El euro cayó ayer por debajo del umbral de 1,30 dólar y las primas de riesgo de las deudas de España e Italia establecieron nuevos máximos, en medio de temores persistentes de los mercados sobre el futuro de la eurozona, lo que movió a los inversores a buscar refugio en el oro, que volvió a subir por segundo día consecutivo.
Con menores caídas que el lunes, las principales bolsas internacionales volvieron a descender ayer –Wall Street cayó 0,42 por ciento– y el precio del petróleo bajó más de un dólar en Nueva York y Londres, los dos principales mercados de crudo.
Ni siquiera los datos positivos sobre la confianza del consumidor estadounidense lograron revertir la firme tendencia a la baja en los mercados, y, paralelamente, el oro subió por segundo día consecutivo por el temor a que el rescate a Irlanda no logre frenar la crisis, y que Portugal y España necesiten ayuda.
Mientras España superaba ayer los 300 puntos básicos de prima de riesgo de sus bonos soberanos, la vicepresidenta económica del gobierno de ese país, Elena Salgado, aseguró que las tensiones en los mercados no están motivadas por su supuesta falta de solvencia sino que van más allá y “son un ataque al euro”.
Salgado explicó que el ataque de los mercados está afectando a España, pero también a Grecia, Irlanda, Portugal, Italia y, en menor medida, a Bélgica, países que representan el 40 por ciento del PIB de la UE.
“Si la intención del paquete de ayuda a Irlanda este fin de semana era magnificar a los mercados que los ministros europeos estaban a la altura del desafío planteado por la crisis actual, la reacción tiende a demostrar que esto fracasó lamentablemente”, estimó el consultor Michael Hewson, de CMC Marketings.
Los ministros europeos aprobaron el domingo el rescate de 85.000 millones de euros (113.000 millones de dólares), en el que también participa el Fondo Monetario Internacional (FMI), para ayudar a Irlanda a sanear sus finanzas públicas y recapitalizar sus bancos.
Pero el rescate no tuvo más que un fugaz efecto positivo en los mercados, donde el euro retomó rápidamente su caída debido a la preocupación que suscita un posible contagio de la crisis de la deuda a otros países de la eurozona, especialmente España y Portugal pero también Italia.
“Es mucho más fácil recuperar la confianza que perderla”, estimó Lee Hardman, analista del Banco de Tokio-Mitsubishi UFJ.
La desconfianza de los mercados hacia la deuda de España e Italia, dos economías importantes del bloque, disparó al mismo tiempo las primas de riesgo de las deudas de estos países a máximos históricos.
El diferencial del rendimiento del bono español a diez años con el bono alemán, que sirve de referencia en la zona euro, escaló ayer a 300 puntos básicos, y el del bono italiano a 209.
Esto significa que para colocar sus títulos en los mercados internacionales, ambos países deben ofrecer una prima de riesgo de 3 y 2,09 por ciento, respectivamente, en comparación con la tasa de interés del bono alemán, una situación difícilmente sostenible a largo plazo.
Completando la serie de malas noticias para la eurozona, el desempleo en los 16 países de este bloque estableció un nuevo récord en octubre al situarse en un 10,1 por ciento de la población activa. Nunca desde la creación del euro en 1999 la desocupación había permanecido durante ocho meses en al menos 10 por ciento.
Los índices de desocupación más bajos son los de Holanda (4,4 por ciento) y Austria (4,8 por ciento), y el más elevado es el de España (20,7 por ciento).
En Asia, la bolsa de Tokio cerró en baja de 1,87 por ciento, influenciada por un nuevo debilitamiento del euro frente al yen, y Shanghai con pérdida de 1,61 por ciento por la inquietud persistente sobre una próxima subida de las tasas de interés para tratar de controlar la inflación.
Por último, el oro, considerado un valor refugio en tiempos de incertidumbre, subió 20 dólares, hasta los 1.376, contra 1.357 dólares el lunes.