El deporte no puede estar pensado en función de dar respuestas a cuerpos biológicos sino al revés. Debe favorecer a lograr inclusión”.
River y Vélez son clubes que, además, tienen institutos de educación primaria, secundaria y terciaria. El de Liniers tuvo un primer abordaje en pandemia con jornadas de ESI. La abogada Paula Ojeda, responsable del área de violencia de género, contó: “Hacemos ESI por medio del instituto educacional. Generalmente desde el área de Género colaboramos con alguna temática e invitamos a distintas entidades, pero en el club en sí no lo trabajamos”.
Independiente, por caso, recién abrió su departamento de Género en julio de este año. Los abusos en la pensión del club de Avellaneda, que salieron a la luz en 2018, fueron una alarma para otros clubes.
Yael Bendel, asesora general del Ministerio Público Tutelar de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, aclaró: “A partir de lo que pasó en Independiente pusimos más atención en las pensiones y comenzamos una relación más fluida con los clubes, en el derecho de los chicos, en la educación, en los talleres con profes de deportes donde el foco no está puesto específicamente en el rendimiento deportivo”.
El Ministerio informó que un total de 1.433 personas recibieron talleres de ESI durante 2019/20, entre ellas las pensiones de River y Vélez, Boca, San Lorenzo, Argentinos, Huracán y Náutico Hacoaj.
Boca, en su departamento de Inclusión e Igualdad, tendrá por primera vez charlas virtuales de ESI, métodos anticonceptivos y sexualidad sin violencia, en las próximas semanas. Otros clubes, los menos, están avanzados en ESI gracias a trabajadoras sociales que forman parte de la Coordinadora. Es el caso de Central y Unión.
Natalia Lascialandare, licenciada en trabajo social, explicó la experiencia en Central: “Tenemos una instancia de trabajo anual con las divisiones inferiores hace cuatro años. La perspectiva de la Casa Club está desarrollada con un enfoque de derecho y géneros. Desde allí que la ESI es entendida como un aspecto a abordar con las adolescencias y las juventudes”.
“Tenemos talleres y encuentros para trabajar sobre ESI en contexto con el club y el fútbol como instancia de formación. Forma parte de una política institucional más amplia en torno a los derechos. Es un trabajo con adultos que tienen contacto con chicos y chicas futbolistas: utileros, personal de limpieza, técnicos, técnicas, profes, psicólogas”, contó Lascialandare.
Central, que en 2019 abordó las redes sociales y su uso responsable para prevenir situaciones de abuso o acoso, se maneja con una línea de trabajo inter-institucional con las escuelas de la comunidad, más puntualmente a la que acuden la mayoría de los jóvenes del club.
Para Stella Maris Quirós, educadora popular y trabajadora social en Unión, los adolescentes, que además de ser futbolistas viven en el club, en “La Casa del Jugador” lejos de sus familias, son los más vulnerables. “Ahí es donde entra el trabajo social como profesión, se desarrolla desde una perspectiva de inclusión y protección de derechos, por lo que consideramos que el acceso a la ESI es indispensable”, explicó.
“Algunos piensan que como la ESI se aborda en las escuelas primarias y secundarias, ya es suficiente. Nosotros como equipo interdisciplinario en el club promovemos e instalamos en agenda los temas de ESI, la violencia de género, las relaciones sexo-afectivas y, en este marco, todo lo referido a las relaciones y manifestaciones adolescentes con perspectiva de género. En Unión ya es una política institucional”, aseguró Quirós. En ese club se trabaja un día por semana con las temáticas referidas, con presencia de psicólogos deportivos, en todas las categorías desde la reserva hasta la 8ª división.
También hay encuentros semanales con todos los adultos que tienen contacto con los jugadores del club: coordinadores, entrenadores, nutricionistas, médicos, kinesiólogos, cocinero y celador de La Casa del Jugador, utileros y psicólogos. Desde abril de 2020, estos encuentros se realizan por Zoom y “nunca dejaron de hacerse porque se considera un día más de entrenamiento y es obligatorio”.
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