El reconocido bailaor gitano Juan Manuel Fernández (Sevilla, 1982), conocido como Farruquito, presenta por estos días en la Argentina su nuevo espectáculo, Baile flamenco, con funciones en Buenos Aires, Rosario y Mendoza donde, asegura, “existe un gusto por el flamenco que no se deja llevar por los fuegos artificiales”.
“El público argentino, he corroborado, siente inclinación por la tradición, la sobriedad y la elegancia. Por eso tengo una relación de cercanía”, expresó Farruquito desde España, en diálogo con la agencia de noticias Télam.
El talentoso bailaor, de 29 años, hijo del cantaor Juan Fernández Flores (quien falleció en la Argentina en una de sus giras) y la bailaora Rosario Montoya Manzano (La Farruca), actuará mañana en el porteño teatro Gran Rex, el miércoles a las 21 en el Auditorio Fundación Astengo (Mitre 754) y el lunes 30 desembarcará con su show de flamenco clásico en el imponente Auditorio Bustelo de la ciudad de Mendoza.
“Será un espectáculo que recopile las partes de los espectáculos anteriores que más me han gustado. Cuando hice el primero tenía 15 años y por eso hay cosas muy distintas: hay un tránsito desde lo sobrio hasta lo alegre”, explicó el bailaor.
El repertorio estará compuesto por seis piezas de diferente carácter: Fandangos de su majestad (1997), La Len Varó (2001), Alma vieja (2003), Farruquito y familia (2005), Puro (2008) y Mi último atrevimiento: cuatro sevillanas (de Cuba y de Sevilla) (2010).
“Si bien fueron pensadas para espectáculos diferentes, la verdad es que conviven muy bien. Aparecen en orden cronológico, sin necesidad de un argumento unificador”, reveló.
En ese derrotero, las coreografías de Farruquito serán acompañadas en la Argentina por dos guitarristas, tres cantaores, un percusionista y dos parejas de bailaores.
El artista ofrecerá con Baile flamenco una mirada retrospectiva a su carrera, interrumpida durante 14 meses, entre 2007 y 2008, en los que estuvo en prisión luego de ser condenado por el homicidio imprudente de un peatón, en Sevilla, en 2003.
Tras esos 14 meses de prisión efectiva, continuó en libertad condicional hasta cumplir los tres años de su condena, en enero de 2010.
Interrogado sobre el título del espectáculo, Farruquito aclaró que Baile flamenco no tiene una intención aleccionadora ni la pretensión de delimitar qué pertenece y qué no al campo de esa danza española. “Sólo pretendemos dejar en claro al público que no se trata de una obra de teatro, que no hay un argumento ni lo espera mucha «floritura». Sólo tiene el objetivo de que nadie se confunda”, afirmó.
Por otra parte, el artista ratificó su adscripción a la línea más pura del flamenco y explicó que ni siquiera tiene “conocimiento ni curiosidad” por otras expresiones de la danza contemporánea que otros intérpretes utilizan para fusionarlo. “Creo que en el flamenco hay muchos aspectos que todavía no se han descubierto. No está todo aprendido y por eso no hago fusión ni recurro a otras danzas”, especificó, y luego enfatizó: “Con mi estilo no busco el exhibicionismo ni la sorpresa sino, simplemente, el disfrute del hecho artístico”.
Heredero de una escuela única fundada por Farruco, su abuelo, el bailaor pasó toda su vida inmerso en el arte flamenco más puro. Debutó en la escena internacional a los 4 años en Broadway con el espectáculo Flamenco puro, compartiendo cartel con las figuras más legendarias del género, entre ellas, su familia.
Con 8 años, presentó su primera temporada en la Sala Zambra de Madrid. A los 11, intervino en el vídeoclip “Camarón nuestro”, y al año siguiente en la película Flamenco, de Carlos Saura, frente a frente con el patriarca de la saga, El Farruco. En 1992 participó en el acto de inauguración de los Juegos Paralímpicos de Barcelona y con su abuelo, El Farruco, en el Pabellón de Andalucía de la Exposición Universal de Sevilla (1992) con el espectáculo Presente, pasado y futuro.
Con 15 años, creó su primer espectáculo, Raíces flamencas. Desde su debut en el Royal Festival Hall de Londres, esta muestra del flamenco más puro y racial se ha presentado con gran éxito en el Teatro de la Villa y Conde Duque en Madrid, en el Teatro Poliorama de Barcelona y en giras internacionales en Francia y Japón.
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