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“La exigencia extrema mata el deseo y mata el cuerpo”

A partir de las 20.30, en La Morada, como cierre del Ciclo de Teatro Transgénico.

“Hay algo del cuerpo desnudo en escena que irradia mucha metáfora, sobre todo cuando se trata de un personaje que desde su discurso busca anular el deseo en ese cuerpo. Eso es algo muy fuerte a nivel formal y narrativo, porque este es un cuerpo que está todo el tiempo en primer plano, narrando”, sostiene el actor, dramaturgo y director teatral Lucas Lagré cuando piensa en Nadar mariposa.

“Esta es la historia de un profesor de natación que, con la excusa de enseñarle a unos alumnos ficticios cómo tienen que nadar el estilo mariposa, empieza a desplegar una serie de anécdotas de su infancia, en las que pone en juego los mandatos que lo marcaron a lo largo de su vida; es una obra que habla de la exigencia, y de cómo muchas veces esa exigencia mata el deseo, porque los mandatos nos obligan a hacer cosas que en realidad no queremos hacer”, explicó Lagré, creador marplatense radicado en Buenos Aires, que hoy regresa a Rosario con el montaje en el que se luce en escena el talentoso Fernando Sayago.

La de Nadar mariposa es una problemática que atraviesa el campo de lo masculino, en territorios definidos por lo que sociedad, cultura y educación, en muchos casos, entienden que es la “construcción de la masculinidad”, siempre muy ligada con lo hegemónico o lo que supone el “deber ser”, más allá de que en el presente todas esas “definiciones” estén dentro de un campo en ebullición, muy discutidas y corridas de eje. “Hay dentro de la obra una serie de cuestiones vinculadas con la masculinidad; de todos modos me pareció interesante que no se vuelva extremadamente militante o discursiva, sino que apueste a un universo vinculado a lo sensible, porque cada espectador, a su manera, tiene alguna historia con la natación, con el mar o con algún profesor de lo que sea, exigente y maltratador; gran parte del público se ve reflejado, y por lo general, tras las funciones, se acercan a contarnos las similitudes que tiene Pablo, el profesor de natación, con alguien con el que se cruzaron alguna vez”, expresó el director acerca del debate que abre la puesta. Y agregó: “Otro de los puntos interesantes es que todos estos temas por los que transita el material están trabajados desde el humor; la obra no busca construir un universo sórdido: la gente se ríe y al mismo tiempo reflexiona”.

El proceso y lo propio

“La dramaturgia tuvo un camino un poco raro porque lo primero que definí fue que quería hablar de la exigencia, y de cómo esa exigencia mata el deseo y mata el cuerpo; eso me llevó a pensar, como universo, el del deporte de alta competencia. Pensé primero en gimnasia deportiva, lo veía como lo más difícil de todo. Pero en el proceso de escritura me di cuenta que no conocía nada de ese universo; me iba a costar mucho encontrar un actor para ese texto. Pensando en cómo desarrollar el tema de la exigencia, recordé que yo nadé muchos años, alrededor de diez, soy oriundo de Mar del Plata, tengo en mi historia todo ese universo del mar y la pileta, y al mismo tiempo vengo de una familia de nadadores, por lo tanto es un universo que conozco profundamente. Y allí tuve muy presentes las palabras de Mauricio Kartun (dramaturgo, maestro y director referencial del teatro argentino contemporáneo), que siempre dice: «Uno tiene que escribir sobre aquello que conoce, sobre aquello que sabe». Y la natación era algo que tenía muy cerca. Mi padre fue nadador, estaban ahí sus anécdotas que me sirvieron para escribir la obra”.

En la idea o el concepto que se tiene de este estilo determinado de natación aparece, quizás, la cuestión dicotómica más radicalizada del material: la potencia del nadador frente a la fragilidad de una mariposa. “Este es un cuerpo que irradia mucha metáfora, porque en la idea de «nadar mariposa» hay algo de la mariposa como animal que tiene que ver con volar y con lo frágil; pero mariposa también se asocia a los discursos vinculados a lo homosexual, y hay todo un tema dentro de la obra vinculado a la sexualidad que plantea este personaje. De todos modos, nadar mariposa es el estilo más difícil de todos, donde la exigencia es mayor; la idea del nombre del espectáculo nos vino muy bien porque abre un gran campo poético”, explicó el director, quien encontró en Sayago a un actor ideal, abierto a los desafíos, para potenciar el texto.

Actor en primer plano

“Lo interesante del unipersonal es que, al tener un único actor en escena, podés abocarte al trabajo en profundidad de esa actuación, por eso siento que el material previo, con el trabajo de Fernando, salió fortalecido, porque pudimos pensar mucho en los detalles. Pero, sobre todo, porque me interesa trabajar la actuación en primer plano, que se trate de ir a ver actuación, que haya una puesta en escena que acompañe, pero que no se trate de ir a ver un lindo espacio o a escuchar una linda música. Esta bueno todo lo que complementa, pero soy de la creencia de que, como pasa acá, tiene que haber un suceso dramático apoyado en un cuerpo”, analizó.

“La obra pone en escena la voz de una persona autoritaria, pero al mismo tiempo que ese personaje reproduce ese discurso autoritario se muestra que es una víctima de ese mismo discurso y que, en algún momento quiso revelarse y no pudo. Por eso, en el que ve, se genera una contradicción: por un lado, por momentos, uno se distancia de lo que dice el personaje, porque es un discurso ligado a la represión del cuerpo, se refiere a «no hacer, no sentir», al no disfrutar de determinadas cosas para poder triunfar en la alta competencia. Sin embargo, mientras dice ese texto, el cuerpo del actor cuenta otra cosa: es un cuerpo que desea que le pase lo que dice que no debería pasarle”, concluyó.

texto con identidad

Material ganador del Concurso Micromonólogos por la Identidad en Teatro X la Identidad 2014, Nadar mariposa, que lleva dos años en cartel en la escena porteña, ha posicionado a Lucas Lagré, licenciado en Letras, actor, escritor y director, como una pluma destacada de la nueva dramaturgia argentina.

 

Tras su paso a comienzos de este año por el ciclo local Montajes Mínimos, Nadar mariposa cerrará este domingo, a las 20.30, en La Morada (San Martín 771), el Ciclo de Teatro Transgénico 2017, que arrancó en julio, y que organizan el grupo anfitrión, Esse Est Percipi, junto al teatro La Morada.

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